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Bárcenas alega que el palco del Real Madrid era mucho más importante que Correa

Correa junto a Luis Bárcenas y Jesús Sepúlveda tras en un acto de campaña del PP.

Marcos Pinheiro / Gonzalo Cortizo

Luis Bárcenas se ha sentado el lunes frente al tribunal que juzga el caso Gürtel con la decidida intención de enterrar las acusaciones de Correa sobre el cobro de comisiones a cambio de la adjudicación de obra pública. Según el extesorero del PP, a Francisco Correa “se le subió a la cabeza” sus relaciones con los altos cargos del partido. Ninguno de los dos gestionaba amaños de contratos, ha explicado Bárcenas, porque los empresarios tenían a su disposición el palco del Real Madrid para hacer negocios con el PP sin necesidad de utilizar intermediarios.

Bárcenas ha dedicado el primer día de su declaración a negar todo lo que dijo Correa. El cabecilla de la trama relató que Bárcenas le propuso asociarse para amañar grandes contratos de obra pública para empresarios que habían financiado al PP. “Luis Bárcenas lo gestionaba con el correspondiente ministerio y yo pagaba la comisión del 2% o del 3% a Génova”, dijo Correa.

Así, Correa entregaba el dinero de las mordidas al propio Bárcenas, según su relato. Este lo ha negado. “No he recibido dinero de Correa ni para mí, ni para el PP”, ha respondido, al tiempo que ha circunscrito su relación con el cabecilla de Gürtel a la que tenía con cualquier empresario proveedor del PP.

Bárcenas ha intentado convencer al tribunal de que nunca recibió dinero por intermediación en contratas y que su liquidez patrimonial se debe a su fortuna en la venta de cuadros del siglo de oro español, de la mano de Rosendo Naseiro.

Esa relación tan solo comercial que mantuvieron Bárcenas y Correa no impidió que el primero pidiese favores al segundo. Como que consiguiese un trabajo a su hermano en sus empresas. Su relación también incluía regalos de Correa a Bárcenas en forma de viajes, por ejemplo a Nueva York.

El extesorero ha llegado a ridiculizar las afirmaciones de Correa sobre sus tratos con los grandes empresarios. Los dueños de empresas como OHL o ACS no necesitaban de la ayuda “del gerente y del de la agencia de viajes para que les organicen la adjudicación de una obra pública” cuando tenían a su disposición “el palco del Santiago Bernabéu”, ha dicho Bárcenas. Estos empresarios tenían un alto “nivel de interlocución” con la cúpula del PP.

“Se le subió a la cabeza”

“Se le subió a la cabeza el nivel de relaciones con el PP, su nivel económico, lo bien que le iba, el sentirse una persona importante”, ha dicho Bárcenas sobre el hombre que le da nombre al caso Gürtel. “Pensaba que el partido era suyo”, ha añadido el extesorero, en referencia a las palabras de Correa sobre que tenía una tarjeta especial, como la de los altos cargos, que le permitía acceder a la sede directamente por el parking.

Bárcenas, en su lucha por defenderse contra una petición de condena que supera los 40 años, ha dibujado a Correa como un resentido que no ha superado que el PP prescindiese de sus servicios.

Sus versiones sobre cómo se rompió esa relación también difieren. Correa dijo en un primer momento que la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del PP precipitó la ruptura porque éste no tenía buena “química” con su socio, Pablo Crespo, que había sido secretario de Organización del PP de Galicia.

No fue por eso, según Bárcenas. Rajoy decidió cortar con las empresas de Gürtel cuando un empresario le advirtió a él y a Álvaro Lapuerta de que Correa usaba los ayuntamientos gobernados por el PP para “actividades ilícitas”. Rajoy tomó nota y ordenó dejar de contratar con esas empresas, pero no denunció esas actividades. Según Bárcenas, lamentó tener que tomar esa decisión por el daño que le haría a Crespo.

El empresario que advirtió a Rajoy era, según Bárcenas, Joaquín Molpeceres, presidente de Licuas. Este donó 60.000 euros al tiempo que denunciaba los tejemanejes de Correa para que el PP cortase con él. Amos hechos “guardan una relación directa”, ha dicho el extesorero, que no ha profundizado en este asunto.

Contabilidad “extracontable” y “extraoficial”

Molpeceres aparece como donante en la contabilidad B del PP que llevaban Lapuerta y Bárcenas, y que este ha renombrado hoy como “contabilidad extracontable”. Ya por la tarde ha dicho que era una “contabilidad extraoficial” en la que iba reflejando los movimientos de dinero y las donaciones de los empresarios.

Los empresarios que donaban al partido no querían nada a cambio. Su versión contradice lo declarado por Correa y otros imputados, como el denunciante del caso, José Luis Peñas, quienes apuntaron a que el amaño de contratos era una forma de “agradecer” las aportaciones de los empresarios.

Bárcenas ha dicho que “eran donativos que no tenían carácter finalista, se hacían a cambio de nada”. Ha insistido en ellos en varias ocasiones, a la vez que recordaba que esas donaciones se juzgan en una pieza separada.

Así, Bárcenas ha exculpado al PP, ha tratado de exculparse a sí mismo, pero sobre todo, ha tratado de exculpar a su mujer. Rosalía Iglesias afronta una petición de cárcel de más de dos décadas por apropiación indebida, delitos contra la Hacienda Pública, estafa procesal y blanqueo de capitales.

Bárcenas ha dicho que falsificó su firma en algunos documentos, que ella nunca participaba en sus negocios, aunque las ganancias se ingresasen en sus cuentas, y cuando no recordaba algo, se lo achacaba a él mismo. Ha llegado a pedirle a la fiscal que si había que atribuir una decisión a alguien, aunque no se acordase, lo hiciese a él y no a su mujer.

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