La resolución de la ONU que entrega Gaza a Trump con el beneplácito de Europa
El plan de Donald Trump no ha traído un alto el fuego real en Gaza pero sí ha servido para instalar un pacto de silencio sobre la cuestión palestina, con la contribución de los gobiernos europeos. El genocidio israelí ha desaparecido de la agenda del poder político y de buena parte de los espacios mediáticos, lo que está facilitando la ejecución de más crímenes y la adopción de decisiones contrarias al derecho internacional.
El paso más destacado en este sentido es la resolución 2803 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, impulsada por Donald Trump y aprobada esta semana. No ha dado mucho que hablar en los debates públicos europeos, pero eso no significa que no tenga una grave importancia.
El mayoritario silencio en torno a la misma se debe a la complicidad existente con el plan estadounidense para la Franja de Gaza, apoyado -e incluso aplaudido- por varias naciones árabes de la región y por los países europeos, algunos de los cuales enviaron representación a Sharm el Sheikh para respaldarlo hace unas semanas.
Ningún veto
¿Qué supone esta resolución? El presidente estadounidense ha buscado los votos del Consejo de Seguridad de la ONU para legitimar su plan para Gaza, definido por la relatora de la ONU y otros expertos juristas como “contrario al derecho internacional”. Y los ha conseguido: de los quince miembros del Consejo -cinco son permanentes, y el resto rotatorios- trece votaron a favor y dos se abstuvieron. Washington logró evitar el veto de Rusia.
Los síes procedieron de Estados Unidos, Argelia, Pakistán, Guyana, Panamá, Corea del Sur, Sierra Leona, Somalia y los cinco países europeos en el Consejo, dos de ellos permanentes: Eslovenia, Dinamarca, Grecia, Francia y Reino Unido.
La aprobación fue precedida por dos semanas de intensas negociaciones. Rusia y China mostraron críticas y reticencias hacia parte del contenido de la resolución, pero finalmente se abstuvieron, renunciando a su poder de veto. Washington logró evitar el voto en contra de Moscú. Horas después se hizo público el 'plan de paz' de EEUU para Ucrania.
La resolución 2803 ha contado con el beneplácito de Europa, cuyos países respaldan el guion diseñado por Trump para Gaza. Ninguna nación europea ha planteado vías alternativas en la Asamblea General de la ONU –propuestas por la relatora de Naciones Unidas, Francesca Albanese– para intentar defender el derecho internacional ante crímenes masivos perpetrados por un Estado socio de la UE, como es Israel a día de hoy.
En España, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha dicho que esta resolución es una “buena noticia” y “el inicio de un largo camino”.
El Ejército israelí ha matado a unas 60 personas esta semana en Gaza y a 342 desde el inicio del 'alto el fuego', entre ellas 63 niños y niñas
El sí a un gran gueto
La resolución 2803, basada en el plan Trump, normaliza la ocupación ilegal israelí de más de la mitad de Gaza, donde se encuentran las tropas de Israel actualmente. Se trata, precisamente, de la mayor parte del área cultivable de la Franja. De facto, se está aprobando la creación de un nuevo gueto, donde la población palestina está condenada a vivir agolpada, sin recursos, vigilada y sometida militarmente, atrapada en un escenario de destrucción masiva.
La nueva Línea Amarilla divide en dos Gaza. El área ocupada por el Ejército israelí –un 53%– será la destinada a los negocios de la “reconstrucción”, mientras que la zona palestina está condenada a ser una especie de bantustán, una barriada de segregación racial sin infraestructuras ni inversión, a la que a día de hoy solo entra menos de un tercio de la ayuda acordada y necesaria.
Si ya antes del genocidio la Franja era uno de los lugares del mundo con más densidad de población en un espacio tan reducido, esta nueva imposición agrava aún más esa situación. En ella siguen registrándose ataques israelíes que solo esta semana han matado a decenas de personas, entre ellas mujeres y niños de corta edad, incluidos bebés.
El plan de 'alto el fuego' ha sido un pacto de silencio entre Trump y sus aliados europeos que sirve como coartada para que éstos sigan sin adoptar sus obligaciones legales ante los crímenes masivos y mantengan sus relaciones con Israel. Desde el inicio del mismo, el Ejército israelí ha matado a 342 palestinos en Gaza, entre ellos al menos 63 niños y niñas, según datos de UNICEF.
Con esta resolución Naciones Unidas se convierte en cómplice de los crímenes internacionales de Israel, en contra de los principios de la Carta de la ONU
Tutela colonial
La resolución 2803 recién aprobada contempla, además, una tutela administrativa a través de una Junta que se encargará de controlar Gaza, al frente de la cual estará el propio presidente estadounidense, que podrá actuar como virrey del protectorado. Manejará la financiación y los negocios urbanísticos para el territorio palestino.
“Al mando estará una persona llamada Donald Trump, acepté el cargo, es lo que necesito, un poco más de trabajo”, dijo el propio Trump de sí mismo, tras la aprobación de la resolución. La resolución también prevé el envío de fuerzas de seguridad extranjeras, sin que se haya concretado definitivamente qué países aportarán personal para ello.
La misión de estas tropas de ocupación por delegación “es controlar, contener y desarmar a la población víctima del genocidio, no al régimen que lo perpetra, y garantizar la seguridad no para las víctimas del genocidio, sino para sus perpetradores”, ha denunciado el abogado de derechos humanos y ex funcionario de la ONU, Craig Mokhiber.
Ralph Wilde, profesor en la Facultad de Derecho del University College de Londres, alerta de que esta tutela presupone un mundo “dividido entre personas infantiles consideradas incapaces de cuidarse a sí mismas y 'adultos' —Donald Trump, Tony Blair y otros— considerados capaces de gobernar no solo sobre su propio pueblo, sino también sobre otros”.
Cualquier apelación a “razones de seguridad” podrá servir para mantener esta situación de ocupación y tutela colonial por tiempo indefinido, a través de la habitual política israelí de hechos consumados.
El profesor de Derecho de la Universidad de Rutgers, Adil Haque, advierte de que este modelo “recrea el sistema de mandatos” de la época colonial, pese a que la propia Carta de Naciones Unidas contiene unos principios opuestos al colonialismo.
Esta vergonzosa resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza es fundamentalmente incompatible con el derecho internacional.
El apoyo europeo y la ilegalidad
El pacto de silencio europeo ha facilitado el impulso del plan Trump y de la resolución en la ONU, con la complicidad de varios países árabes de la región, que también lo respaldan. En este marco no se deja espacio a la aplicación del derecho internacional ni de los derechos más básicos del pueblo palestino. Es más, se contribuye a la violación de los mismos, como han advertido relatores independientes de Naciones Unidas.
La Corte Internacional de Justicia subraya la ilegalidad de la ocupación israelí y la necesidad de que ésta termine rápida y completamente. Sin embargo, la resolución 2803 avala la presencia indefinida de una ocupación militar. Además, desvincula el futuro de la Franja del futuro de Cisjordania y Jerusalén Este.
De este modo, el plan y la resolución de Trump dan la espalda a la Corte de La Haya al legitimar este modelo colonial militar y al establecer un modelo de protectorado. Las consecuencias son que los dos Estados que han perpetrado el genocidio -Israel y Estados Unidos- ahora están oficialmente al mando de Gaza.
Ignorar el derecho internacional convierte a la ONU en cómplice y socava la Carta de Naciones Unidas
La relatora de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese, ha criticado la resolución, señalando que afianza un “modelo de control extranjero que prioriza la seguridad y se basa en el capital” y pone a Gaza “en manos de una administración títere, con Estados Unidos como nuevo administrador de una prisión al aire libre, aplastando aún más el derecho de Palestina a la autodeterminación y cualquier camino hacia la paz”.
Albanese también ha denunciado que algunos países están usando este plan Trump como excusa para seguir incumpliendo sus obligaciones internacionales. “Los Estados no pueden ignorar las violaciones graves de las normas imperativas porque un plan político ofrezca una conveniencia diplomática temporal”, ha denunciado, advirtiendo de que “ignorar el derecho internacional convierte a la ONU en cómplice y socava la Carta de Naciones Unidas”.
El relator de Naciones para el derecho a la vivienda, por su parte, ha calificado la resolución de “vergonzosa” y de “fantasía colonial incompatible con el derecho internacional”. Las principales organizaciones de derechos humanos palestinas también han reaccionado ante la resolución, alertando de que ésta convierte a Naciones Unidas en cómplice de crímenes internacionales, al normalizarlos.
Human Rights Watch señala crímenes de lesa humanidad israelíes en Cisjordania, con la expulsión de 32.000 personas de campos de refugiados palestinos
Limpieza étnica
Hace unos días un centenar de palestinos aterrizaron en un avión en Sudáfrica, sin aviso previo a las autoridades de ese país. Lograron salir de la Franja a través de una agencia coordinada con Israel, que ni siquiera les informó de cuál sería su destino.
La embajada palestina en Sudáfrica ha señalado que una organización “no registrada y engañosa se aprovechó de la trágica situación humanitaria de nuestro pueblo en Gaza, engañó a las familias, recaudó dinero y facilitó su viaje de manera irregular e irresponsable”. La devastación en la Franja y la enorme escasez de servicios y productos básicos obliga a la gente a intentar irse: es una expulsión forzada sin posibilidad de regreso.
A ello se suman los crímenes de lesa humanidad que se acumulan en Cisjordania, definidos así por relatores de la ONU y la organización internacional Human Rights Watch, que esta semana ha publicado su nuevo informe. En él señala la expulsión en 2025, solo en Cisjordania, de 32.000 personas que han tenido que abandonar sus hogares, obligadas por el Ejército israelí.
Es el mayor desplazamiento forzado en Cisjordania desde 1967, con el que se busca vaciar varios campos de refugiados. La organización de derechos humanos israelí B'Tselem también ha denunciado estos días que Israel aplica en Cisjordania “la misma lógica” del genocidio que en Gaza, a un ritmo más pausado.
El área ocupada por tropas israelíes en Gaza se llamará Zona Verde; en ella ya hay una sede para el mando conjunto de la ocupación militar
Zona Verde, como en Irak
La resolución 2803 tiene algunas similitudes con la que se adoptó para Irak tras la invasión ilegal del país en 2003 por parte de EEUU y Reino Unido (y con el apoyo del Gobierno español de José María Aznar). Una vez ocupado el territorio iraquí, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución que sirvió para respaldar la operación militar, autorizando la presencia de una fuerza multinacional. Ese escenario se convirtió en un infierno y dejó cientos de miles de muertos.
Al igual que aquella, esta resolución blanquea las operaciones ilegales realizadas hasta ahora, pero va más allá, ya que establece por escrito, con todo detalle, una tutela de gobernanza colonial. Hay más similitudes. En Bagdad, tras la ocupación de Irak, EEUU instaló su mando central en la llamada Zona Verde, situada en el corazón de la capital, desde donde se coordinaban operaciones militares de las fuerzas ocupantes.
Según los planes de Trump e Israel, el área ocupada actualmente por tropas israelíes en Gaza se llamará Zona Verde. Y la parte destinada al gueto palestino, Zona Roja. En la Zona Verde ya hay un centro de mando, con militares y miembros de los servicios de inteligencia de EEUU, Israel, varios países europeos y árabes.
Al igual que en Irak, donde la norma fue el caos, la Zona Roja podrá ser bombardeada con cualquier excusa, como ya está ocurriendo. El objetivo final no es la paz, sino la creación de un escenario idóneo para el control y la apropiación de recursos.
La resolución actúa como continuación de las acciones militares israelíes, no para cuestionarlas, no para revertir el daño, sino para proseguir con los objetivos que las impulsaron
El abrazo a la impunidad
El uso de la fuerza y la ejecución de crímenes masivos israelíes, incluido el de genocidio, lograron la primera parte de esta historia. El plan Trump y la aprobación de esta resolución consolidan la limpieza étnica y actúan como continuación de las acciones militares israelíes, no para cuestionarlas, no para revertir el daño, sino para proseguir con los objetivos que las impulsaron.
Este avance continuado de la impunidad tiene paralizadas las Cortes de La Haya, con seis jueces del Tribunal Penal Internacional sancionados por Estados Unidos. También sufre sanciones la propia relatora de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, quien en esta entrevista reciente, publicada en elDiario.es, se quejaba de la falta de reacción de los Estados ante semejante golpe al corazón de Naciones Unidas.
Con ello Washington pretende aislar a quienes ejercen la tarea de velar por el derecho internacional, mientras se normaliza la violación del mismo. Europa sigue confiando en no salir salpicada, sin entender la dimensión de las consecuencias.
La impunidad del genocidio, ahora legitimada con esta resolución, crea más impunidad en todas partes, no solo en cuestiones internacionales. Si perpetrar gigantescas matanzas sale gratis -e incluso obtiene premio- ¿qué mensaje están recibiendo los gobernantes, los jueces y el poder financiero de todo el planeta?
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