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Vecinos del Casco Viejo atribuyen la presencia de bolsas abandonadas al mal funcionamiento de los buzones

Natalia González de Uriarte

Las quejas provocadas por los atascos en los buzones de recogida neumática de residuos son casi diarias. Tres veces al día y cuando la capacidad de los contenedores se colma, el sistema crea corrientes de aire para arrastrarlos. Pero en muchas ocasiones los vecinos aseguran que el sistema no funciona de forma correcta y se atasca. “A mí me ha pasado en muchas ocasiones y los vecinos de mi portal también me lo han comentado. Yo voy tirando la basura allá donde puedo. Si no funciona el buzón más cercano, me voy a otro, y si me encuentro con el mismo problema, busco un tercero”, explica Teresa, vecina de la calle Correría.

En las calles del Casco Medieval están instalados 182 contenedores entre buzones domésticos de tapa ovalada y comerciales, los de tapa cuadrada, más grande y que comerciantes y hosteleros abren con llave.

“A veces fallan los buzones, yo lo entiendo, el sistema no es perfecto. El problema es que tardan demasiado en arreglar estos fallos”, replica un residente de la calle Barrenkale.

Estas reclamaciones, muchas de ellas visibles en el espacio de sugerencias ciudadanas de la página municipal, se extienden también a otros barrios como Salburua y Zabalgana. “Nosotros hemos padecido esto durante semanas el pasado mes de enero. No funcionaban ninguno de los tres buzones grises, los destinados a las basuras. Sólo el de residuos orgánicos. Tenía que ir cada día hasta los situados en otra calle y muchas veces me encontraba con la misma problemática. He de confesar que, enfadado por tanta vuelta, depositaba la bolsa en el suelo, esperando que los operarios de FCC pasarían a lo largo del día”, lamenta un inquilino del número 3 de la calle Madrid, en Salburua.

Pero en otros momentos estos taponamientos los provocan los propios usuarios del servicio que utilizan bolsas demasiado grandes y quedan atrapadas al introducirlas por los orificios de entrada de los contenedores. “Cuando he tratado de explicarles cómo funcionan, me han increpado. Hay gente que es incívica por naturaleza, y es muy difícil reducarlos sino es a base de sanciones”, opina José Luis Viñaspre, de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. “A veces abandonan muebles, colchones y todo tipo de enseres de gran tamaño en un estado deplorable. Hasta que no pasa la camioneta de FFC, la calle queda hecha un asco”, añade Viñaspre.

Rafa Ruiz de Zarate, vecino del barrio, comparte esta opinión: “Hay mucha falta de respeto. Debe empezarse a denunciar”.

Para combatir estos comportamientos, las patrullas de la Policía Local destinadas a estas zonas vigilan también los alrededores de los buzones. Su presencia disuade a muchos de continuar con esas malas prácticas. “Han abierto varios informes que se derivan al Departamento de Medioambiente. Los técnicos abren expediente y deciden si sancionar o no”, explican desde el Departamento Municipal.

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