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Cádiz canta de izquierdas y vota de derechas: así fue el vuelco en el único 'Ayuntamiento del cambio' en Andalucía

La candidatura de Adelante Izquierda Gaditana la noche del 28M

Francisco J. Jiménez

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“Evidentemente, me equivoqué. Yo, el primero. Nos equivocamos. No supimos leer las señales del cansancio, las críticas del desencanto o las miradas tibias de indiferencia. Evidentemente, nos equivocamos. Sin querer hacerlo, sin ser conscientes, sin ser tampoco consecuentes”. Son palabras de David de la Cruz, candidato de Adelante Izquierda Gaditana, que se presentaba a las elecciones como el posible sucesor de José María González, Kichi, dentro de una confluencia que no ha sabido convencer a la ciudadanía gaditana. El de Cádiz era uno de los pocos llamados “ayuntamientos del cambio” que sobrevivían, pero ha caído.

Si en 2019, Adelante Cádiz recibió 26.498 votos, ahora solo han sido 11.320 los que han creído en su proyecto. Y en el análisis de lo acontecido en los comicios en la Tacita de Plata hay que destacar que el Partido Popular ha pasado de 13.397 votos en 2019 a 23.198. Incluso por encima de los 22.004 que logró en 2015, cuando Teófila Martínez fue la más votada, aunque perdió el sillón de la alcaldía por el pacto entre Por Cádiz sí se Puede, el PSOE y Ganar Cádiz en Común.

¿Qué ha pasado para que los gaditanos hayan dejado de confiar en el modelo de ciudad propuesto desde la izquierda y llevado a cabo durante dos legislaturas? ¿Hasta qué punto influye que Kichi anunciara que no se presentaba a la reelección? ¿Cómo puede el PP recuperar el Ayuntamiento consiguiendo unos resultados tan destacados? Son preguntas que no cuentan con unas respuestas claras porque entramos en el terreno de la subjetividad, pero es evidente que el electorado de Cádiz le ha dado la espalda a los que han sido sus regidores durante ocho años.

“Habrá que plantearse si yo era la persona adecuada”

En declaraciones a este periódico, David de la Cruz profundiza en las que considera las claves de este resultado electoral. “Yo soy autocrítico y me siento el primer responsable de la derrota. Con toda la humildad del mundo, habrá que plantearse si yo era la persona adecuada y si he sabido conectar”.

“También existe un desgaste de gestión. Gobernar desgasta, ha habido una pandemia, hemos heredado una situación muy complicada y la institución te absorbe mucho y quizá nos hayamos alejado un poco de los barrios, de la calle, de la gente. Ese componente de autocrítica también hay que tenerlo”, añade.

Pero reconoce que hay cuestiones que no termina de entender sobre lo sucedido en las urnas: “Hay cosas que se me escapan. Es una cuestión de batalla cultural. El PP nos ha ganado sin haber hecho nada en Cádiz porque la Junta no ha hecho absolutamente nada en Cádiz en ocho años y les ha bastado con decir que Cádiz no está bien. Será que hay una ola de derechización de la sociedad, es una batalla cultural que estamos perdiendo”.

La alargada sombra de Kichi

Manu Rodríguez es consultor político y de innovación social. Es director de la Cámara Cívica de Cádiz y presenta algunas claves de lo acontecido en Cádiz. “La victoria del PP en Cádiz es coherente con respecto a lo que ha ocurrido en España. Más aún cuando en Cádiz el partido hegemónico durante mucho tiempo fue el PP en la época de Teófila Martínez. En Cádiz el cambio estaba muy centrado en la figura de Kichi, que era un personaje muy carismático y uno de los grandes activos de este espacio electoral. Anunció que no iba a seguir por ser coherente con los compromisos que adquirió en su día y no ha habido un relevo convincente para que la ciudadanía votara por el nuevo candidato. David de la Cruz no tenía la notoriedad de Kichi, que tenía un estilo de liderazgo muy marcado”.

“En otras ciudades, han tenido unos debates similares, como por ejemplo Barcelona con Ada Colau, que dijo que sólo estaría ocho años y hace unos meses sometió a las bases de Barcelona en Común la posibilidad de romper ese compromiso y se ha presentado a unas terceras elecciones. Es llamativo que estas candidaturas de confluencia que proponían ser muy abiertas han dependido de figuras carismáticas para sostenerse”, añade Rodríguez.

Los errores castigados por la izquierda

Un testimonio que puede reflejar parte del sentir de la ciudad es el de Ángel Gago, autor carnavalesco y de izquierdas. En la campaña ha apoyado a David de la Cruz, pero saca unas conclusiones muy claras tras el 28M. “El cuarteto Windows 95, de 1996, ya dijo que Cádiz es de derechas. Y, aunque suene a cuna de la libertad, es verdad que Cádiz es de derechas. Es sintomático que Teófila se llevara muchos años en la alcaldía y que ahora otra vez saque el PP mayoría absoluta. En Carnaval somos libres de decir lo que queramos y varios autores criticamos a la derecha, pero no es un reflejo de la sociedad gaditana”.

Y va más lejos. Pone ejemplos concretos de actitudes de Kichi que pueden haber decepcionado a sus votantes: “Kichi creó unas expectativas muy grandes cuando entró. En la primera legislatura tenía a gente de Cádiz a su lado y en la segunda se alejó de Cádiz. Y soy de izquierdas, pero uno de mis autores en el cuarteto es Cossi, el segundo en la lista del PP. En algunas decisiones, por quedar bien, Kichi estuvo más cercano al empresario que al trabajador y decepcionó a mucha gente. Se alejó de la izquierda y también es verdad que los votantes de izquierdas son muy sibaritas y sólo votan al partido si les dan todo lo que piden. El votante de derechas no es así y vota siempre”.

Una política alejada de las necesidades de la ciudad

El desencanto de muchos votantes que confiaron en la política del cambio se hizo evidente en las urnas. No sólo se castigaron algunas actitudes concretas de Kichi, a quien se le acusaba desde algunos frentes de no ser el alcalde de todos y de no ser tan cercano como pregonaba. El problema es que ha llegado un momento en el que muchos ciudadanos reclamaban soluciones a problemas concretos de la ciudad por encima de prioridades del partido que iban a continuar con Adelante Izquierda Gaditana.

Es verdad que la confluencia de izquierdas llevaba en su programa aspectos relacionados con la vivienda, un protocolo antidesahucios y medidas centradas en mejoras sociales, pero algunas decisiones pasadas como el cambio del nombre del estadio por la Ley de Memoria Histórica causaron una fractura social y ha habido proyectos como el Museo del Carnaval que no han respondido a las expectativas.

La creación de un carril bici, la lucha contra la turistificación del centro o la peatonalización de la Plaza de España han sido aspectos a resaltar de la gestión de Adelante en Cádiz, pero son muchos los gaditanos que se han quejado de la suciedad en sus calles y de no haber contado con proyectos que frenaran la marcha de muchos habitantes a otras ciudades en una caída que no cesa.

El fin de ciclo del 15M

En opinión del politólogo Pedro Manuel Herrera de la Pascua, lo sucedido en Cádiz está en la línea de lo que se ha vivido en otros ayuntamientos del cambio. “Es el fin de ciclo de propio Gobierno municipal, donde la figura de Kichi estaba muy presente en todos los barrios. El resultado de las últimas elecciones fue un voto de confianza frente a un cierto bloqueo que se vivió en la primera legislatura. Y ha sido también el fin de ciclo del 15M, de las candidaturas municipalistas y en la ciudad ha habido un sentimiento parecido al que ha habido en Barcelona con Ada Colau. Cierta base social que lo apoyó en un primer momento se ha ido desgastando. Los activistas se han ido cansando del mismo discurso”.

Herrera de la Pascua señala que las candidaturas de Vox, Ciudadanos, Ahora Cádiz y la de Ismael Beiro han proyectado un mensaje que ha terminado calando en el electorado: “Parecía que iban a quitarle votos al PP y aunque al final han sacado malos resultados, pero han servido como una caja de resonancia por ese discurso de que la ciudad va fatal y que Kichi es un flojo”.

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