“La casa del desierto”: el futuro pasa por Granada
Si el futuro que se dibuja para la humanidad se asemeja en algo al apocalíptico panorama que se augura en la película Interstellar (Christopher Nolan, 2014), la salvación del ser humano puede empezar en Granada. Porque como se cuenta en ese film, un futuro en el que la Tierra esté dominada por desiertos y condiciones climáticas extremas podría ser posible con el paso del tiempo, por lo que no sería descabellado empezar a pensar en soluciones por si ese momento llegase. Bajo la premisa del aumento de la temperatura que se está produciendo con el cambio climático, ha nacido en Gorafe, en la comarca de Guadix y a unos 100 kilómetros de Granada capital, un proyecto que quiere resolver parte de los problemas a los que se enfrentarán los hombres y mujeres del futuro a la hora de tener dónde vivir.
“La casa del desierto” es el nombre con el que se ha bautizado una construcción novedosa que incide precisamente en su capacidad para dotar a las personas de un espacio habitable en un lugar que en principio no estaría preparado para ello. La firma nortemericana 'Guardian Glass', con base en Michigan (Estados Unidos), es la responsable de esta idea que sorprende por muchos motivos. Para empezar, por el emplazamiento en el que está ubicada. Porque se extiende sobre una badland junto al desierto de Gorafe que con su singular paisaje explica las temperaturas a las que puede llegar: -10º en invierno y más de 45º en verano. No en vano, este tipo de terrenos son zonas desérticas de las que hay pocos ejemplos en el mundo y aún menos en Europa. De hecho, los únicos europeos están en la península Ibérica.
Un proyecto singular
Se trata de un proyecto singular por lo especial de la zona, porque la empresa que ha decidido poner en marcha la idea es extranjera y porque aspira a ser un modelo para el futuro, “La casa del desierto” sin duda es un proyecto singular. Con una estética futurista, que se haya instalado a solo un par de kilómetros de un municipio tan rural como Gorafe, provoca un contraste que surge a simple vista. Pues en este pueblo granadino viven aproximadamente 400 habitantes y su economía es eminentemente agrícola.
Cercano al río Gor, la configuración del terreno hace que el cultivo de cereales sea la mayor actividad económica del lugar. Por ello, basta contemplar el paisaje para encontrar una zona desértica salpicada por viviendas construidas como casas-cueva y otras de tipo convencional que se disponen sobre el terreno muy lejanas entre ellas. Acceder a algunas con un vehículo utilitario puede suponer incluso un reto y casi una temeridad.
“La casa del desierto” se levanta al final de un sendero que delata que lo que la rodea es un desierto. Construida sobre un armazón de madera, el material que predomina en ella es el vidrio. El mismo que forma unas paredes totalmente transparentes y que permiten mantener una temperatura estable dentro de los tres módulos de los que está conformada esta vivienda experimental. En total, 20 metros cuadrados de una casa capaz de ser autoeficiente energéticamente gracias a paneles fotovoltaicos que permiten que el sistema de producción de energía y el de filtrado de agua con los que cuenta la construcción funcionen correctamente.
Por sus condiciones especiales, la casa no ha sido diseñada para ser habitable de manera continua. Más bien se trata de una experiencia piloto que pretende exportar un modelo de casa futurista para condiciones climáticas extremas. “La casa del desierto” es habitable para un plazo máximo de una o dos noches tal y como han explicado los responsables del proyecto entre los que se encuentra la arquitecta que ha diseñado buena parte de la idea, Spela Videcnik, de OFIS Architects y que define de “reto” el hecho de haber trabajado con el vidrio para hacer el edificio: “Hemos disfrutado retándolo hasta sus límites”. OFIS Architects han diseñado y trabajado junto con Akt II, empresa de ingeniería civil y Transsolar, una consultora energética para dar forma al edificio.
El calendario del proyecto arrancó en enero de 2017 y tras varios meses de desarrollo desembocó en que entre septiembre y diciembre la casa se construyó en Liubliana (Eslovenia) para posteriormente, en enero de este mismo año, ser trasladada a Gorafe. Una localidad que la ha recibido con los brazos abiertos según explica su propio alcalde, Miguel Pérez Navarro (PSOE) porque supone “una oportunidad inigualable para dar a conocer al mundo Gorafe, y su excepcional entorno, así como para consolidar el modelo de desarrollo turístico sostenible”.
Apoyo institucional
Aunque “La casa del desierto” ha tenido un recorrido de más de un año, la apuesta institucional por la misma ha estado presente casi desde el comienzo. Así ha quedado claro durante la inauguración oficial llevada a cabo este 8 de mayo con la presencia tanto del alcalde de la localidad granadina como de la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García y el delegado de Economía, Empleo y Ciencia, Juan José Martín. Junto a ellos han estado el director general de 'Guardian Glass', Gustav Boekhoudt, y el director de la división de la misma marca en España y Portugal, Miguel Sánchez.
Para Sandra García, la apuesta del Gobierno andaluz por “La casa del desierto” es una apuesta por el “turismo inteligente, ofreciendo al visitante una experiencia única, en un lugar excepcional, con un espacio interior cómodo y confortable”. No en vano, es posible pasar una noche en ella por 150 euros. Dinero que según explican los responsables del proyecto se invertirá íntegramente en el mantenimiento de la casa.
Por su parte, el director general de 'Guardian Glass' ha destacado el impacto que un proyecto de estas características tiene para el futuro de las construcciones para un entorno que pueda ser hostil. Que en todo caso se trata de una idea que pretende poner en valor las propiedades del vidrio para mejorar la habitabilidad de cualquier lugar y con el que se ha de poner en valor que se trata de un material que mira hacia el futuro gracias a la sostenibilidad y eficiencia que demuestra.