No hay sitio para Chiquito a los pies de la imagen sacra de El Chiquito
La devoción religiosa que inspira en Málaga la imagen de Jesús de la Misericordia no debe mezclarse con la devoción que inspira un santo laico, Gregorio Sánchez Fernández, aunque ambos reciban idéntico apelativo popular: Chiquito. Así al menos lo ha entendido la Agrupación de Cofradías, que había encargado al artista José Antonio Jiménez una peana para Jesús de la Misericordia, una imagen conocida en la ciudad como El Chiquito. Cuando recibió el encargo, Jiménez esbozó un purgatorio y luego se le ocurrió que las almas podrían expresarse con frases de Chiquito de la Calzada, como una forma de dotar de contemporaneidad y de identidad malagueña a su obra. Sin embargo, fue reconvenido: no era procedente, vinieron a decirle, meter el humor absurdo en la Catedral.
El artista aceptó la corrección y tanto él como la agrupación han restado importancia al veto. La peana y otras doce que soportan otras tantas imágenes forman parte de El verbo encarnado, una exposición que puede visitarse desde este miércoles en la Catedral de Málaga, y con la que la Agrupación de Cofradías celebra su centenario. Para muchos cofrades, es una oportunidad histórica de admirar imágenes muy veneradas en un solo espacio, después de la cancelación de las procesiones de Semana Santa en 2020 y 2021.
La agrupación encargó a trece artistas locales trece peanas sobre las que situar las imágenes sagradas, “aportando con el lenguaje contemporáneo de su obra una original y sugerente relectura de cada una de las advocaciones”.
La imagen de la cofradía de la Misericordia muestra a Cristo cargando la cruz, y es conocida popularmente como el Chiquito, por el efecto de la talla sobre el inmenso trono. José Antonio Jiménez, que recibió el encargo de ejecutar este pedestal, pensó que podría “poner voz a las almas” que se representan en su obra: un purgatorio en el que se observan diversas almas desnudas ante un fuego vivo, con un lenguaje corporal que muestra dolor o súplica. Jiménez quería poner “voz a las almas” con expresiones de Chiquito de la Calzada, que se mostraban de forma parecida a los bocadillos de un cómic, según explica a elDiario.es/Andalucía.
Jiménez, visiblemente incómodo por la situación, prefiere no decir qué expresiones había escogido. El humorista dejó para la historia un buen puñado entre las que elegir. “Fistro pecador” es una opción que podría encajar. Chiquito de la Calzada, fallecido en 2017, era él mismo muy devoto y hermano de El Cautivo. Si ya era querido en vida, su muerte no ha hecho sino acrecentar el cariño que por él tienen los malagueños. Hace apenas tres meses, el ayuntamiento de Málaga aprobó por unanimidad una moción para crear una ruta para honrar su memoria, que incluiría parada en un semáforo que contara con su silueta y dijera “jarl”.
“Me aconsejaron retirarlo”
En todo caso, queda claro que al comisario de la exposición no le gustaron y pidió su retirada al artista, tal y como avanzó ayer Sur, y confirma Pablo Atencia, presidente de la Agrupación de Cofradías. Atencia asegura que se han realizado indicaciones a otras artistas, referidas al color o al propio diseño. En este caso, la agrupación entendió que aquellas expresiones no encajaban en una exposición de imágenes sacras en un templo religioso.
Jiménez, cuyo cartel para la Semana Santa de 2019 ya llamó la atención por estar diseñado con letras inspiradas en los grafitis callejeros, quita hierro al asunto. “Me aconsejaron retirarlo porque podía crear polémica”, detalla. “Prefiero no decir mucho, porque esta es la obra definitiva, y si no se dice qué falta, tampoco pasa nada”.
La muestra puede visitarse en la Catedral de Málaga, y ha sido presentada este miércoles con la concurrencia de autoridades políticas y religiosas: allí estaban el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación, Francisco Salado; y el obispo, Jesús Catalá, que ha charlado con Jiménez ante su obra definitiva. Poco antes, el obispo pareció referirse indirectamente a la polémica. “Los procesos de decisión no son fáciles, ¿verdad?”, dijo, mientras esbozaba una sonrisa: “Al final, con el diálogo las cosas salen. Y yo estoy contento con los procesos que hemos hecho para que todo esto sea posible”. En la contemporaneidad que buscaba la muestra no hay sitio, todavía, para el otro Chiquito.
8