En las entrañas del Teatro Falla, el templo del Carnaval
El Carnaval de Cádiz ya no sólo es de Cádiz. Son muchos los aficionados que pueden seguir el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) a través de internet y este evento se ha convertido en un espectáculo que va mucho más allá de las Puertas de Tierra. Ahora atrae a aficionados de medio de mundo y, por eso, visitar el Gran Teatro Falla es una experiencia emocionante para muchos de ellos.
La empresa gaditana 1de3milhistorias organiza diferentes rutas en la ciudad y una de ellas es la visita al templo del Carnaval. Santiago Moreno y Francis Sevilla Pecci son los encargados de contar y cantar a los visitantes la historia del teatro y de su relación con el Carnaval. Junto a ellos, es posible adentrarse en las tripas de edificio porque se visita el escenario, los camerinos, el hall e incluso el gallinero, la parte más alta del Falla.
Desde todos los rincones de España
No es extraño que en una ruta haya visitantes de Salamanca, Ciudad Real, Mallorca, o Vizcaya, muy interesados en ver de cerca eso que llevan viendo tantos años por televisión. En la visita se enteran de que el Falla está construido sobre las ruinas de un antiguo teatro de madera que fue pasto de las llamas, y descubren muchas anécdotas de su concurso a través de las coplas que canta allí mismo Francis Sevilla Pecci, guitarra en mano.
Queda claro que el Carnaval es una fuente historiográfica de primer nivel porque basta con analizar una letra de determinada época para entender cómo la sociedad de aquel momento pensaba sobre determinados temas. En la visita se quiere dar una visión académica y popular del teatro y de la fiesta más grande de Cádiz. Las letras que se oyen son siempre alusivas a las explicaciones que se dan en cada instante.
Una ciudad de espíritu cultural
Pensar en el Falla en la actualidad es pensar en Carnaval, pero la construcción de los teatros en Cádiz se remonta a hace 300 años. La burguesía de la época y su gusto por la cultura impulsó que vieran la luz edificios como éste, que se inauguró en 1871 y que sólo duró en pie una década porque terminó siendo pasto de las llamas.
Fue reconstruido con un estilo historicista de finales del siglo XIX que recuerda un pasado glorioso musulmán y recibió el nombre de Manuel de Falla por ser el músico gaditano más universal.
Durante la visita se relatan las cinco etapas del teatro desde 1910 hasta la actualidad. Los diferentes espectáculos que por allí pasaron, cómo influyó la censura del régimen franquista y cómo fueron los primeros sonidos de Carnaval que vibraron en su escenario. Todo va aderezado con anécdotas y coplas que hacen que el recorrido sea muy ameno en todo momento.
Pero no sólo se habla de historia. También se dan detalles de cómo vive un carnavalero una actuación en el teatro. Cómo son los momentos previos a salir a las tablas del Falla, cómo se combaten los nervios en un momento que es tan angustioso como placentero para los aficionados. Se ve “lo que no sale en la tele” en un teatro que no deja de sorprender al visitante.
Sin hacer un spoiler, uno de los secretos que se desvelan en la visita es que hay bajo el escenario un orificio que da a un pozo. Cuando sube la marea llega el agua y eso, cuenta la leyenda, aporta una sonoridad muy especial. Los visitantes de esta ruta cultural nunca se limitan a escuchar las explicaciones. Y hasta ahí se puede contar.