Las organizaciones agrarias de Aragón reclaman a las instituciones una nueva política forestal

Los sindicatos agrarios aragoneses tildan de “catastrófico” el último dato arrojado por el Sistema de Información de Incendios Forestales de la Comisión Europea (EFFIS) de Copernicus: 403.171 hectáreas calcinadas, la mayoría de ellas, en lo que va de este mes de agosto. Desde el sector agrario, consideran que la situación que se está viviendo en el país, provocada por los incendios forestales en gran parte de España, es “alarmante” y reclaman ocupar su sitio en la mesa donde se tomarán las próximas decisiones.

Agroseguro ha elevado a 19.100 las hectáreas de cultivo calcinadas este 2025, según su última actualización. Unas cifras, todavía por determinar, que se traducen en pérdidas que ya superan los 600 millones de euros en cultivos tanto leñosos como pastos y asentamientos apícolas, entre otros, tal y como ha adelantado en una primera estimación la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG).

“Estamos ante un panorama desolador. Si no se actúa, las consecuencias para miles de familias rurales serán irreparables”, ha alertado el secretario general de UPA, Cristóbal Cano. Por su parte, desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) demandan una nueva política forestal por parte de las administraciones. Así mismo, el responsable de Medio Ambiente de COAG, Javier Fatás alerta de que la agricultura y ganadería necesitarán “todo el apoyo” de las distintas administraciones.

Por ello, las organizaciones agrarias exigen una “total y absoluta implicación por parte de todas las administraciones” en la gestión y disposición de los medios y recursos existentes para dar respuesta a todos los territorios, “por pequeño que sea”, apuntan.

Los profesionales agrarios deben participar en el Pacto de Estado contra incendios

La propuesta anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de un gran Pacto de Estado para la mitigación y adaptación a la Emergencia Climática ha sido bien acogida por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). “Somos unos auténticos convencidos de la necesidad de abordar este gran desafío que afecta al conjunto de la sociedad, pero de manera especial a nuestras explotaciones agrícolas y ganaderas”, asegura Cano.

El sindicato ha solicitado a la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, que las organizaciones agrarias estén presentes entre los actores que vayan a formar parte del Pacto de Estado. Alegan que los profesionales del sector primario son “gestores de un amplio porcentaje del medio natural en el que afecta de manera fundamental la Emergencia Climática” y que, por lo tanto, su presencia puede aportar “experiencia y conocimiento” y “enriquecer las mesas de debate, así como el trabajo que derive de las mismas”.

En este sentido, ASAJA denuncia que “durante años” las administraciones han dejado de lado a los agricultores y ganaderos, “tratándolos como extraños en la prevención y gestión de los incendios” apuntan, “a pesar de que su labor es esencial”, añaden. ASAJA insiste en que las actividades tradicionales son las que “han mantenido el medio” rural y opina que las posturas extremas conducen al “mayor deterioro posible del medio natural”. La organización solicita a las autoridades que “sitúen a los titulares de explotaciones ganaderas, cinegéticas, forestales y agrícolas como el eje central de las políticas forestales”.

Por su parte, y al igual que lo han hecho desde UPA, en COAG consideran que “los agricultores, ganaderos y apicultores debemos de estar también en esas negociaciones que se puedan hacer en ese pacto de Estado, en esos diálogos que tenga que haber en los próximos meses para afrontar de una manera global este problema”, argumenta Javier Fatás.

Medidas urgentes y una nueva Política Forestal

Ante lo que consideran un “gran desafío que afecta al conjunto de la sociedad y, especialmente, a las explotaciones agrícolas y ganaderas”, el sector pide que se pongan en marcha medidas concretas “que respondan a las necesidades de los agricultores y ganaderos afectados” en forma de “ayudas directas”. Además, advierten de que “el abandono rural y la falta de prevención están dejando al campo indefenso frente al fuego”, una idea que comparten tanto UPA como ASAJA.

Estos últimos defienden que las explotaciones ganaderas y cinegéticas, el pastoreo mantiene los pastos cortos y reduce la carga de material combustible; “en el campo, las tareas de labranza, la limpieza de árboles productores y la creación de cortafuegos en los rastrojos tras las siegas contribuyen de forma directa a frenar un posible fuego”, aseguran.

Por su parte, UPA insiste en denunciar “el abandono de las explotaciones familiares en España”. La organización considera que “la falta de políticas de apoyo a este modelo productivo” ha provocado que amplias áreas rurales se encuentren ahora “desprotegidas y sin el mantenimiento que podría frenar la propagación del fuego”, con especial incidencia en zonas de montaña y terrenos pronunciados de difícil acceso.

En esta situación, las organizaciones agrarias consideran que la Política forestal del país debería tener en cuenta y favorecer, o “al menos, no entorpecer” la labor de prevención que llevan a cabo la agricultura y la ganadería en el campo y monte, y por ello, tal y como apunta UPA, piden la “revisión de las restricciones autonómicas que impiden el pastoreo en terrenos incendiados durante largos periodos”.

Otra medida de urgente necesidad que solicitan las organizaciones agrarias es la “provisión de alimento y agua para los animales que han sobrevivido a los incendios”.

Coberturas del seguro agrario a los afectados

Además de las tierras de cultivo, y las miles de hectáreas de pastos calcinadas, lo que obligará a que los próximos meses las reses subsistan a base de complementos alimentarios, también miles de animales ha perdido la vida envueltos en las llamas. Por el momento se desconoce el número, ya que no se ha podido acceder al monte en la mayoría de los casos, sin embargo, una primera estimación llevada a cabo por COAG, apunta a que el fuego ha calcinado al menos unas 10.000 colmenas, una ganadería frágil que tardará años en recuperarse.

Las organizaciones agrarias han lanzado una serie de recomendaciones básicas para aquellos que han sufrido un siniestro derivado de los incendios forestales que están calcinando gran parte el noroeste de España. Además de no demorarse en los trámites y estar al tanto de la información publicada a través de las fuentes oficiales, el primer paso una vez que el fuego ha pasado es denunciar y documentar los daños, apuntan desde COAG. Para ello es necesario presentar una denuncia ante la Guardia Civil, y acompañar la denuncia con fotografías geolocalizadas del siniestro (cultivos calcinados, instalaciones afectadas, maquinaria, animales, etc.).

El siguiente paso es comunicar las pérdidas a la Unidad Veterinaria, en el caso de haber perdido “colmenas, cabezas de ganado u otros animales, notifícalo lo antes posible a la Unidad Veterinaria de tu zona (dependiente de la Sección Agraria Comarcal)”, apuntan. La comunicación oficial “es clave para poder optar a las ayudas de emergencia que activen las diferentes administraciones”, subrayan.

Todos los productores asegurados cuentan con protección frente a este riesgo, incendio, dentro de la garantía básica de cualquier póliza, tanto por daños en la producción como a la plantación. Así lo ha recordado Agroseguro a los usuarios de las pólizas.

En el caso del cereal, la protección se amplía así mismo a las muestras testigo que los productores hubieran tenido que dejar en el campo para facilitar la valoración de siniestros previos, así como a la producción que se haya podido ver afectada por la creación de cortafuegos preventivos. Además, tal y como ha informado la aseguradora, el seguro agrario cubre los daños que hayan podido sufrir las cabañas ganaderas aseguradas a causa del fuego.