Vuelve un año más el Ribagorza Clásicos en la Frontera: música clásica, patrimonio y pedagogía en el Aragón rural

El festival de Ribagorza Clásicos en la Frontera continúa llevando música clásica a zonas rurales en su XXVIII edición. Son ya casi 30 años de festival, una cita en la que no solo se pone en valor la cultura musical, sino también la tradición arquitectónica de la propia comarca de Ribagorza. “Además del riquísimo patrimonio que tenemos, la idea era también acercar la música clásica o culta −como quiera llamarse− a poblaciones pequeñas. En ese sentido, la verdad que fuimos muy pioneros. Porque ahora se habla mucho de la despoblación… pero esto ya hace 30 años que se vino haciendo aquí”, explica Santiago Lleida, director artístico del festival.

Cabe recordar que todas las actuaciones son gratuitas y con artistas “de prestigio internacional”. El XXVIII Clásicos en la Frontera comenzó el pasado 13 de julio en Graus y concluirá el día 30 de agosto en la localidad de Benabarre.

Un entorno privilegiado

La basílica de la Peña en Graus, la catedral de Roda de Isábena o los monasterios de Obarra (Beranuy) y de Alaón en Sopeira han sido algunas de las sedes que ya han acogido conciertos en esta edición del festival. Lugares cuyo valor arquitectónico es destacable, así como su sonoridad: “Solamente por el rico patrimonio que tenemos en Ribagorza podemos decir que el festival es excepcional. Además, contamos con algunos de ellos con una acústica verdaderamente extraordinaria”, subraya Lleida.

En cuanto a la programación musical, Lleida advierte de que “podríamos poner entre comillas el término clásica”, puesto que el cartel es una amplia mezcla de épocas y estilos: desde medieval, hasta música contemporánea; pasando por diferentes tipos de conjuntos e instrumentos. Así, como curiosidad, Lleida explica que hay algunas actuaciones de música antigua en las que “se ha tocado con réplicas basadas en la iconografía de la época para que el resultado sonoro sea lo más parecido posible a cómo sonaban en esa Edad Media”.

Divulgación musical

Otro elemento que destaca Lleida sobre el Festival de Ribagorza es su didactismo: “Se trata de explicar las piezas que se van a tocar, interpretar, incluso hablar algo de la época, el compositor… pequeñas pinceladas antes de cada obra o cada concierto para contextualizarlo bien y que la escucha sea más eficaz y el conocimiento sea cada vez mayor”. De esta forma, Lleida señala que “el público que asiste a los conciertos está bien preparado”, tanto local como de fuera, y que es “fiel”. De hecho, recalca el reciente turismo internacional: “La comarca es un destino turístico importante y el público europeo aprecia mucho este tipo de conciertos”.

Pero el Clásicos en la Frontera también acoge a un público infantil. El denominado ‘Clásicos en la escuela’ busca “acercar esta música a los más pequeños” con “al menos un concierto al año en el teatro Salamero de Graus”. Un concierto que permite representar las diferentes etapas de la historia de la música: antigua, clásica, romántica, siglo XX, música moderna, popular, jazz, etc. Así lo consiguió el grupo Araiz el pasado 13 de junio en el que “mostró un ramillete de piezas para que puedan aprender de todas las épocas de la historia”.

Clausura del festival

Las localidades de Torreciudad, Castanesa y Campo están siendo las siguientes sedes del festival los días 22, 23, 24 y 29 de agosto. Sin embargo, la gala de clausura tendrá lugar el próximo sábado, día 30, en la iglesia parroquial de Benabarre con la Camerata Virtuosi Ensemble, un conjunto de “solistas internacionales de diferentes países de Europa” que “buscan dar respuesta a un público que prefiere la calidad, emoción y originalidad; retomando el formato de cámara propio del barroco y del clasicismo”. Estos actuarán junto con el pianista Sebastiano Brusco. “Esperamos que sea una clausura excelente y que siga yendo igual de bien que hasta ahora, de calidad y público especialmente”, comenta Lleida.

Organizado por los consistorios ribagorzanos de Benabarre, Beranuy, Campo, Capella, El Grado, Graus, Isábena, La Puebla de Castro, Lascuarre, Montanuy, Secastilla y Sopeira; el Clásicos en la Frontera está patrocinado por el Gobierno de Aragón, la Diputación de Huesca y la Comarca de Ribagorza. Colabora también con el festival la Diócesis Barbastro- Monzón.