El dilema de las macrogranjas en Aragón: el Gobierno del PP las alienta mientras se disparan los nitratos en aguas bajo tierra
En marzo del año pasado, la Justicia europea condenó a España por incumplir con el control de nitratos, que originan explotaciones agrícolas y ganaderas intensivas. En realidad, los causantes fueron varias comunidades autónomas, entre ellas Aragón. Pasados unos cuantos meses, el Gobierno autonómico del PP ha decidido –con el apoyo de Vox y del PAR– revertir el cambio legislativo impulsado por el anterior Gobierno socialista y eliminar los límites a las macrogranjas, uno de los principales agentes contaminantes. Y eso en un contexto en el que las tasas de nitratos no dejan de aumentar: seis de cada diez muestreos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) detectaron el año pasado niveles compatibles con zonas afectadas.
La modificación de la Ley de Agricultura Familiar que acaba de aprobar el Ejecutivo de Jorge Azcón, a iniciativa de Vox, se contrapone con las protestas que están surgiendo en el territorio por la proliferación de macrogranjas –para las que no hay una definición universal, pero que en porcino se asimilan a más de 2.000 cerdos de cebo o 750 cerdas reproductoras– y también va en la línea contraria de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
Las mediciones de nitratos en aguas subterráneas que hace de manera constante la CHE evidencian que, pese a la mencionada condena, el nivel de estos compuestos químicos en el subsuelo de la comunidad sigue aumentando. Teniendo en cuenta que a partir de 50 miligramos por litro de nitratos las aguas bajo tierra se consideran afectadas, el porcentaje de muestras 'positivas' que ha localizado el organismo de cuenca pasó no ha hecho más que aumentar desde 2022: si ese año fueron casi una de cada tres (30,3%), en 2023 pasaron al 38,5% y en 2024 ya alcanzaban el 43,1% –en este caso, solo se han publicado las mediciones hasta la mitad de año–.
Las consecuencias de esto no son pequeñas: según Ecologistas en Acción, a nivel nacional el número de municipios que se quedan sin agua potable por la contaminación por nitratos han aumentado un 50% solo en un año, al pasar de 171 a 257 núcleos. En Aragón, en 2022, el agua de boca de 25 localidades aragonesas superó los límites admisibles de nitratos, lo que puede causar problemas para la salud, especialmente en población vulnerable. Pero estos elementos químicos también dañan los acuíferos por la eutrofización: la proliferación descontrolada de algas, lo que afecta negativamente en la flora y la fauna.
Cuestionado por este periódico, fuentes del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón se han remitido a una pregunta parlamentaria sobre este asunto que el consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Javier Rincón, tiene que responder este viernes en las Cortes autonómicas.
La situación es especialmente delicada en la provincia de Huesca, donde dos de cada tres mediciones de la CHE el año pasado (67,3%) detectaron más de 50 miligramos de nitratos por litro de agua. Y no mucho mejor en Teruel, donde ascendió al 51,1%. En ambos casos, valores sensiblemente mayores que dos años antes. En puntos como Fuentespalda, Peñarroya de Tastavins, Monroyo, Beceite, Fonz o La Puebla de Castro hubo mediciones que arrojaron resultados superiores a los 180 mg/l y en algunos casos incluso los 300 mg/l, seis veces por encima de lo permitido.
Tal y como consta en las alegaciones que Aragón presentó al TJUE, los niveles de nitratos superiores a 50 mg/l en la comunidad bajaron del 54,3% en el periodo 2012‑2015 al 39,1% en el periodo 2016‑2019. Seis años después, la comunidad no habría avanzado nada en este aspecto.
Y eso que el procedimiento judicial europeo parece haber disuadido al Gobierno central de la necesidad de reforzar la regulación en este ámbito. En 2022 vio la luz un real decreto para proteger las aguas frente “a la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias”, aunque también afecta a la ganadería. Esta normativa considera “aguas afectadas por la contaminación de nitratos” las subterráneas con más de 37,5 mg/l, un límite más estricto. Son las comunidades autónomas las que deben designar las zonas vulnerables y trasladar esta información al Gobierno de España. Mientras, los organismos de cuenca las entidades encargadas de programar el muestreo.
Al mismo tiempo, la Confederación Hidrográfica del Ebro –organismo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico– puso en marcha el mismo año el proyecto NitraCHE, actualizado en 2024. Este plan no solo describe la situación, sino que establece limitaciones “dentro del ámbito competencial del organismo de cuenca”.
Así, la CHE advierte de que informará “desfavorablemente” de las nuevas instalaciones ganaderas intensivas, o bien de la ampliación de las existentes, cuando no se contemple un tratamiento previo de los purines o estiércoles “que reduzca la carga nitrogenada que llegaría a las masas de agua del entorno”. Esto sucederá en dos supuestos: cuando la concentración de nitratos en las aguas superficiales iguale o supere los 50 mg/l de media anual o cuando suceda en aguas subterráneas con un umbral de 60 mg/l.
De esta forma, pese a que ya no hay límites para las macrogranjas en Aragón, la normativa estatal puede frenar su proliferación, al menos en las áreas más sensibles.
¿Cuáles son estas zonas que preocupan? El mapa de las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos que dibujó Aragón en 2021 incluye gran parte de la comunidad autónoma, prácticamente en toda la región salvo los Pirineos y la parte central de la provincia de Teruel. Las áreas de mayor tamaño se sitúan en la comarca de La Litera, en torno a la capital altoaragonesa (Huesca), en la Ribera Alta y Cinco Villas (Zaragoza) o en el Matarraña y Jiloca (Teruel).
Para arrojar luz sobre la situación actual y la evolución, en breve se hará público el informe con los datos analíticos del cuatrienio 2020-2023 que ha elaborado la CHE y que ya ha remitido al Ministerio de Transición Ecológica.
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