El feminismo toma las calles de Zaragoza en otro 8M histórico
Otro 8M para la historia. Otra jornada para recordar y guardar en la memoria. Si el desborde ciudadano y feminista de Zaragoza en 2018 asombró a todas y todos, el de 2019 marcará un hito. Porque sigue habiendo motivos (más), las razones se multiplican y es la calle el lugar en el que se alcanzan muchos derechos. Donde se persigue la igualdad.
Desde la Glorieta Sasera (donde llegaron seis columnas de persona procedentes de los barrios) a la plaza del Pilar, una marea morada y feminista de más de 200.000 personas, según la organización, no ha parado de cantar, gritar, bailar y demostrar que Zaragoza es feminista. A las 19:15 arrancaba la manifestación, más de una hora y media después, lo hacía el final de la misma. Increíble.
Al frente, un cartel con un mensaje claro, conciso y directo: “Si nosotras paramos, se para el mundo”. Madres, hermanas, abuelas, primas, tías… Mujeres. Cabreadas por la violencia machista. Hartas de cobrar menos que los hombres. Ahítas de soportar el machismo.
Durante más de dos horas se han desgañitado, han reído, llorado, se han abrazado y han botado al grito de “un bote, dos botes, machista el que no bote”. Después llegaba “me gustan las peras, me gustan las manzanas, me voy a la cama con quien me da la gana” y “sola, borracha, quiero llegar a casa”.
Con “ista, ista, ista, Zaragoza feminista” llegaba el estruendo y con “qué casualidad, qué casualidad, los que nunca paren prohíben abortar”, la indignación se convertía en lema una vez más.
La plaza del Pilar se pintó de morado
A las 20:55, cinco minutos después de que la cola de la manifestación echará a andar, la parte delantera entraba en la plaza del Pilar. Se tiñó de morado el lugar más emblemático de la ciudad. En el escenario -y tras la actuación del Coro de Torrero que puso a danzar a toda la plaza- mujeres que están viviendo conflictos laborales en Frutos Secos El Rincón y Chip Audiovisual leyeron el manifiesto que culminó con las palabras de Rosa, que tiene fijada la fecha de su desahucio para el próximo 26 de marzo.
“En 2018 se celebró la primera huelga feminista en el Estado español, pero no nos conformamos. Hacemos huelga porque es la herramienta más potente para parar y cambiarlo todo. Somos millones de mujeres y vamos a por todas”, cada in crescendo del manifiesto era multitudinariamente replicado.
“Cada día llenamos plazas, barrios, mercados y centros de trabajo. Salimos a la calle contra las violencias y las opresiones que vivimos por el mero hecho de ser mujeres”, vítores y gritos como respuesta. “Exigimos una depuración del sistema judicial, que garantice que las denuncias llegan a trámite, ¡fuera jueces machistas y racistas!”.
Y, para terminar, “la lucha no es solo el 8M, seguiremos hasta conseguir que el mundo cambie”, porque, como se podía leer en un pequeño cartel que ondeaba entre la marea: “¿Te imaginas el mundo cuando hayamos vencido al patriarcado?”.
