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Un informe interno del Ayuntamiento de Santander aconsejó hace siete meses a la alcaldesa asegurar la estabilidad de la Casona

Plaza del Ayuntamiento de Santander.

Javier Fernández Rubio

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Un informe técnico interno recomendó el pasado mes de abril prohibir el acceso del personal a la planta sótano y adoptar medidas que garanticen la estabilidad del forjado del mismo y de la planta baja de la Casa Consistorial del Ayuntamiento de Santander, lo que pudiera implicar de facto el cierre del edificio tanto para el personal como para el público por el riesgo detectado en su estabilidad. El informe del arquitecto técnico municipal, de hecho, propone medidas para garantizar “la seguridad de uso del propio Ayuntamiento”.

Dada la configuración de la Casa Consistorial, el acceso a las plantas superiores del inmueble pasa por la planta baja, en donde están abiertas numerosas oficinas a las que acuden a diario cientos de ciudadanos.

Transcurridos siete meses desde que fuera puesto en conocimiento de la Alcaldía, y dada la inactividad constatada, los delegados de la Junta de Personal y del Comité de Empresa municipales han denunciado la situación ante la Inspección de Trabajo para que gire visita al inmueble, evalúe los riesgos y proponga medidas y sanciones, si fuera necesario.

Los órganos de representación sindical tanto de los funcionarios como del personal laboral del Ayuntamiento de Santander están indignados por no haber tenido conocimiento hasta finales de noviembre de este hecho y de que no se haya tomado ninguna medida desde abril.

Todo ha saltado en el último Comité de Seguridad y Salud, reunido el 17 de noviembre. En dicha reunión se vertió un informe incompleto de la situación del inmueble, a petición de dos delegadas de prevención. Concretamente se preguntaba por el estado de los sótanos y las medidas a aplicar. Como la información oficial fue insatisfactoria, las delegadas solicitaron copia del informe técnico de las deficiencias y daños en el forjado de la planta sótano. Dicho informe les fue facilitado. Fechado el 21 de abril, fue elaborado por el arquitecto técnico municipal y entre las recomendaciones que realizaba a la alcaldesa, Gema Igual (PP), estaba la prohibición de acceso del personal “hasta que no se coloque medidas provisiones que garanticen la seguridad y estabilidad del forjado de la planta baja”.

El informe recomendaba un estudio estructural del estado del forjado del sótano, “evaluar los riesgos y proponer medidas provisionales y correctoras al respecto”. Pero también proponía medidas provisionales que garantizasen “la seguridad y estabilidad del forjado de planta baja”, que es también de uso público y en donde se encuentran múltiples dependencias municipales.

Otras dos recomendaciones del arquitecto técnico fueron “vaciar el sótano de documentación, cajas y estanterías” y “realizar un proyecto de la planta sótano que garantice el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación”. Ninguna medida se ha ejecutado siete meses después. Lo representantes de los trabajadores han informado de la situación a todos los empleados municipales. Consideran que no solo el personal, sino los ciudadanos que acceden al edificio corren riesgo.

Se trata de “otro ejemplo más de la política de absoluto desprecio no sólo a la normativa de prevención de riesgos laborales, sino también a los empleados municipales, a sus representantes y sobremanera a los ciudadanos de Santander como usuarios de este edificio por parte del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Santander”, se valora en un escrito fechado este 7 de diciembre, en el que se da cuenta de la denuncia a la Inspección de Trabajo “al objeto de que gire visita y adopte las medidas y/o sanciones procedentes, antes de que la inacción del Equipo de Gobierno se concrete en sucesos que tengamos que lamentar”. 

La zona centro de Santander ha visto en los últimos años cómo varios edificios privados experimentaban problemas de cimentación.

La situación del Ayuntamiento de Santander recuerda a la del de Torrelavega, cuyo palacio del Bulevar Demetrio Herrero fue desalojado parcialmente ante su grave deterioro, lo que obligó el traslado de oficinas a un nuevo emplazamiento en la Plaza Baldomero iglesias.

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