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“No daremos un cheque en blanco al Gobierno para que apruebe gratis los presupuestos”

Rubén Gómez, portavoz de Ciudadanos en el Parlamento de Cantabria. |

Laro García

Rubén Gómez (Santander, 1983) ha vivido en apenas dos años una intensa actividad política que lo ha llevado a ser el portavoz parlamentario y cara visible de Ciudadanos en Cantabria. Su primera cita con las urnas lo colocó en el Parlamento autonómico, donde reconoce que empieza a sentirse cómodo después de un aterrizaje casi forzoso. Adaptado ya a su nuevo cometido, en una posición donde no se había imaginado a corto plazo, se muestra consciente de que su partido puede ser clave para que el Gobierno PRC-PSOE apruebe las cuentas públicas de 2017.

Afronta esa negociación, todavía no iniciada, con expectativas de cambio y la posibilidad de convertir en decisiva a la formación liderada a nivel nacional por Albert Rivera. Asegura que “no hay líneas rojas”, por lo que prefiere mantener al margen las ayudas públicas al Racing o el posible cese de Salvador Blanco al frente de la empresa pública Sodercan hasta que conozcan los detalles del presupuesto que está diseñando el Ejecutivo bipartito.

Sobre el escenario político nacional, defiende tanto el pacto alcanzado por Ciudadanos primero con Pedro Sánchez y después con Mariano Rajoy, a pesar de incumplir así las promesas hechas a sus votantes. “Es mejor un Gobierno que una repetición electoral. Lo que no nos podemos permitir en ningún caso es volver a unas terceras elecciones”, subraya.

¿Qué pequeñas batallas ha ganado Ciudadanos en este primer año con presencia en el Parlamento de Cantabria?

Ha sido una experiencia muy intensa en demasiado poco tiempo. Hace dos años no me hubiera imaginado aquí. Me siento muy orgulloso de dinamizar la oposición desde un partido que acaba de llegar y que tiene solo dos diputados. También todos los grupos políticos del hemiciclo saben que cuando damos la palabra, la cumplimos. Esa coherencia con el mensaje que transmitimos creo que es muy positiva. Hay que valorar lo difícil que ha sido. Mal no lo hemos hecho, creo yo. Al menos no hemos destacado por lo malo. No estamos dejando al Gobierno sentirse cómodo y estamos siendo constructivos, aportando ideas. Viendo cómo está siendo la legislatura, es más necesario que nunca.

¿Ha influido mucho en el devenir político de Cantabria el escenario nacional?

A mí me gustaría decir que no, pero estaría mintiendo. Ha influido y mucho. Siempre existe ese halo de electoralismo permanente. Está muy presente en los discursos. No debería ser así, pero pasa.

En la campaña electoral en la que fue candidato de Ciudadanos reivindicaba tres aspectos que, a su juicio, eran fundamentales: regeneración, transparencia y sentido común. ¿Cree que se están cumpliendo estos objetivos?fue candidato de Ciudadanos

Creo que damos pasos para ello. Hemos llevado muchos temas al Parlamento para reclamar mayor transparencia. Queda mucho por trabajar y muy pronto vendrá una ley con la que podremos mejorar las cosas. En cuanto a la regeneración, tres cuartas partes de lo mismo. Lamentablemente, no hemos contado con el apoyo del resto de grupos parlamentarios para algunas cuestiones que son básicas, como el control, análisis y debate sobre las empresas públicas, que creemos que son el foco principal de mala gestión de Cantabria, donde perdemos muchos millones de euros. Y se dice que el sentido común es el menos común de los sentidos. En ocasiones, puede ser discutible o relativo. Nosotros lo tratamos de trasladar a la actividad política. Cuando se pone un tema encima de la mesa, no pensamos en quién lo trae, sino en si es bueno o malo para Cantabria o cómo podemos ayudar a mejorarlo.

Coincidiremos en que sus premisas eran muy generales y que luego hay que bajar a la tierra. ¿Cuesta ocuparse de la realidad que afecta directamente a la vida diaria de la gente?

Sí, cuesta. Es uno de los principales problemas de la política. Es difícil de solucionar, además. Cuando uno está en el Parlamento, los árboles no te dejan ver el bosque. A veces el debate se queda en la simple retórica política. En tiempos como los que estamos, eso hace que la gente se desconecte y se cabree con los que trabajamos aquí. Cuando uno está dentro, ve las cosas distintas de como las ve fuera. Una cosa es cómo funciona la Administración y otra diferente cómo nos gustaría que funcionara. La gente quiere que las cosas sean más rápidas y a veces no es posible.

Pese a que el Gobierno de Cantabria no tiene mayoría parlamentaria en el hemiciclo, sí que ha solventado los asuntos más importantes de la legislatura con relativa calma apoyándose en Podemos. ¿Cree que eso va a cambiar a corto plazo?

Bueno, eso depende de lo que quiera el Gobierno. Es cierto que hasta ahora le ha salido muy barato el aprobar unos presupuestos o sacar adelante una investidura. Entre otras cosas, porque las condiciones que puso Podemos en el pacto que firmó con el PRC las tiene que sacar adelante el PSOE. Eso es hacer trampas al solitario,un dislate. Hasta ahora les ha funcionado, pero estamos en una encrucijada porque Podemos ha puesto encima de la mesa el cese de Salvador Blanco, que el Gobierno no está dispuesto a dar. Quizás eso dé oportunidad a que el Gobierno negocie con otros grupos. Nosotros siempre hemos manifestado que estamos dispuestos a sentarnos a hablar y negociar, otra cosa es que lleguemos a acuerdos. La puerta está abierta, pero depende del Gobierno. A día de hoy, salvo contadas ocasiones, no han querido. Ellos sabrán por qué.

Si Podemos mantiene esa línea roja, Ciudadanos pasa a tener una posición decisiva, con capacidad de influir en los próximos presupuestos. ¿Lo ve como una oportunidad para tomar la iniciativa? Podemos mantiene esa línea roja

Para mi partido, pasar a tomar decisiones de Gobierno sería bueno, pero sobre todo creo que sería bueno para los cántabros. Lo que vamos a poner encima de la mesa son las necesidades reales de la sociedad, no un mero postureo. Ha llegado el momento de salir del debate superficial e ir a cuestiones más relevantes. El caso de Salvador Blanco es un ejemplo claro. Es una persona, un nombre. Si sustituimos a Salvador Blanco y viene otro que lo hace igual o peor, continúa el problema. La clave está en que mantenemos una estructura mastodóntica y estamos pidiendo un esfuerzo a los ciudadanos mientras la Administración no lo hace. Hablamos de millones de euros en empresas públicas que se van en sueldos y contrataciones hechas a dedo. Eso es lo primero que hay que atacar para disponer del dinero y cubrir esos servicios sociales que necesitan los cántabros. Para hablar de prioridades hay que disponer de los recursos necesarios. Existen, aunque suponga que la clase política tenga que vivir peor de lo que lo hace ahora.

El presupuesto de Cantabria tiene que estar en el Parlamento a finales de este mes de octubre. ¿Han tenido algún contacto con el Gobierno a estas alturas?

No, la verdad que no. Ni están ni se les espera. Lo único que tenemos son las referencias continuas del presidente o del consejero de Economía contando una película que no nos creemos. Echan balones fuera y parece que no tienen ninguna responsabilidad, lo que resulta preocupante y sorprendente. Por un lado, nos anuncian la cantidad de dinero que llegará desde Madrid, con unos 60 millones más que el año pasado, y nos dicen que el presupuesto va a ser mucho más austero porque no nos da. O nos mintieron el año pasado o nos están mintiendo este. La sensación es que buscan un chivo expiatorio al que echar la culpa de unos futuros recortes. No es serio. Si quieren aprobar los presupuestos, deberían estar ya sentados, negociando con los grupos parlamentarios, intentando llegar a acuerdos para marcar las líneas de lo que deben ser las cuentas del año que viene. Eso no se ha hecho todavía, lo que es una irresponsabilidad por parte del Gobierno, que incide permanentemente en la mentira.

¿Hay alguna condición de partida para sentarse a negociar?

La primera condición es que nos traigan los presupuestos. Esa es obvia. A partir de ahí, quien haya seguido un poco nuestra trayectoria sabe por dónde van a ir nuestras exigencias. Nosotros no vamos a marcar líneas rojas, vamos a ser exigentes. No estamos dispuestos a dar un cheque en blanco al Gobierno para que apruebe gratis los presupuestos. Queremos hechos, queremos realidades, queremos trabajo en la línea correcta. Creemos que las empresas públicas son el foco principal que hay que atacar. Hablaremos de mejorar servicios sociales, de ser eficientes en la gestión de la Administración.

Hablaba antes de la influencia de las dos convocatorias que hemos vivido en España en el último año. ¿Da por descartada una tercera cita con las urnas?

Por descartado no se puede dar nunca. Mientras esté la investidura en el aire, existe el riesgo de pasar por la vergüenza de unas terceras elecciones. Ya las segundas fueron una vergüenza, así que otra repetición sería casi incalificable. Ha llegado el momento de que los partidos nacionales se sienten, dialoguen e intenten alcanzar acuerdos, dejando de lado el manido debate del “y tú más” o “quítate tú para ponerme yo”. Ahí creo que Ciudadanos ha dado una lección y ha demostrado que es el único partido que ha intentado que esto se ponga en marcha. Debemos salir de este bucle cuanto antes.

¿Ciudadanos ha dado una lección pactando primero con el PSOE y después con el PP, a pesar de haber prometido en campaña electoral que no haría ni una cosa ni la otra?

Yo no creo que eso tenga un efecto negativo necesariamente. Lo que nos ha llevado a esta situación de repetición de las elecciones ha sido el anquilosamiento de los partidos en posiciones fijas sin ser conscientes de cómo evoluciona todo. Hay que actuar con responsabilidad. Evidentemente, hay diferencias entre lo que a uno le gustaría que fuera y lo que es. Ese realismo, ese sentido de estado, ese sentido común, es lo que nos ha llevado a buscar una solución. Siempre va a ser mejor para todos encontrar un arreglo que quedarnos en el “no es no”. Para eso no nos han votado los ciudadanos.

Para un partido que se presentaba como adalid de la lucha contra la corrupción, ¿tener a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno de España cumple con esa exigencia de la que presumen?

Bueno, hay que saber interpretar la realidad. Un Partido Popular inmerso en los procesos judiciales que están abiertos por la corrupción, o un Partido Socialista que está salpicado también, evidentemente no son los ejemplos que nos gustaría seguir. Por desgracia, la corrupción se da en la inmensa mayoría de los partidos. Si al final nos cerramos en banda, no podríamos dialogar, no podríamos hablar con prácticamente nadie. ¿Y quién pagaría las consecuencias? Los ciudadanos que han votado y han decidido un reparto parlamentario que es el que es. Muchas veces hay que apartar lo que a ti te gustaría por el beneficio y el bien general. En este caso, el bien general es que arranque la legislatura y se ponga en marcha un Gobierno.

¿Hay que tragar mucha saliva para escuchar declaraciones como la que ha protagonizado esta semana Francisco Correa en el juicio del Caso Gürtel, con acusaciones de comisiones en obras públicas, financiación ilegal, mordidas, y defender que el PP debe encabezar un Gobierno en España?Francisco Correa en el juicio del Caso Gürtel

No es que se haga duro, es que lo que ha pasado es una vergüenza, independientemente de las siglas que hayan acogido esas prácticas corruptas. Lo que hay que hacer es trabajar para que eso no pase en el futuro. Si uno quiere que no se siga practicando esa nefasta gestión, habrá que tomar medidas de control para evitarlo. Para combatir la corrupción que se ha instalado en nuestro país, lo que hay que hacer es llegar a acuerdos para avanzar en la legislación. Hay que evitar que esos casos se vuelvan a reproducir y los que han cometido delitos tienen que pagar por ello. En esa línea van los acuerdos a los que llegó Ciudadanos tanto con el PP como con el PSOE.

¿Y no sienten que avalan esa etapa de corrupción anterior permitiendo que muchos de los implicados sigan en puestos de responsabilidad?

Bueno, también podríamos hablar de Chaves y Griñán y el Caso de los ERES de Andalucía. Ellos no siguen en sus puestos gracias a la exigencia de Ciudadanos. También en Madrid, donde ha habido más de un dimitido gracias al acuerdo del PP con Ciudadanos. O podemos hablar de La Rioja o Murcia, donde se consiguió incluso la renuncia de los que habían sido candidatos. Evidentemente, la regeneración democrática no se va a conseguir en un día. Todos los pasos que estamos dando son buenos y nos van a ayudar a conseguir ese objetivo. Estamos empezando a ver cosas que antes no veíamos: dimisiones de ministros por mentir, rectificaciones del Gobierno a intentos de colocar a dedo a alguien… Yo creo que es un síntoma de que las cosas están cambiando y yo me quedo con eso.

Albert Rivera fue muy duro con Mariano Rajoy en el debate de investidura en el que después le prestó sus votos. ¿Es mejor un mal Gobierno que una repetición electoral?

Es mejor un Gobierno que una repetición electoral, eso sin duda. Como digo, este no va a ser el Gobierno que nos gustaría, pero lo que no nos podemos permitir en ningún caso es volver a unas terceras elecciones. No es lo mismo gobernar con una mayoría absoluta que con un Parlamento fragmentado y plural como tenemos ahora mismo tanto en Cantabria como en el Congreso de los Diputados. Esa diferencia puede ser la clave de una legislatura distinta, en la que el Gobierno no hace lo que quiere, sino lo que el Parlamento le manda. Tengo la esperanza de que, si la legislatura se pone en marcha, veamos una nueva manera de hacer política.

Haciendo un paralelismo con la situación de Cantabria: ¿Si el Gobierno no consigue los apoyos necesarios es mejor unos presupuestos prorrogados, o se prestarían sacar adelante unas cuentas públicas de 2017 por responsabilidad?

Una prórroga es más complicada para el Gobierno que para los ciudadanos en sí. La clave la tiene el Gobierno. Nos dicen que tienen más dinero que el año pasado y, sin embargo, nos dicen que van a ser más austeros, lo que no tiene lógica ninguna. Las permanentes referencias de Miguel Ángel Revilla al tema del Sovaldi son una vergüenza. Está mintiendo claramente. No es una cuestión del año 2016, eso ya lo hizo el anterior Gobierno en su última etapa. Quedará muy bien para el discurso, pero es mentira. Para nosotros es fundamental un plan para 30 años que diseñe en el futuro de Cantabria. Sin embargo, a la vicepresidenta la hemos escuchado que está muy bien, que deben participar todos los partidos, pero quien marca la línea es el actual Gobierno. No se ha enterado: no estamos hablando del ahora, estamos hablando del futuro, y eso lo tenemos que hacer entre todos. Esas divergencias a mí me hacen ser pesimista a la hora de sentarme a negociar con el Gobierno. Sin embargo, quiero pensar que vamos a ser capaces de llegar a acuerdos.

¿Qué prioridades deberían seguir esas cuentas a criterio de Ciudadanos?

Cuando se nos presenta un presupuesto cerrado y se nos invita a hacer enmiendas, hay una trampa. Si eso pasa, el presupuesto de cada área está cerrado, no hay trasvases. Nos acota a trasladar partidas. Hay que ver las condiciones que están dispuestos aceptar desde el Gobierno. Hay partidas que no entendemos por qué desaparecieron del anterior presupuesto. No debemos olvidar que ayudaremos a la sociedad si creamos empleo. ¿Qué medidas han realizado en este sentido? Habrá que empezar a hacer algo más que dar ayudas a las empresas.

De momento, tenemos pocas pistas de por dónde irán las cuentas públicas de 2017, aunque sí sabemos la intención del Gobierno de comprometerse económicamente con el Racing. ¿Aceptarían unos presupuestos con esas partidas a pesar de la postura contraria que defendieron públicamente?la postura contraria que defendieron públicamente

Quiero dejar clara una cosa: nosotros sí conocíamos los detalles de esa ayuda pública al Racing. Otra cosa es que se haya querido vender que no era así. No es verdad. Nosotros hablamos tanto con el Gobierno como con el Racing, que nos explicaron cuáles eran sus planes. Prueba de ello es que lo que dijimos, dos meses después lo repitieron palabra por palabra el propio Gobierno y el propio Racing. Nosotros dijimos que no era posible llevar a cabo ese acuerdo y, efectivamente, así fue. Los Servicios Jurídicos no avalaron algo que por normativa europea es imposible de hacer. No me arrepiento en absoluto de la decisión. Cuando no estaba en la posición que estoy ahora y estaba sentado en El Sardinero en plena época de Ali Syed, Francisco Pernía, Piterman o Santiago Díaz, siempre he defendido que el dinero público no debe ir a un equipo de fútbol. He sido coherente siempre. Ahora con más razón, que tengo la obligación de cuidar y mimar el dinero de todos los cántabros. Lamento profundamente que haya gente que pierda incluso los papeles y no acabe de entender que nuestra postura es una, independientemente de lo que piense el resto de partidos. Nos quieren responsabilizar a nosotros de algo que no es nuestra responsabilidad: si el Gobierno quiere dar ese dinero al Racing, puede hacerlo. Es el Gobierno el que traslada esa responsabilidad al Parlamento. La pregunta que lanzo es: ¿Por qué? Sabiendo como saben que ni PP, ni Podemos, ni Ciudadanos van a estar de acuerdo, parece que quieren echarnos a nosotros la culpa. Habría que preguntárselo a Miguel Ángel Revilla. El patrocinio que se planteaba estaba fuera de mercado. Estamos hablando que, en Primera División, un equipo como el Celta, que juega competición europea, no llega a un millón de euros al año. El Racing juega en Segunda División B, no lo olvidemos. Estaba fuera de mercado, no era legal, y el acuerdo al que se pretende llegar a través de una empresa como ITM nos pone en la misma tesitura. Las cifras son desproporcionadas.

¿Y si se incluyen esas partidas de publicidad en el presupuesto, contará con el voto en contra de Ciudadanos?

Nos mantenemos en la misma postura: no estamos de acuerdo. También es cierto que depende de cómo se diseñe, no tiene por qué aparecer específicamente en los presupuestos. Queremos que el Gobierno nos diga la verdad, que no nos engañe. Al mínimo atisbo de sentirnos engañados, evidentemente no vamos a participar de la negociación. No estamos de acuerdo con ese convenio publicitario, nos parece que los términos siguen siendo desproporcionados. No nos gusta.

Defendía a lo largo de la conversación la mano tendida que ha tenido Ciudadanos en el Parlamento, llegando a acuerdos puntuales con todos los grupos. ¿No cree que hay una postura radicalmente distinta a lo que está haciendo su partido en Santander, donde mantiene un apoyo explícito al PP a pesar de no tener un acuerdo firmado?

Yo soy el portavoz parlamentario de Ciudadanos. Aquí somos dos diputados de 35. La gente no se hace idea de la dedicación que esto requiere, así que no tengo tiempo de seguir el día a día de lo que hacen otros grupos institucionales que tenemos en Cantabria. Así que no tengo capacidad de valorar su actuación.

¿No participa en la vida interna del partido y no conoce lo que hacen el resto de sus compañeros siendo la cara visible de Ciudadanos en Cantabria?

Participo en mi agrupación, que es la de Santa Cruz de Bezana. Además, soy el portavoz parlamentario y mi preocupación es la política regional.

Los problemas de su partido en la comunidad autónoma son públicos, con un enfrentamiento, por ejemplo, que acabó con la expulsión de sus dos concejales en Piélagos, que incluso lo acusaban personalmente de intervenir y de buscar “palmeros”…la expulsión de sus dos concejales en Piélagos

Nosotros, como dirección del grupo parlamentario, marcamos las líneas a seguir en la política regional. En la política municipal están claros los programas y el ideario de Ciudadanos. Si te presentas con un programa y votas en contra de lo que dice tu programa, si el partido lo juzga y lo cree oportuno, los órganos competentes pueden decidir tu expulsión, como pasó. Muchas de las críticas que se vertieron por parte de los concejales entiendo que fueron porque están dolidos. Pueden pensar que la decisión es injusta. Yo la respeto y la ratifico. Creo que ellos responden más al dolor y al mosqueo que a la realidad.

El funcionamiento interno de Ciudadanos ha estado en cuestión en los últimos meses, no solamente en Cantabria. Albert Rivera siempre defendió la celebración de primarias para elegir a los candidatos, algo que no sucedió en junio cuando se forzó la renuncia de Carlos Pracht y se eligió a Félix Álvarez desde la dirección nacional y sin participación de los militantes en la comunidad autónoma. ¿Cómo se justifica una decisión como esta?se eligió a Félix Álvarez desde la dirección nacional

Carlos Pracht fue elegido por primarias, igual que las cinco personas que encabezamos la lista al Parlamento de Cantabria. Y los concejales de Santander, Torrelavega, Piélagos o Bezana. Hubo una excepción por las circunstancias que se dieron. Carlos decidió no seguir como candidato, el partido sabía que Félix formaba parte del partido aquí en Cantabria y surgió esa posibilidad. A mí me parece que cuando tienes esa ocasión, la tienes que aprovechar. Pero no deja de ser un hecho puntual, una excepción dentro de una trayectoria de primarias. Un grano no hace granero. Ciudadanos es un partido radical y absolutamente democrático.

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