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Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Encuesta, en cuesta

Patricia Casado

No quiero darme importancia en esta primera columna dórica pero es que yo tengo un contacto importante en la política; y del PP. Un contactazo, que se dice ahora. Ahora todo lo bueno acaba en -azo y -aza: fotaza, culazo, librazo. O en -azos y -azas cuando es ya algo  superlativo, como ojazos, pelazos o Cristina Mazas.

Bueno, pues que me ha dicho mi contacto que en el PP están muy tranquilos, que según las encuestas que ellos manejan van a ganar a lo grande, sobradísimamente. Y, ojo, que no sólo en Santander, que esto es algo sin mérito a estas alturas, sino también en Cantabria, en el resto de España y en el mundo entero de presentarse, Dios nos guarde.

Yo no sé. Ni sé quién manejaba la barca la Remedios Amaya, ay, ni sé quién maneja las encuestas del PP. Pero dice mi contacto, contactazo, que sus encuestas no han fallado nunca, que me fíe de ellas y que me vaya haciendo a la idea. “Vete haciéndote a la idea, maja”, me dijo. Y eso estoy haciendo. Con un poco de esfuerzo, eso sí.

Y habrá quien diga que el PP lo ha hecho regu. Por no haber puesto piel en transmitir sus cifras, claro. O igual, tal vez, por otras cosas. Cosazas.

Pero el caso es que da igual lo que me parezca a mí o a los demás, el caso es que las encuestas dicen que ganarán y habrá que felicitar al campeón, pero qué poco me apetece, eso también. Que ahora entiendo yo lo de la expresión políticamente correcto. Y llevaba unos días dándole vueltas al asunto éste de la felicitación y, no sé, me parecía complicado, qué pereza. Yo es que soy de poca piel también, como ellos. Y poca piel con poca piel, repiel o se repele. ¿Cómo fingir, cómo sonreír y dar la mano sin que se note el resquemor, como lo hacen Íñigo de la Serna y Nacho Diego, madre mía?

Menos mal que de toda la vida tengo a los libros y a Telecinco para dar respuesta a mis dudas y en esta cuestión también me han ayudado para terminar con esa desazón que me producía el imaginarme felicitando a quien va a ganar, según dicen las encuestas que ellos manejan, ay. Y es que estaba el otro día leyendo, qué digo leyendo, releyendo Guerra y Paz, atentísima a las cosas del príncipe Andréi Bolkonsky y cogiendo notas, cuando mi teléfono empezó a removerse inquieto, indignado y crítico porque estaban dando Gran Hermano Vip; dejaron todos a medias sus libros de Voltaire, de Burke y de Locke, sobre todo de Locke, para regañar un poquito al país por hacer esto tan terrible que es ver un programa tonto de la tele un domingo por la noche.

Y ya me tuve que poner a verlo, qué remedio te queda, hay que interesarse por casi todo. Y resulta que había una muchacha que había hecho cosas malísimas a Paquirrín y éste no lo iba a perdonar jamás porque el dolor infringido había sido terrible, inmenso, irreparable. Y va Paquirrín y pum, se encuentra con ella, aunque ya se lo habían avisado (como a mí las encuestas) y decide que le da dos besos y que, ante todo, educación. Luego ya tal, pero ante todo educación. Y nos quedamos todos los que vemos estos programas y votamos, cuidado, que votamos también nosotros y hasta formamos parte de las encuestas que manejan algunos, perplejísimos.

Pero, ea, que lo pensé y que sí, que voy a hacer como Paquirrín, que Gran Hermano me ha dado una nueva lección de vida, que si vuelve a ganar el PP, un par de besos y a seguir adelante. Aquí paz y después gloria. O lo que sea que venga.

Pero, por si acaso, por si sus encuestas fallan, que mira que hay cosas que han fallado en la vida últimamente: Obama, el Google+, los sucesivos planes de empleo o las 53.714 agrupaciones de Podemos, mandé un WhatsApp a mi contacto, contactazo, diciéndole: “Bueno, eso de las encuestas que manejáis, habrá que verlo. Ya veremos quién es Paquirrín y quien es la otra al final”. Mi contacto, contactazo, todavía no me ha contestado.

Y después retomé mi lectura de Guerra y Paz, claro.

Aunque ahora que lo pienso, estoy por llamar a Esperanza Gracia para que me diga de fijo quién va a ganar las elecciones, no vaya a ser. Y me ahorro cosas. Cosazas.

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