Santander y Torrelavega envejecen a costa de sus municipios periféricos
Los núcleos urbanos están envejeciendo y sus municipios periféricos están creciendo a pasos agigantados gracias a la población más joven. Esta es una realidad, ratificada por los últimos datos de la Estadística del Padrón Continuo a fecha de 1 de enero de 2019 consultados por eldiario.es, de la que Cantabria no queda exenta, a pesar de que sus dos grandes ciudades no alcanzan el tamaño de metrópolis como Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia.
En este sentido, según se desprende de los mapas interactivos elaborados por este medio con los datos citados anteriormente, las localidades periféricas de Santander y Torrelavega concentran el mayor número de población menor de 50 años. Y es que en el Arco de la Bahía y en la Comarca del Besaya predominan los intervalos de edad de entre 0 y 19 años, y de entre 35 a 49, lo que constata que las familias optan por abandonar la gran ciudad para residir en los municipios de los alrededores.
Esto acarrea que haya barrios de las dos grandes urbes de Cantabria cuya población mayor de 65 años esté entre el 25 y el 30%, alcanzando incluso en algunos casos el 35, frente al porcentaje de la más joven, que generalmente no llega al 20.
Y hablamos de abandonar el núcleo urbano porque, tal y como reflejan los datos, la gran mayoría de cántabros y cántabras no habitan en el municipio en el que nacieron. Así, más del 50% de los que viven en localidades como Astillero, Bezana, Camargo, Polanco o Suances, entre otras, no son nativos de allí, sino de las dos grandes ciudades de la comunidad.
No obstante, la particularidad más llamativa está en Castro Urdiales, el municipio más oriental de Cantabria, en el que, por su proximidad al País Vasco, casi el 60% de su población ha nacido en ese territorio limítrofe, donde se encuentra el hospital bizkaíno de Cruces.
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