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Cantabria confina sus municipios y clausura el interior de los establecimientos de hostelería

El presidente del Gobierno, Miguel Ángel Revilla, interviene en rueda de prensa junto al vicepresidente, Pablo Zuloaga, la directora de Salud Pública, Paloma Navas, y el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez.

Laro García / Blanca Sáinz

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Cantabria limita la movilidad de los ciudadanos a su término municipal desde este mismo miércoles y hasta las 00.00 horas del 18 de noviembre, fecha hasta la que se prorroga también la vigencia del cierre perimetral del conjunto de la comunidad autónoma. Esto supone un grado más de confinamiento, a la vez que se endurecen las restricciones como resultado de la rápida expansión de la pandemia de la COVID en los últimos días y que ha provocado que la región entre en el nivel 3 de riesgo alto por coronavirus.

Entre las medidas que se van a tomar en las próximas horas, con la publicación de un nuevo decreto, destaca el cierre del interior de los locales de hostelería y restauración, que viene acompañado de una reducción del aforo en otro tipo de establecimientos comerciales y que busca reducir al máximo el contacto social para frenar la curva de contagios, que está batiendo todos los récords desde el comienzo de la pandemia.

Cabe destacar que se permitirá la actividad deportiva individual en los municipios colindantes, pero para el resto de desplazamientos se deberá tener una “causa justificada” como la asistencia al lugar de trabajo o al centro educativo, el retorno a la residencia habitual o para cualquier otra razón “de fuerza mayor.” “La idea es que solo sean utilizadas si son absolutamente necesarias”, ha aclarado el Gobierno.

Así pues, la hostelería pasará a dejar el consumo únicamente para las zonas exteriores o terrazas, y no lo hará al 100% ya que solo podrá cubrir un 75% de aforo y cumpliendo todas las medidas de seguridad. Asimismo, se reduce el aforo en los eventos culturales, bibliotecas y museos pasando del 75% actual, al 50%.

Así lo ha explicado en rueda de prensa el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que ha estado acompañado durante su intervención del vicepresidente autonómico, Pablo Zuloaga; por el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, y la directora general de Salud Pública, Paloma Navas.

Estas medidas fueron acordadas por el Consejo Interterritorial de Salud, que el pasado 22 de octubre estableció los cambios que se producen según los distintos niveles de alerta. En el caso del nivel 3 -en el que se encuentra Cantabria desde el martes- la recomendación principal para limitar las relaciones sociales es la de no tener apenas contacto con personas de fuera del grupo de convivencia estable, y en caso de producirse, limitar este número a un máximo de cuatro personas.

En el ámbito laboral, el nivel alto de alerta obliga a acudir al trabajo de manera excepcional y únicamente para actividades o reuniones precisas. Los centros sociosanitarios y los centros recreativos de mayores y jóvenes suspenderán la actividad salvo “necesidad justificada de mantenerla”. También sufrirán cambios las ceremonias nupciales, los entierros o los bautizos, que limitan su aforo a diez personas en sitios cerrados y a 20 al aire libre. Con los lugares de culto ocurre algo similar, limitando el número de personas a un tercio del aforo disponible.

Los congresos, conferencias y reuniones solo se podrán celebrar de forma telemática, y los locales comerciales volverán a tener un aforo de un tercio, a diferencia de lo que ocurría en el nivel dos de alerta, cuando se les permitía un 50%. Por su parte, los mercadillos también rebajarán su capacidad con la mitad del aforo.

Y lo mismo ocurrirá con los alojamientos turísticos, que pese al cierre perimetral de la comunidad y al confinamiento en los municipios, tendrán la obligación de limitar su aforo a un tercio. Por último, los eventos deportivos no profesionales solo podrán celebrarse con un tercio del aforo, siempre y cuando se realicen en exteriores.

Sobre la posibilidad de un confinamiento domiciliario, Revilla ha insistido en que “se evitará en la medida de lo posible” pero todo dependerá de la evolución de los datos.

Datos sanitarios

A pesar de que Cantabria lleva varias semanas aplicando medidas más y más restrictivas, parece que por el momento están teniendo poco efecto en lo que a contagios y presión hospitalaria se refiere, o al menos así lo demuestran los datos. Y es que en apenas 18 días la comunidad ha pasado de tener una treintena de hospitalizados a casi dos centenares, por lo que ha multiplicado casi por cinco su presión hospitalaria.

Otro dato que evidencia ese cambio de tendencia hacia peor es el de los ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que desde el 16 de octubre ha crecido en más del doble. Sin embargo, algo que preocupa especialmente por su alto índice de mortalidad así como por su probabilidad de contagio son las residencias de ancianos. Y pese a que en un principio parecía que estaban conteniendo al virus con un informe que el 1 de octubre confirmaba cuatro enfermos, solo un mes más tarde rozan el centenar.

Caos en los colegios

A estos malos datos se suma el caos desatado dentro de la comunidad educativa tras el varapalo judicial que ha recibido el Gobierno de Cantabria tras modificar de manera exprés las vacaciones escolares previstas para esta semana “para reducir la movilidad”. Hace apenas unas horas, el Ejecutivo ha tenido que rectificar y declarar de nuevo como no lectivos miércoles, jueves y viernes, tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria de dejar en suspenso esta decisión al considerar que no se habían acreditado suficientemente que se siguieran criterios sanitarios para llevarla a cabo.

De la misma forma, hay que destacar que esta decisión fue tomada por el Ejecutivo para evitar que se cerrasen los municipios y finalmente también han tenido que rectificar en este asunto, tomando la decisión de cerrar Cantabria por pueblos y ciudades unas horas más tarde de que la comunidad entrase en el nivel de alerta 3 .

“Situación gravísima”

“Estamos en una situación gravísima y no somos los peores, pero, como no queremos llegar a las situaciones que tienen otras comunidades autónomas, hay que actuar con rotundidad y esta medida dolorosa del cierre de los municipios hay que hacerla”, ha dicho Revilla, al tiempo que ha pedido compresión a los ciudadanos y ha llamado a acatarla con “absoluto rigor”.

“Si lo hacemos, estoy seguro de que la curva va a volver a bajar y recuperaremos la actividad económica, ahora que se acercan las Navidades”, ha apostillado el presidente, que unas horas antes había comunicado la noticia a la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, para que los cuerpos de seguridad del Estado velen por su cumplimiento, “porque de nada sirve el papel si cada uno hace lo que le da la gana”.

En lo personal, ha reconocido que nunca llegó a imaginarse tener que tomar una decisión de este tipo y, consciente del “trastorno” que supone para la economía, ha anunciado ayudas para “paliar” el impacto en determinados sectores como la hostelería. “La salud es lo primero y es lo que toca, actuar con rigor. Pido a los ciudadanos que entiendan que todo lo que hacemos es por su bien”, ha remarcado.

Por su parte, el vicepresidente ha insistido en que las nuevas medidas se justifican en la necesidad de “bajar los contagios para bajar la presión”, en un momento especialmente complicado en el que la comunidad ha superado, concretamente en la jornada del martes, el récord de positivos en un solo día, con 236 nuevos contagios y más de 2.500 casos activos.

Colapso sanitario

Además, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha recordado que Cantabria pasó en las últimas horas al nivel de alerta 3, ya que, según el baremo del documento de actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de la COVID-19, los indicadores epidemiológicos están en riesgo “muy alto” y los asistenciales en riesgo “alto”.

Rodríguez ha detallado que la incidencia acumulada de casos diagnosticados en 14 y 7 días es de 428 y 230 casos por cada 100.000 habitantes, respectivamente. Además, la incidencia acumulada en mayores de 65 años, tanto en 14 como en 7 días, asciende a 366 y 204 casos por 100.000 habitantes. Con estos datos encima de la mesa, los cuatro indicadores presentan un nivel de “riesgo muy alto”, mientras que la positividad de las pruebas diagnósticas se sitúa actualmente en un 13,3%, lo que equivale a un “riesgo alto”.

El consejero ha hecho mención, asimismo, a la tasa de ocupación de camas de hospitalización, que está en el 10,5%, y de cuidados críticos, que se sitúa en el 15,5%, lo que significa que en ambos casos se ha superado ya el umbral de riesgo medio y pasan a nivel rojo. También ha adelantado que las previsiones para los próximos días “no son especialmente buenas”, porque hay un número alto de positivos diarios y el pronóstico de las urgencias hospitalarias “no va a ser de descenso” de los indicadores asistenciales. “Como mucho, de mantenimiento y, posiblemente, de aumento”, ha señalado.

El titular de Sanidad ha insistido en que estas medidas se toman “por el bien de todos” para no llegar al colapso de los hospitales, “que sería terrible”, y frenar la curva de contagios. Por eso, ha apelado a la responsabilidad de los cántabros para reducir al mínimo la movilidad fuera de su domicilio.

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