Dinamizar el mercado asiático y aumentar la presencia en restauración, objetivos de la DO La Mancha para los próximos meses

Volver a abrir el mercado asiático, especialmente China, y aumentar la presencia en el sector de la restauración son los dos retos que tiene la Denominación de Origen La Mancha para los próximos meses.

Asia es un mercado que ya se había conquistado antes de la pandemia, pero el cierre de estos mercados en los años del COVID ha hecho que se haya producido una regresión, que esta denominación de origen vinícola está trabajando a fondo con presencia en ferias y seminarios para volver a las cifras que tenía antes de esta pandemia que cerró fronteras.

Según Ángel Ortega, gerente de la DO La Mancha, “antes de la pandemia teníamos una muy buena presencia tanto en Europa como en el sudeste asiático, después de la pandemia el sudeste asiático se vino abajo, fue algo general, China pasó de ser el principal mercado, donde vendíamos 10 millones de botellas y ahora estamos en unos tres”, señala.

Hace tan sólo unos días una delegación de esta DO regresó de Vinexpo Singapur, una de las muchas actividades para volver a reactivar estos mercados ya que China es un comprador que tiene mucha capacidad de crecimiento, algo importante para una zona con el potencial productor de vino de La Mancha.

Actualmente, además, el sector está sufriendo los problemas derivados de la guerra de Ucrania. Antes, Rusia y los países de alrededor de Rusia eran unos buenos clientes, pero ahora la crisis entre Rusia y Ucrania está complicando mucho la situación internacional. “Asia era donde más crecíamos, Europa es un mercado ya saturado, si creces en cuota de mercado es porque quitas a otro, pero el consumo no aumenta mucho, aunque es un mercado que se sigue trabajando siempre, pero donde más se crecía era en Asia. Buscamos zonas que nos den mucho volumen y eso solo te lo da Asia ahora mismo”, señala.

Donde sí se está creciendo actualmente en el Latinoamérica, el porcentaje de crecimiento es alto en este mercado, pero también es porque se parte de cifras muy bajas, ya que eran mercados donde apenas se tenía presencia. “Países como Méjico, Colombia, Venezuela, Perú, están yendo relativamente bien, pero se parte de cifras muy bajas”, señala, mientras que Estados Unidos está funcionando bien, aunque se trabaja mucho y para lo que se trabaja no da los resultados tan rápido“, apunta.  

Aumentar presencia en la restauración

Además de las exportaciones, desde la DO también se trabaja con insistencia en aumentar la presencia de sus vinos en el sector de la restauración. Para Ángel Ortega, hay varios factores que influyen en esto: “Muchas veces cuando se tiene una buena presencia en alimentación en una franja de precios relativamente baja, esto condiciona tu presencia en restauración”, y apunta también que los vinos de la DO Mancha son sobre todo “vinos jóvenes o tradicionales, más asociados a un vino más de alterne y menos de una comida más importante”.

Cree que también muchos ven a La Mancha como una amenaza ya que hay “temor de que, en cuanto Castilla-La Mancha se posicionase más, alterásemos el estatus quo de los demás porque podemos ofrecer mucha diversidad de vinos a un precio muy competitivo, pocas zonas del mundo tienen tanta variedad como la DO Mancha. Tienes un abanico tan grande que sabes que cuando entres vas a producir una desestabilización, y tu competencia se resiste todo lo posible”, apunta.

Cree que esto “no es justo para la zona de La Mancha. Es algo injusto que el poder ofrecer un excelente producto a un precio que no es muy alto” lastre a los vinos de La Mancha en la restauración, “porque si hablamos de calidad, nuestro posicionamiento sería muy alto y se ve en los concursos y se ve en las catas ciegas. Es un reto que tenemos que seguir trabajando mucho más porque es complicado, pero por eso no tenemos que desistir”.

Cierre de zona

También, para los próximos meses, la DO se va a centrar el cierre de zona, que se solicitó hace un par de años, para que no se pueda envasar vino de La Mancha fuera de La Mancha. Esto está ahora permitido en la UE fuera de la zona de producción y con esto se quiere “intentar general más valor, que nuestra marca solo pueda ser utilizada dentro de la zona de producción, este es un objetivo importante que está ahí”.

Cantidad y variedad

La DO La Mancha puso en los mercados una producción el año pasado, de 70 millones de botellas y eso que la producción ha caído un 14% en los años de la pandemia ya que antes se producían 85 millones de botellas. Además de ofrecer gran variedad ya que actualmente hay una treintena de variedades autorizadas por la DO.

Precisamente, Ortega considera que la gran revolución se produjo en esta denominación “cuando se apostó decididamente por traer variedades internacionales”, sin abandonar las dos variedades banderas de esta comarca, la blanca airén y la tinta cencibel.

Evidentemente también se trajo innovación, unas bodegas modernas y con la última tecnología, pero “cuando entran las variedades internacionales y empiezan a embotellar, se introduce el frio en las bodegas para fermentar a temperaturas controladas y eso te da vinos más intensos de aromas, se empiezan a hacer coupages, eso te da mucha diversidad”, apunta.

Remarca, además, que La Mancha está produciendo unos vinos que son precisamente lo que en estos momentos busca el consumidor mayoritario. “Son vinos que oscilan entre joven y crianza, no tanto reservas y grandes reservas, con lo cual tenemos un producto que sabemos que encaja y muchas bodegas elaboran casi a la carta para consumidores de los distintos países”.

Con estos vinos se va a seguir poniendo el empeño en ir abriendo mercados, y dentro de la diversidad “tener un carácter definido, que lo marca el tempranillo joven, vinos con mucha potencia aromática, fáciles de beber que encajan con la tendencia del mercado”.

También “potenciar la variedad airén que es la autóctona y que casi nadie conoce fuera de aquí; y potenciar los vinos blancos que es precisamente la tendencia del mercado, una tendencia que indica que el consumo de vinos blancos está creciendo más que el tinto, y una zona que es mayoritariamente productora de blancos debe tener ventaja”, señala.

Además, Ángel Ortega señala que no se puede olvidar que la viña en La Mancha también tiene mucho componente social, favorece la población. “Si pones un mapa de superficie de viñas y de la población te vas a dar cuenta que, quitando las capitales, donde hay vino hay gente, hay mucha cooperativa que reparten riqueza y que no se pueden deslocalizar; es un cultivo social, que fija población, supone un pulmón verde durante el verano en una zona tan seca como esta, son factores clave, es la sostenibilidad en su grado máximo”, concluye.