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ENTREVISTA

Kike Collada, alcalde veinteañero en Guadalajara: “El reto no es poner bancos, sino si el pueblo existirá en diez años”

El alcalde de El Recuenco (Guadalajara), Kike Collada

Rodrigo Abad

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Ser joven no tiene nada de incompatible con ser un buen político. Enrique Collada, con tan solo 28 años, es alcalde de El Recuenco, un pueblo de Guadalajara de menos de 100 habitantes -alrededor de 70 según el padrón municipal-, aunque él destaca que cuando llega el invierno hay muchísimos menos.

Acaba de ser reconocido con el premio internacional 'Politician of the Year 2025' -Político del Año 2025-, otorgado por la comunidad global de jóvenes líderes One Young World. Con este reconocimiento, se convierte en el primer político español en recibir la distinción, que visibiliza a líderes menores de 35 años cuyo trabajo desde las instituciones está generando un impacto positivo en sus comunidades. Un galardón que comparte con otros dos políticos internacionales: Huang Jie (Taiwán) y Zaynab Mohamed (Estados Unidos).

Enrique -aunque él se autodenomina Kike en todas sus redes sociales-, explica que recibir la noticia “fue algo increíble, una absoluta sorpresa, sobre todo cuando ves quiénes son los premiados otros años. También es un orgullo para todos porque parece que el premio lo ha ganado nuestro pueblo, y que de alguna manera puede que eso nos sirva para tener oportunidades en el futuro”, señala Collada.

Vista aérea del municipio de El Recuenco (Guadalajara)

La andadura política de Kike se remonta al año 2023, cuando ganó las elecciones de El Recuenco al presentarse por el PSOE. Sin embargo, él siempre cuenta que estuvo muy presente en la localidad, participando desde hace años en las actividades culturales y ayudando en el Consistorio. “Eso en verdad es lo bonito. Desde siempre mi meta ha sido hacer cosas para el pueblo, conectar con los ciudadanos y que te den ideas de hacer esas cosas de otra manera”, expone.

Kike, veinteañero a caballo entre la Generación Z y la Millennial, desarrolla una amplia actividad a través de la red social TikTok, donde explica cómo es su día a día como alcalde de una localidad “pequeñita”, también en una forma de hacer su gestión más transparente. “Surgió con una amiga, para explicar las cosas de otra forma, de manera que la gente viese lo que hacemos día a día. Hay muchas personas que piensan que por ser un pueblo con pocos habitantes hay menos que hacer, pero no es así. Al revés, hay muchísimo que hacer, pero con menos recursos y menos personal”, comenta muy convencido.

Y es que como Collada explica en uno de sus vídeos, ser alcalde de El Recuenco es una profesión no remunerada, en la que cobra “cero euros”, pero lo positivo es que “te convalidan el título de ingeniero, secretario interventor, o que montas unas fiestas a tu gusto”, puntualiza de manera irónica. Además de desempeñarse como político no remunerado, Kike Collada es ingeniero informático y de telecomunicaciones, trabajo que suele hacer en remoto entre El Recuenco y Alcalá de Henares, cuando sus labores se lo permiten y no está de viaje como durante esta entrevista, que está volviendo al pueblo alcarreño desde Navarra y hemos tenido que realizarla por teléfono.

Una de sus máximas es “no actuar, sino ser como uno es realmente”. Kike comenta que a veces en la política “se cuida mucho lo que es la comunicación política, la ropa que llevas, medir bien lo que dices porque puede beneficiarte o no electoralmente, pero hay que ser naturales”. Las redes sociales son para él un “gran escaparate” porque realidades como “anunciar viviendas que hemos puesto a concurso, o incluso el bar o distintos terrenos de pastos, antes solo lo publicábamos en el Boletín Oficial de la Provincia, pero gracias a las redes llega a más gente y hay más personas interesadas”.

Los retos no son solo cambiar bancos o arreglar calles, hay que pensar a más largo plazo: pensar si dentro de diez o veinte años el pueblo va a seguir existiendo

Collada aboga por que la política haga frente a retos que son sencillos de abordar, pero que muchas veces se dan por supuestos, sobre todo en zonas que se consideran países desarrollados. “Es interesante que en un continente como Europa todavía existen pueblos o zonas en las que por ejemplo una mujer está embarazada y tiene que ir a un especialista y no puede hacerlo en transporte público si no tiene coche. Es un ejemplo, pero hay muchas cosas básicas por las que los políticos no se están preocupando”, reivindica.

Además, señala que es importante que la ciudadanía “no se resigne, sino que hay que ver las cosas de otra manera. El hecho de vivir en un pueblo pequeño y con pocos recursos no tiene que frenarnos”.

Ser alcalde de un pueblo pequeño tiene otros retos. Para Kike el hecho de no tener tanto personal ni muchos medios le hace “enfrentarse a lo urgente, que normalmente no encaja con lo que es importante. No solo cambiar bancos o arreglar calles, hay que pensar a más largo plazo: pensar si dentro de diez o veinte años el pueblo va a seguir existiendo”. Collada señala una anécdota que marca una diferencia entre la cercanía de un alcalde de un entorno rural y de una gran ciudad. “Ha pasado alguna vez que un niño se ha roto un brazo, la madre no tenía carnet de conducir y el padre estaba fuera trabajando, entonces a las diez de la noche te toca como alcalde llevarle al Hospital de Guadalajara”, expresa.

La gestión de incendios: “Habría que escribir menos leyes y hacerlas realidad”

Le preguntamos a Kike cómo ve él desde su perspectiva de alcalde rural, algunos temas de actualidad. Por ejemplo la gestión de los incendios forestales, como los ocurridos este verano en buena parte del país y que han devorado buena parte de un valioso patrimonio natural del país, tan valioso como el del Alto Tajo, que ya sufrió estragos parecidos hace dos décadas. “Nosotros cruzamos los dedos siempre para que no haya ninguno. Un día cayó un rayo y quemó una parte del monte de El Recuenco y, claro, te llama por teléfono el delegado de Medio Ambiente y estás asustadísimo, sin saber lo que está pasando”, expresa.

Él ve el monte como “la fuente de riqueza” de su pueblo y es que en El Recuenco -que pertenece a la Mancomunidad del Alto Tajo- cuentan con hasta 7.000 hectáreas de terreno. “Nos preocupamos de tener el monte gestionado. Hay que hacer aprovechamientos de leña, de madre de pino, de los pastos... pero nuestro principal problema es que nos enfrentamos a mucha normativa”.

Le recordamos el incendio de Peñalba de la Sierra -que se originó el pasado 21 de septiembre y que cuando conversamos sigue activo, aunque ya controlado- o el de La Riba de Saelices, ocurrido en 2005 y que fue uno de los más virulentos, sentando precedentes sobre la gestión de incendios en España.

El joven alcalde se muestra tajante: “Lógicamente los pueblos no estamos preparados para estos sucesos, nos falta personal y mucha infraestructura. E igualmente no cuesta cumplir con lo que hacen otras instancias. Se ha aprobado una ley para que los ayuntamientos tengamos que tener planes por ejemplo de prevención de incendios forestales, pero los alcaldes no tenemos formación, ni tampoco los recursos”.

Collada critica que las instituciones “deberían pensar que cuando apruebas una ley no cambias una realidad. Hay que dotar de fondos, entonces convendría dedicar menos tiempo a escribir tanto y un poco más en pensar cómo ese texto se hace realidad, que no sirva solo para hacer un anuncio”.

Zona de montaña perteneciente a El Recuenco

Nos cuenta que por primera vez en El Recuenco van a tener un plan para ordenar del monte, con una “inversión grandísima”, y también un plan de emergencia ciudadana y un plan de incendios forestales pero advierte: “Es muy difícil que ayuntamientos tan pequeños lo puedan hacer por sí solos. Aquí dependemos de la Junta de Comunidades, que son quienes tienen la competencia de gestión del monte y también están los recursos técnicos muy infrafinanciados. Necesitamos más personal que esté atendiendo los montes de utilidad pública”, explica.

El edil se queja de que “parece muy cómodo que tengamos estos planes, y que haya una ley que cumplir como municipio pero muy probablemente no vamos a ser capaces de hacer los cortafuegos necesarios”.

Aclara que la titularidad de los montes de utilidad pública pertenece a los diferentes ayuntamientos aunque la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha sea la gestora de los mismos. “¿De qué me sirve tener un plan determinado si no lo puedo cumplir por falta de recursos? Si todo depende de lo público, tenemos un gran problema. Hacen falta pastores, empresas que hagan uso del monte, y que este esté gestionado, no explotado, sino gestionado con responsabilidad”, apunta el edil socialista.

Me parece aberrante que se esté haciendo la vista gorda con este tipo de situaciones y que en los tiempos en los que estamos este tipo de cosas vuelvan a ocurrir

A raíz de las diferentes manifestaciones que se están llevando a cabo en Castilla-La Mancha y en toda España en apoyo a la 'flotilla' que ha querido abrir una vía humanitaria hacia la Franja de Gaza, le preguntamos a Collada cómo ve él que existan personas -dentro y fuera de la política- que nieguen que Israel está cometiendo un genocidio. “Mi opinión es muy humilde y me siento un poco ignorante en este tema, pero se están cometiendo barbaridades que no se deberían permitir en ningún lugar. Creamos una Unión Europea para que no ocurran este tipo de cosas, pero es alucinante que parece que hay planes para hacer negocios con la situación de Gaza”, expresa el alcalde alcarreño.

Kike considera “aberrante que se esté haciendo la vista gorda con este tipo de situaciones y que en los tiempos en los que estamos este tipo de cosas vuelvan a ocurrir”.

La inteligencia artificial en la política está haciendo que sea peligroso, porque es muy difícil diferenciar qué vídeo o audio es verdad o no

Kike Collada, como ingeniero informático y de telecomunicaciones, señala que, en el auge de la tecnología, lo “más peligroso” son los algoritmos en las redes sociales, ya que “se generan ciertas cámaras de eco, que nos hacen creer que lo que pensamos es la realidad, porque nos dan la razón en todo y nos hacen ser más extremos. La tecnología no es peligrosa, sino que es el ser humano el que la vuelve peligrosa con su uso, su criterio y su forma”, explica.

Collada recalca que la tecnología “ofrece muchas facilidades”, tanto en trámites que se hacen desde el punto de vista político, “como también desde el punto de vista de la transparencia”. Sobre todo, en un entorno rural como El Recuenco, “posibilita tener portales de participación, hacer videollamadas o incluso plenos telemáticos, que puede acercar al ciudadano a la política”. Para este alcalde, la tecnología es “fundamental”, desde “una fotocopiadora hasta un vídeo, cualquier dispositivo que nos permita hacer que el ciudadano esté mucho más informado si quiere”.

El uso de la inteligencia artificial también puede ser un arma de doble filo. “No le tengo miedo, hay algunas tecnologías que están permitiendo detectar enfermedades de manera precoz y que pueden mejorar la vida de los seres humanos”, apunta. Sin embargo, en el caso de la política, sí que le preocupa “más porque aunque yo por ejemplo para mi Ayuntamiento me sirve para poder hacer mucho más sin tener personal o recursos, en la política está haciendo que sea peligroso, porque es muy difícil diferenciar qué vídeo o audio es verdad o no”, concluye.

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