Turistas en fila en calles estrechas, grupos de menos de 30 y sin megáfonos en Toledo: PP y Vox preparan ordenanza
El Gobierno de PP y Vox en Toledo quiere limitar el tamaño de los grupos turísticos en las zonas de alta concentración peatonal así como su desplazamiento por el Casco Histórico de la ciudad.
La intención es prohibir el tránsito de grupos turísticos de más de 30 personas, incluyendo al guía, en la calle Hombre de Palo, la plaza del Ayuntamiento y el Pasadizo de Balaguer, que une la citada plaza con la calle Ciudad, en pleno corazón de Toledo. Aunque, eso sí, la Junta de Gobierno Local podrá modificar estas zonas basándose en criterios de afluencia peatonal y seguridad y también se podrán otorgar autorizaciones especiales justificadas.
La medida forma parte de una nueva ordenanza municipal cuyo borrador ha aprobado este martes. En el texto, al que ha tenido acceso Toledodiario.es, se quiere incidir en el creciente flujo de visitantes a la ciudad. En el último año y medio entre los vecinos del Casco Histórico y y en las redes sociales hay una auténtica polvareda relacionada con el turismo masivo en esta parte de la ciudad. El último ejemplo fue la Festividad del Corpus la pasada semana, con quejas de representantes de las Cofradías durante el recorrido procesional, aunque la Asociación de Hostelería toledana dice que la ocupación ha sido un 6% menor que en 2024.
El borrador de la ordenanza municipal para regular la actividad turística y la convivencia ciudadana establece una serie de directrices -y sanciones por su incumplimiento- que llevaban meses e incluso años debatiéndose y que llegan al punto de que la Junta de Gobierno Local pueda establecer, de manera motivada, límites de aforo y circulación en los ejes turísticos y sitios de interés de la capital regional.
Así lo recoge uno de los artículos que aborda la gestión y ordenación del turismo, en el que se enumeran varias medidas en materia de circulación peatonal en la vía pública. Entre ellas, también se plantea establecer recorridos alternativos para acceder a la visita de la ciudad desde el acceso de una zona menos saturada.
En las calles estrechas del Casco, los turistas en fila o en formación
También recoge el documento que, en calles estrechas, los grupos deberán desplazarse en fila o en formación que minimice la ocupación del espacio público. Además, insta a facilitar siempre el paso a personas con movilidad reducida, asegurando que no se vean bloqueadas por la presencia del grupo, y a no dificultar el tránsito de vehículos autorizados.
Del mismo modo, apunta a facilitar el paso a peatones que porten carros de la compra, sillas de bebé u otros elementos de apoyo, evitando bloqueos o interrupciones prolongadas.
La ordenanza que hoy se ha dado a conocer a PSOE e IU-Podemos dice que queda expresamente prohibido que los grupos turísticos obstruyan cruces de vías públicas, las zonas de paso peatonal y entradas/salidas de comercios, viviendas y edificios públicos.
Requisitos para los guías
La normativa también impone requisitos específicos para el turismo guiado. En concreto, la nueva normativa municipal prevé prohibir el uso de altavoces o megáfonos y establece la obligación de usar sistemas de audio individualizados para grupos superiores a 30 personas o para actividades realizadas después de las veintitrés horas (excepto grupos escolares menores de 16 años).
También apunta a la responsabilidad del guía en el cumplimiento de la ordenanza puesto que recoge que, como responsable del grupo, también puede ser sancionado. Entre sus obligaciones, se señala que han de estar debidamente acreditados y contar con formación específica, llevando visible su carné oficial.
De la misma manera, los guías turísticos deberán informar a sus grupos sobre la obligación de mantener limpio el entorno urbano, evitando arrojar residuos fuera de los contenedores habilitados.
Respecto a los 'Free Tours', la ordenanza traslada que esta actividad se sujeta a la normativa de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Así, “se prohíbe el uso de objetos o soportes materiales que actúen como publicidad comercial para atraer la atención en espacios públicos, en línea con las normas municipales de publicidad y rótulos”.
El transporte turístico
Otro de los capítulos de la ordenanza -que contempla un total de cinco capítulos y 27 artículos- aborda la intervención municipal en las actividades de transporte turístico, reconociéndolas como actividades económicas sujetas a regulación debido a su especial intensidad en el uso del dominio público y su impacto en la movilidad.
En este punto, indica que la Junta de Gobierno de la Ciudad podrá establecer limitaciones en el estacionamiento, parada y circulación de transportes como trenes turísticos, autobuses turísticos y otras tipologías de vehículos utilizados con fines turísticos. Asimismo, se fijará un número máximo de autorizaciones demaniales para cada categoría de vehículo, considerando la morfología de la ciudad y la movilidad.
Para el cumplimiento de todas las medidas planteadas, la ordenanza recoge igualmente un régimen sancionador con infracciones leves -hasta 750 euros-, graves -de 750 a 1.500 euros- y muy graves -de 1.500 a 3.000 euros-. Se consideran criterios de graduación la intencionalidad, la trascendencia social, los perjuicios causados, la reincidencia y el beneficio obtenido, entre otros.
Se crea un Consejo Local de Turismo
Finalmente, la ordenanza crea el Consejo Local de Turismo como un órgano de participación y asesoramiento al Ayuntamiento en materia de turismo. Este consejo, presidido por la Alcaldía de Toledo, estará compuesto por representantes de grupos municipales, organizaciones empresariales del sector turístico, la Federación de Asociaciones Vecinales y otras entidades relevantes.
Su finalidad es “fomentar el diálogo, impulsar una estrategia de promoción coordinada, promover un turismo de calidad integrado en el modelo de ciudad y buscar el desarrollo de un turismo sostenible y accesible”.
¿Y los pisos turísticos? El PP pasa la pelota a Page
Paradójicamente el borrador no alude a las viviendas y pisos turísticos. La ordenanza municipal aprobada por el PSOE en la pasada legislatura para limitar este tipo de alojamientos en el Casco Histórico quedó en el limbo y el pasado mes de marzo PP y Vox aprobaban la suya propia.
Entre las novedades está la posibilidad de que haya edificios completos destinados a apartamentos turísticos que no podrán superar, eso sí, el 12% del total de las viviendas en toda la ciudad.
La aprobación de la normativa coincidió con el fin a la moratoria que el PSOE estableció en marzo de 2023 para otorgar nuevas licencias que desde entonces tienen luz verde. ¿Cómo controlar este tipo de alojamientos? El equipo de Gobierno del alcalde Carlos Velázquez ha puesto la pelota en el tejado del Gobierno de Emiliano García-Page.
Esta misma semana el PP anunció que instará a la Junta de Castilla-La Mancha en el pleno municipal que se celebra este viernes a que sea esta institución, y no el Ayuntamiento como ha ocurrido por ejemplo en Barcelona donde la batalla contra este tipo de alojamientos está en vigor desde 2017, la que “regule y controle” los pisos turísticos de la ciudad.
Y no solo eso, PP y Vox quieren que el Gobierno de Emiliano García-Page habilite para ello todos los medios técnicos, humanos y presupuestarios, alegando que “tiene la competencia exclusiva en materia de turismo”.
Después, reclaman la creación de un régimen sancionador “efectivo” contra aquellas viviendas turísticas que operen fuera de la legalidad o que incumplan los requisitos establecidos en la normativa vigente. De nuevo la pelota en este aspecto la pasan al Gobierno autonómico y lo hacen después de que el Ministerio de Consumo pidiese a la ciudad de Madrid, la que más pisos turísticos tiene en España, que sea el ayuntamiento de José Luis Martínez Almeida el que lo haga, tras detectar la friolera de 15.000 solo en la ciudad madrileña.
Después, los 'populares' exige la colaboración interadministrativa entre la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y los ayuntamientos, “para que se reconozca la potestad municipal para ordenar el uso del suelo, establecer zonas de saturación turística, y acceder a los datos del registro para facilitar su control y fiscalización local”.
La moción recoge la proliferación de viviendas de uso turístico en la ciudad de Toledo y que eso “está generando un impacto sobre el equilibrio social, económico y urbanístico, ”especialmente en el Casco Histórico“. Curiosamente, el PP no ha optado, junto a su socio Vox, por endurecer su propia ordenanza recién aprobada hace apenas tres meses para pasar esa responsabilidad al Gobierno regional a través de la citada moción que se debatirá esta semana.
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