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La prostitución en un año marcado por la COVID-19: “desastre humanitario” en el que se ha “disparado” la vulnerabilidad

Intervención en club de alterne

Francisca Bravo Miranda

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A pesar de que el número de personas atendidas por la asociación In Género, especializada en intervención en situaciones de prostitución y trata, ha bajado en 2020 en relación a 2019, el número de derivaciones a los distintos organismos y servicios que se ofrecen se han “disparado”. “Hemos atendido a muchísimas menos personas, y hemos casi quintuplicado las intervenciones”, recalcael presidente de la asociación, Miguel Ángel Olmo Entre otras, se ha derivado a la red de servicios sociales de Castilla La Mancha, centros de la mujer, centros de salud, unidades de extranjería, agencias municipales de empleo, red de entidades de acogida de trata y explotación sexual, entre otras.

“Este año ha sido una acción de respuesta a un montón de necesidades, que jamás habíamos visto”, asegura Olmo, que recalca que el año ha sido “desastroso” para la población, pero en especial para quienes se encuentran más afectados por la vulnaribilidad, fenómeno que se ha “disparado”. “Muchas mujeres que ejercen la prostitución para sobrevivir, y se han visto abocadas a ningún tipo de ingreso, con obligaciones y cargas familiares enormes, donde las personas estaban muy agobiadas, porque no podían comer o enviar dinero a sus hijos”, recalca. Muchas otras personas se vieron afectadas por la falta de hogar, al cerrar los clubs de alterne.

Estas situaciones se vieron “paliadas” por las ayudas de emergencia puestas en marcha por el Instituto de la Mujer, un total de 213 atendidas por la asociación. Sólo en la primera semana de confinamiento, recuerda Olmo, se recibieron entre 50 y 60 demandas de alojamiento por parte de las mujeres. También recalca que surgió “mucha solidaridad” entre quienes sí tenían acceso a una vivienda y podían ofrecer espacio a otras mujeres. Sin embargo, desde In Género recalcan que se necesita más que unas ayudas tan “limitadas” como las puestas en marcha, aunque reivindican su carácter de innovadoras.

“Llevamos dos meses advirtiendo de que las cosas están peor que antes, muchísimo peor, es un desastre humanitario lo que está pasando con estas mujeres”, asegura Olmo. Por ello, piden que se “racionalicen” las ayudas de este tipo, puesto que ahora se está teniendo que recurrir a bancos de alimentos para trasladar a las personas afectadas. “Parece una intervención del siglo XIX”, lamenta.

Además de estas intervenciones, en In Género han trabajado con 13 casos que han calificado dentro de la trata de ser humanos con fines de explotación sexual, acompañándolas en su proceso de denuncia, la regularización de la situación y distintos recursos residenciales, o retorno voluntario a su país de origen. De las más de mil personas atendidas, 22 se identificaban como hombres cis, 34 como mujeres trans y el resto como mujeres cisgénero. También se han contabilizado 31 casos en los que se ha abandonado la prostitución.

“Las cargas familiares son importantes y se han visto cortadas al no tener dinero, imagina su estrés y agobio. Hemos atendido a mucha gente en departamentos de psicología para paliar la depresión de haber migrado, ejercer la prostitución y ahora no poder enviar nada de nada”, explica. Además, los datos que maneja In Género señalan que sólo la mitad de las personas intervenidas conoce la capacidad de los servicios sociales, y de las que lo conocen sólo el 74% ha hecho uso de los mismos. “Tenemos que romper el mito de que los inmigrantes utilizan los recursos del Estado”, asegura. Prácticamente la mitad de las personas con las que ha trabajado la asociación tienen una carga familiar de 3 a 5 personas.

“La estigmatización de la prostitución las frena a la hora de pedir ayuda y también existe mucho racismo institucional, tanto a nivel sanitario como social. No sólo son personas que ejercen la prostitución, sino que también son inmigrantes y están racionalizadas. Deben tener más protección de salud y muchas veces se descuida por estas causas”, recalca. “Pero la protección de estas personas es muy importante y estamos cargados de prejuicios ante estas personas”, recalca.

Cierre de prostíbulos

En cuanto al cierre de prostíbulos y clubes de alterne motivados por las medidas restrictivas contra el coronavirus, Olmo recuerda que la gran mayoría de las multas y sanciones que se han puesto en las intervenciones de estos etsablecimientos han sido contra las mujeres. “Tenemos testimonios de mujeres en Tomelloso y Manzanares, en las que entraron en sus domicilios pidiendo documentación, gritando. Pero en muchos casos era su domicilio. Lo que ocurrió en Alcázar, al final acabó frivolizándose, con bromas como ”eres más buscado que putero de Alcázar“, lamenta Olmo.

Para mejorar la situación de este colectivo, desde In Género reivindican que es necesario un cambio de la legislación, en especial de la Ley de Extranjería. Según los datos de la asociación, más de la mitad de las personas que ejercen esta actividad vinieron a España, de hecho, “Estamos cansados del discurso barato, sin pensar y sin apoyarlas a ellas. Exigimos respuestas integrales”, recalca el presidente de la asociación. “Creo que nos quedamos en el discurso sensiblón y necesitamos más”, concluye,.

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