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La Casa Burés o cómo malvenderse el patrimonio modernista de Barcelona

La Casa Burés fue cedida por el Ayuntamiento de Barcelona a la Generalitat de Catalunya / ENRIC CATALÀ

Cristina Palomar

La Casa Burés es el último ejemplo de la ineptitud y de la desidia de la administración a la hora de gestionar el patrimonio modernista, principal reclamo cultural de Barcelona. Después de una década de abandono y de numerosos proyectos fracasados, esta bella finca ahora en estado ruinoso y reclamada por los vecinos como equipamiento, se ha acabado malvendiendo a un fondo inmobiliario internacional por un precio inferior al de compra con el objetivo de transformarla en apartamentos de lujo.

Este mes de septiembre comenzarán las obras para convertir la Casa Burés, situada en el chaflán de las calles Girona y Ausiàs March, en un edificio de 29 viviendas, áticos y lofts de entre 100 y 500 metros cuadrados. La encargada del proyecto es Bonavista Development, una empresa promotora creada el año 2014 y especializada en la recuperación de propiedades de lujo en Barcelona que concentra su actividad en los distritos de Ciutat Vella y l’Eixample, y en los barrios residenciales de Sarrià-Sant Gervasi, Pedralbes y Bonanova.

Detrás de la promotora Bonavista Development está Europe Capital Partner, un fondo inmobiliario internacional con sede en Londres que desde 2010 tiene como principales socios los grupos Rockefeller y Mitsubishi. Desde el año 1995 Europe Capital ha invertido seis mil millones de euros en diferentes proyectos inmobiliarios en diecisiete países europeos, mayoritariamente de Europa del este, y ahora le ha tocado el turno a Barcelona aprovechando su proyección internacional y la caída de los precios del mercado inmobiliario provocada por la crisis.

La rehabilitación de la Casa Burés no tiene todavía fecha de finalización. La razón es que la finca modernista de 1905 obra de Miquel Pascual y Francesc Berenguer, de 7.000 metros cuadrados distribuidos en una planta baja y cinco pisos, está catalogada como bien de interés cultural desde el año 1979 y muchas partes de su estructura como la fachada, el patio interior, las vidrieras y la escalera, están protegidas. El principal reto con el que se enfrentarán los arquitectos es el estado lamentable en que se encuentra tanto el interior como el exterior, ya que el edificio está cerrado desde 2005 y ha sido víctima de numerosos robos y actos vandálicos.

La venta de la Casa Burés es la guinda de un cúmulo de despropósitos protagonizados primero por el Ayuntamiento de Barcelona y después por la Generalitat de Cataluña. El año 2007 el entonces alcalde Jordi Hereu impidió que la inmobiliaria Landscape, en manos del Banc Sabadell, vendiera el edificio para hacer un hotel de cinco estrellas. El consistorio, ejerciendo su derecho de tanteo y retracto, compró la finca por 26 millones de euros con la idea de convertirla en un centro de interpretación del Modernismo y en el Museo de Arquitectura.

Este proyecto nunca se hizo realidad y dos años después el Ayuntamiento vendió la Casa Burés a la Generalitat, en manos del tripartito de José Montilla, por el mismo importe con la intención de convertirla en oficinas de la conselleria de Economia. La descomunal inversión que se necesitaba tanto para convertir el edificio en unas dependencias administrativas como para transformarlo en un equipamiento como pedían con insistencia las entidades vecinales, acabó por condenar al olvido la regia finca modernista escenario de películas como Darkness, de Jaume Balagueró.

Tres años después y todavía con una parte por pagar al consistorio barcelonés, el ejecutivo de Artur Mas –con la autorización del entonces alcalde Xavier Trias- sacó a subasta la Casa Burés junto con otros edificios públicos para intentar sanear las arcas públicas catalanas. Después de un tiempo de búsqueda infructuosa de comprador y de diversos proyectos fracasados para convertir el inmueble en un hotel, en diciembre de 2014 la Generalitat vendió el edificio a Europe Capital por 18,8 millones de euros, un 28% menos del precio que se pagó siete años antes.

 

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