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Los empresarios valencianos y catalanes presionan desde Barcelona para culminar el Corredor Mediterráneo

Los empresarios y políticos reunidos este jueves en Barcelona por el Corredor

Arturo Puente

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Unos asientos con gafas de realidad virtual dan la bienvenida a los asistentes al Auditori del Fòrum de Barcelona. Si uno se sienta puede vivir la experiencia, por el momento ficticia, de tomar un tren de alta velocidad en Alicante y plantarse en Girona en poco más de cuatro horas. El panel de detrás completa la experiencia con un ingenioso lema: “El Corredor Mediterráneo llega antes al metaverso que a la realidad”. Pero, más allá de la curiosidad que el mundo virtual podría producir, el mensaje no es ninguna novedad ni para los políticos ni para los más de 1.500 empresarios que se han dado cita este jueves para exigir un impulso final en la estructura ferroviaria.

La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) ha llevado a la capital catalana su sexto acto empresarial, en esta ocasión centrado en los retrasos de las inversiones ferroviarias. Allí han recibido el apoyo de organizaciones patronales catalanes, con representantes de Foment del Treball o el Cercle d'Economia, también del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Con ellos han asistido una destacada representación política de varios colores, con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y los presidentes catalán, valenciando y murciano, Pere Aragonès, Ximo Puig y Fernando López Miras, entre otros.

El objetivo de la campaña, como siempre desde hace ocho años, es presionar a las administraciones, principalmente el Ministerio de Transportes, para que las obras pendientes del Corredor se culminen. “Si es cierto que el Corredor Mediterráneo avanza, y es de justicia reconocerlo, el ritmo al que lo hace nos puede hacer caer en la autocomplacencia”, ha asegurado el presidente de los empresarios valencianos, Vicente Boluda, quien ha destacado la unidad, tanto en el plano empresarial como social y político, que ha logrado su iniciativa.

“No hay fuerza política que no se haya manifestado a favor de esta infraestructura”, ha apuntado Boluda. Pero, pese a eso, el empresario ha hecho una llamada a la premura. “No podemos esperar más”, ha asegurado, “como país no podemos permitirnos ni un retraso más porque nuestra industria, nuestro campo, nuestras exportaciones, nuestro turismo, nuestra sostenibilidad y nuestra cohesión territorial lo necesitan”.

En el acto han participado también el abogado Miquel Roca, redactor de la Constitución, y la economista Teresa García‐Milá, dos catalanes que han cantado las bondades de la infraestructura. “Que no se confunda Europa, el Corredor es un proyecto eminentemente europeo porque Europa no empieza en los Pirineos sino en Algeciras”, ha indicado Roca. Mientras, García-Milá ha destacado que el Corredor ferroviario a lo largo de la costa es un proyecto “rupturista”, en la medida que acaba con el diseño radical de las comunicaciones españolas. La economista además ha destacado que en este momento el eje Valencia-Barcelona, uno de los polos logísticos europeo, es casi un 30% menos competitivo debido a los problemas del transporte.

Examen a los retrasos

Aprovechando el acto de este jueves, la Asociación Valenciana de Empresarios ha hecho público el segundo informe sobre el estado de las obras, un documento que analiza el grado de cumplimiento de los proyectos en cada uno de los 14 tramos que unen Algeciras con Figueres. En este momento algunos de los principales problemas están en la zona valenciana, sobre todo en la conexión entre la capital valenciana y los municipios de Xàtiva y La Encina, a donde ahora no llega el Alta Velocidad. Los empresarios también reivindican que se agilicen los nudos ferroviarios urbanos de Valencia y Alicante.

En el tramo final, en los tramos que van desde Murcia hasta Algeciras, las cosas aún están peor. El Ministerio se ha comprometido a que la capital murciana y Almería estarán conectadas en el año 2026 a través de vías de ancho internacional, mientras que la línea Almería-Granada ni siquiera tiene aún proyecto ni compromiso de las administraciones. Será, muy probablemente, la última línea que se acabe y aún nadie se atreve a ponerle fecha.

El empresariado también tiene reivindicaciones para la parte catalana, donde aún persisten deficiencias históricas, como la falta de conexión del Corredor con el Puerto de Barcelona, la falta de ancho internacional en Portbou, o la estación de La Sagrera, que debía haber estado en funcionamiento hace más de un año. También la zona Tarragona-Vandellós acumula retrasos, lo que provoca en este caso que todo el sur catalán carezca de trenes de ancho internacional, que sigue en obras.

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