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Pasar mucho tiempo en la cárcel no funciona: los datos muestran que los presos en semilibertad reinciden menos

Los responsables de Justicia, en la presentación del estudio

Oriol Solé Altimira

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Pasar mucho tiempo entre rejas no es garantía de que el preso no vuelva a delinquir a su salida de prisión. Esta es la principal conclusión del estudio quinquenal sobre reincidencia que publica la Generalitat y que avala la política penitenciaria catalana que prima el cumplimiento de las penas en semilibertad o con permisos a un encarcelamiento al uso.

En un contexto donde el populismo punitivo campa a sus anchas, los datos de reincidencia en Catalunya son claros: la tasa de reincidencia de los exinternos en medio abierto (semilibertad, salidas programadas para ir a trabajar fuera de la cárcel, libertad vigilada) baja hasta 12 puntos. “A más medio abierto, menos cárcel y menos delitos”, ha sentenciado la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, este viernes.

Las estadísticas sobre reincidencia son claves para analizar qué políticas penitenciarias son las más adecuadas para el objetivo de la reinserción de los presos. En Catalunya, la investigación empezó con el seguimiento hasta 1991 de los excarcelados en 1987. En su última edición se ha analizado a 3.814 presos que salieron en 2015 hasta el 31 de diciembre de 2019, justo antes de la pandemia.

Los resultados avalan la política basada en las medidas penales alternativas al encarcelamiento duro que defiende la Generalitat desde hace años: más permisos, salidas controladas, semilibertades y libertades condicionales facilitan que a su vuelta a la libertad los presos no vuelvan a delinquir.

Los datos del estudio también permiten desmontar dos mitos extendidos y en ocasiones difundidos por la extrema derecha relativos a la reincidencia en delincuentes sexuales y de origen extranjero. Lejos de superar con mucho a los nacidos en España, no se aprecian diferencias estadísticamente significativas entre la tasa de reincidencia de las personas migrantes (22,2%) frente a los presos de nacionalidad española (20,4%).

Por tipología delictiva, los presos condenados por delitos sexuales son los que presentan una menor tasa de reincidencia, de solo el 5,3%, mientras que los condenados por violencia de género reinciden en una cifra cercana a la media general (17,7%).

En conjunto, la tasa de reincidencia penitenciaria en Catalunya ha caído 9,1 puntos respecto al estudio anterior y ha pasado del 30,2% al 21,1% en seis años. Se trata de la tasa de reincidencia más baja en los 33 años de seguimiento de excarcelados en la comunidad. En 1991, fecha del primer estudio, la tasa de reincidencia era del 37,9%, es decir, 16,8 puntos por encima de la actual.

El análisis de los datos también muestra que 8 de cada 10 personas que han pasado por la cárcel no vuelven a un centro penitenciario una vez cumplida la pena. Para ello resultan fundamentales el medio abierto y las progresiones de grado son elementos fundamentales: la tasa de reincidencia penitenciaria desciende 12 puntos entre las personas que han pasado por los procesos de semilibertad.

“Una política dirigida a la reinserción y a reducir el encarcelamiento es una política de seguridad ciudadana”, ha insistido Ubasart, que se ha fijado como objetivo llegar en cuatro años al 30% de encarcelados en régimen abierto frente al 23% actual.

La tasa de reincidencia entre los excarcelados en tercer grado es casi la mitad que la media, bajando hasta el 10,1%. Nueve de cada diez personas que salen en libertad con este tipo de régimen abierto no vuelve a delinquir.

“Las salidas escalonadas de prisión y la reducción progresiva del control sobre los penados son la mejor garantía para alcanzar el desistimiento delictivo”, ha defendido Ubasart.

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