Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“La primera acción en el Parlamento Europeo debe ser por la cuestión catalana”

Josep Maria Terricabras, candidato de ERC a las elecciones

Siscu Baiges

ERC ha optado por una persona no afiliada al partido, el filósofo Josep Maria Terricabras, para que encabece su lista en las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. Su proximidad al partido que lidera Oriol Junqueras viene de lejos. En 2012 cerró la lista a las elecciones autonómicas, en la circunscripción de Girona. Nacido en Calella en 1946, este catedrático de Filosofía en la Universidad de Girona conoce bien Alemania e Inglaterra, donde estudió y donde ha realizado estancias de investigación.

¿Qué propone ERC en estas elecciones?

Hay dos pilares fundamentales. Nos interesa mucho Europa. No somos en absoluto euroescépticos pero sí somos eurocríticos. La Europa de estos últimos años ha ido por unos caminos sociales que no debería haber seguido. Con la obsesión por la austeridad ha creado miseria en las clases medias y trabajadoras. Queremos ayudar a cambiar esto, a hacer una Europa más democrática, más transparente. El Parlamento Europeo debería tener más poder del que tiene ahora. Nos interesa Europa desde este punto de vista de cambio de las políticas sociales y económicas y porque hay una serie de decisiones que se han de tratar a este nivel: el respeto a los derechos humanos, los derechos de las minorías...

Esta Europa acabará, por otro lado, descubriendo que nosotros también resultamos interesantes para ellos. Es una gran cuestión para nosotros que Europa reconozca el derecho que tenemos a expresar nuestra opinión sobre el propio futuro, un principio democrático aceptado prácticamente por casi todo el mundo. Pero no queremos ir a Europa simplemente a pedir que se interesen por nosotros. El conjunto de nuestra acción en Europa es más complejo y más rico.

¿En cuál de estos dos bloques está centrando más los esfuerzos durante esta campaña?

Hay una cuestión cronológica. Teniendo presente que las elecciones serán el 25 de mayo, que la toma de posesión de los eurodiputados será a primeros de julio y que en Catalunya tenemos prevista una consulta para el 9 de noviembre, es evidente que la acción primera, rápida, en el Parlamento Europeo será por el tema catalán. Estoy casi seguro de que podremos obtener el apoyo y la colaboración de todos los demás grupos soberanistas que hayan obtenido representación en Europa, que han aprobado fecha y pregunta para el día 9, para que nos ayuden a pedir al Parlamento Europeo, no que se pronuncie sobre la independencia de Cataluña sino que recomiende, invite al Estado español a aceptar el derecho de los catalanes a expresarse y a aceptar los resultados de la consulta. Las otras tareas se harán a través de comisiones. Este es un trabajo más lento, pero que se debe hacer desde el primer día también.

¿Con qué aliados cuentan tanto en España como en Europa para llevar adelante estas propuestas?

En España, desgraciadamente, con pocos. Sólo Izquierda Plural acepta que se pueda hacer una votación franca, libre, democrática. Los otros se han cerrado de forma notable o no se puede acceder mucho, como el PNV o algún otro grupo. Fuera, tenemos la ventaja de que ERC ha sido el grupo de la Alianza Libre Europea (ALE), que no es de los más importantes del Parlamento pero que incluye los Verdes, escoceses, irlandeses, y de otros países, que aceptan el principio de autodeterminación. Queremos que el futuro presidente de la Comisión Europea apoye este principio. Nosotros apoyaremos al candidato más progresista de los que se presenten. Por otra parte, no pensamos votar ningún candidato que no acepte el principio de autodeterminación. La ALE no ha definido aún sus preferencias. Los Verdes, vinculados a la ALE, tienen dos: José Bové y Ska Keller. Me parecen excelentes candidatos y ambos han aceptado el principio de autodeterminación. En la legislatura que ha terminado hemos votado con ellos en el 96% de los casos.

Dice que le preocupa mucho la abstención que pueda haber en estas elecciones.

Mucho. Sé que la democracia es participativa, de calle. Lo he vivido y lo he trabajado toda la vida, pero al final debe tener una concreción política y esta concreción, de momento, sólo la hemos encontrado en el gesto de votar determinadas propuestas y personas. En 2009, sólo votaron el 37,5% de los catalanes. Y echando atrás nos encontramos con que en Cataluña se vota siempre entre cuatro y ocho puntos por debajo de España, lo que la gente a veces no sabe y es chocante.Tanta propaganda que nos autohacemos diciendo que somos tan europeístas y a menudo decimos que los otros no lo son y, en cambio, resulta que votan entre cuatro y ocho puntos más que nosotros. Si vamos insistiendo que el 9 de noviembre no nos dejan votar pero queremos votar, y cuando podemos hacerlo, no votamos, debilita nuestro argumento.

La simpatía hacia Europa se ha hundido en los últimos años. Las encuestas lo detectan claramente.

Tengo la impresión de que la sociedad catalana pensaba que Europa influía poco en su vida cotidiana. Y eso es mentira. El 70% de las actividades de nuestra vida cotidiana están reguladas por la normativa europea, desde el transporte a la seguridad alimentaria, los tribunales de justicia, la moneda, la regulación de las elecciones... Uso siempre una expresión de Joan Fuster, que decía que “la política o la haces o te la hacen”. Uno puede decir que no quiere participar pero participará igual, porque le harán la política. Me gustaría ser capaz de transmitir a los electores que la participación es importantísima.

En anteriores elecciones, mucha gente veía el Parlamento Europeo como un cementerio de elefantes, de políticos ya amortizados. ¿Todavía no se han dado cuenta, tras la crisis, que las decisiones europeas determinan mucho sus vidas?

Esta idea del cementerio de elefantes la han fomentado, a veces, los Estados cuando han enviado gente determinada en el Parlamento europeo. Cuando vi que el expresidente francés Valéry Giscard d'Estaing se iba de parlamentario europeo pensé que no era normal ni bueno. A mí me lo podrán decir, por mi edad, pero yo nunca he hecho carrera política. Me pongo por primera vez y porque me lo han pedido, con todo el entusiasmo que puedo, como toda la gente de nuestra candidatura. Dinamizar el Parlamento europeo es crucial para el futuro de Europa. Si el futuro de Europa está basado sólo en las decisiones que va tomando cada Estado por su cuenta, a veces con pelea nacionalista de unos contra otros, la Europa que queremos no se construirá nunca. En cambio si los parlamentarios vamos dando pasos adelante y provocando que los Estados hagan pasos adelante, la operación será lenta pero eficaz.

También desanima a muchos la sensación de que los políticos que están en Europa no mandan ellos, sino unos poderes que hay detrás suyo que los mueven como marionetas.

Y tienen buena parte de razón. Es uno de los problemas democráticos de esta Europa. Los representantes legítimamente elegidos por el cuerpo electoral europeo tienen grandes limitaciones a la hora de tomar decisiones, que se toman por las grandes potencias económicas o por los Estados. La construcción europea ha de desmontar estas situaciones. De momento y por este motivo también soy independentista. Sólo los estados tienen voz fuerte. Aunque sean muy pequeños Luxemburgo y Txipo tienen voz, voto y comisario propio. Estaría muy bien que Catalunya pudiéramos ser pronto miembros de este club de estados.

¿Una mayor participación en las elecciones del 25 de mayo se puede deber a una mayor comprensión de la importancia de Europa en nuestras vidas o en las ganas de influir en el debate soberanista catalán?

Es difícil de saber. Estará en la intención y el sentimiento de cada votante. Lo que puede llevar a mucha gente a votar en Catalunya es el proceso soberanista en el que estamos inmersos. Hacia qué lado no sé. Con toda franqueza, no soy de los que están obsesionados por decir que hemos ganado. A mí me gustaría mucho más sumar votos soberanistas la noche electoral y ver que tenemos muchos entre todos. Si unos tienen más y otros menos, no me obsesiona. Estas cosas son muy causales y más en unas elecciones europeas. Me gustaría mucho que las fuerzas que han declarado manifiestamente su apoyo al proyecto soberanista tengan mucho peso.

He leído que usted ha dicho que prefiere que la lista de ERC no supere la de CiU porque esto quizás haría aflojar Mas en su apuesta soberanista.

En mi campo académico y profesional me he presentado a muchas oposiciones y, por suerte y supongo que algo por capacidad, he sacado siempre el número 1. Con franqueza me gusta más sacar el número 1 y no el 2. Sí me gustaría ganar pero ni me obsesiona ni me encarnizaré con aquellos que hacen camino con nosotros. La lucha política tiene, en estos momentos, unos condicionantes que son muy importantes, son grandes acuerdos nacionales. Si quedamos primeros miraremos quien está con nosotros y si quedamos segundos trataremos con quien nosotros hacemos de segundos. Confiamos en que nuestros colegas de otros grupos lo tomen igualmente, con la tranquilidad y la confianza de saber que estamos en un proyecto que también es un servicio al país.

ERC va a las elecciones con Nova Esquerra Catalana. En las elecciones anteriores, ERC consiguió un escaño de eurodiputado compartido. ¿Confía en que el exconsejero del PSC Ernest Maragall, número dos de la candidatura y líder de NEC, sea elegido eurodiputado?

Yo no he participado en el pacto porque soy independiente, aunque he seguido las negociaciones con gusto. Son opciones de los partidos. No tengo ninguna crítica que hacer. ERC es de una gran generosidad como partido. Oriol Junqueras, seis meses antes de ser presidente del partido, no era ni miembro. A Madrid envían a Alfred Bosch, que es independiente. A mí me ponen de cabeza de lista y soy independiente. Esto tiene gracia, tiene fuerza y no parece que todos los partidos estén dispuestos a hacerlo. Además, que se abran ideológicamente a los otros grupos de izquierdas que han dado un paso y también aceptan la autodeterminación y el soberanismo quiere decir que vamos ensanchando la base. No lo sabremos hasta el día 25, pero confío, y algún periódico ya ha dado cifras en este sentido, que podremos sacar el segundo diputado.

¿Esta sería la razón para estar contentos la noche del 25 de mayo?

Para la candidatura, esta sería una razón para estar contentos. Pero me gustaría mirar a mi alrededor y no encontrarnos solos. Esto sería un desastre. Si los otros grupos que han aceptado fecha y pregunta por la consulta, que hacen camino con nosotros, y que se presentan en estas elecciones –CiU e Iniciativa– no sacan diputados sería terrorífico, horrible. Hay que ver con más complejidad. Confío que nuestro resultado sea magnífico pero habrá que hacer una lectura global para hacer la foto de cómo está Catalunya en estos momentos.

Etiquetas
stats