La jueza decana prohíbe que los menores no acompañados duerman en los juzgados de Barcelona
La jueza decana de Barcelona, Mercè Caso, ha acordado este viernes prohibir el uso de espacios comunes de la Ciudad de la Justicia como alojamiento temporal de menores inmigrantes sin papeles, ya que cree “inaceptable” que puedan llegar a estar 21 horas de espera y dormir en el suelo entre bancos.
En un acuerdo dictado este viernes, la jueza decana insta a las administraciones a que “de manera inaplazable” se pongan en marcha los mecanismos para hacer frente a los trámites obligados “en condiciones de respeto y dignidad”, habilitando para ello espacios “adecuados y exclusivos”. La Generalitat, y en concreto la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA) es la administración competente para los menores no acompañados.
El principal problema que han detectado los operadores jurídicos es que la Fiscalía de Menores, que es quién evalúa si efectivamente el joven tiene menos de 18 años, se ha convertido en un centro de primera acogida, cuando no debería ser así. Los jóvenes deberían estar en un centro de la Generalitat antes de acudir a la Fiscalía para someterse a un examen médico, y no a la inversa como ocurre ahora. A ello se suma la saturación en los centros existentes y la falta de coches para trasladar a los menores a los centros, que la Generalitat ha intentado frenar con un plan de choque de 10,5 millones para crear 400 nuevas plazas de acogida.
La magistrada decana prohíbe el uso de la sala de espera y de cualquier otra estancia de la Ciudad de la Justicia desde las 20.00 hasta las 8.00 horas, tanto para los menores inmigrantes no acompañados como para los menores tutelados por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) que hayan escapado del centro designado.
La jueza decana remarca que el hecho de que en los últimos meses haya habido menores que han pasado la noche durmiendo en el suelo en la sala de espera de la Fiscalía de la Ciudad de la Justicia ha creado una situación de “indignidad y falta de protección de sus derechos fundamentales”.
Entre 2009 y 2015 llegaban alrededor de 350 jóvenes sin referentes familiares a Catalunya, una cifra que aumentó hasta más de 600 en 2016, 1.489 en 2017 y en 2018, hasta mayo, 729, aunque la Generalitat prevé que podrían alcanzar los 3.000 a finales de año. El perfil mayoritario de los jóvenes migrantes que llegan a Catalunya es el de un chico (95%), de Marruecos (72%) y a partir de los 15 años (70%).
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