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CRÓNICA

Puigdemont-Junqueras, nuevo asalto

Puigdemont y Junqueras, en una imagen de archivo.

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El paso al lado obligado de Artur Mas encumbró a Carles Puigdemont a presidente de un Govern que ya estaba pactado de antemano. Con Oriol Junqueras prácticamente no se conocían y pronto se comprobó que la convivencia entre el president y su vicepresidente no sería fácil. La elección del sustituto de Puigdemont en la alcaldía de Girona provocó las primeras fricciones porque ERC no aceptó el nombre que él había escogido para sucederle en su ciudad. Aun así ambos hicieron un esfuerzo por intentar pasar página. Hubo una primera cena a la que también asistieron sus respectivas parejas. No fue ni mal ni bien, pero no repitieron el formato.

La falta de confianza entre Junqueras y Puigdemont se trasladó a sus respectivos equipos, con reproches cruzados por no haber conseguido que prosperasen los primeros presupuestos del Ejecutivo o por la falta de implicación en los preparativos del referéndum. Después del 1-O las acusaciones de falta de lealtad se retransmitieron prácticamente en directo como se constata en un repaso a las crónicas de las semanas posteriores a la celebración del referéndum.

El líder de ERC sabía que Puigdemont tenía en la cabeza irse al extranjero y el president era consciente de que Junqueras, pasase lo que pasase, se quedaría. Lo habían hablado en un discreto encuentro que mantuvieron ese verano, cuando todavía nadie sabía qué acabaría sucediendo en octubre del 2017 aunque todo el mundo intuía que pasarían cosas. Pero que supieran los planes de cada uno no significa que estuviesen de acuerdo.

En las elecciones de diciembre del 2017, convocadas tras la destitución del president y su Govern por la vía del del artículo 155, Puigdemont y Junqueras se enfrentaron por primera vez en unos comicios. Las encuestas vaticinaban una victoria de los republicanos pero el expresident logró imponerse a Junqueras con la carta de la legitimidad del cargo y de un retorno que, como advirtieron todos sus adversarios, no pasó de promesa electoral. Tras los comicios, al listado de reproches se sumó la negativa del presidente del Parlament y dirigente de ERC, Roger Torrent, a proponer la investidura de Puigdemont como presidente por tratarse de una iniciativa que no tenía amparo legal. 

El contacto entre Junqueras y el expresident fue inexistente durante meses. Un año después de esas elecciones, el entorno de Puigdemont aseguró que las cuatro cartas que le había escrito y el libro que le había enviado a la cárcel no habían obtenido respuesta por parte de Junqueras. Los republicanos quitaron hierro a los lamentos que llegaban de Waterloo asegurando que Junqueras le había contestado, también por carta, para darle las gracias y que el problema fue que no se envió por correo convencional sino por persona interpuesta.

Puigdemont y el líder republicano volvieron a enfrentarse en las urnas en las europeas de mayo del 2019 y de nuevo el expresident se impuso y demostró su gancho electoral al obtener casi un millón de votos. Paradojas de la política y de la justicia, después fue Junqueras quien abrió la vía judicial que permitió al líder de JxCat recoger el acta de eurodiputado. 

Dirigentes como Marta Rovira y asesores de confianza del líder de ERC han trabajado para intentar que las relaciones mejorasen con el tiempo. Ahora ya hablan entre ellos, pero estos últimos días también han dado muestras evidentes de que ambos se preparan para la próxima batalla electoral. Ninguno de los dos podrá volver al Palau de la Generalitat, uno porque sabe que si pisa territorio español se arriesga a ser detenido y el otro porque está inhabilitado.

Puigdemont está promocionando otro libro y es fácil suponer que este no se lo enviará dedicado a Junqueras puesto que en varios fragmentos le reprocha su “falta de lealtad”. Además, presenta su nuevo partido este sábado y es muy probable que, además de presidirlo, encabece la lista electoral. 

Mientras, Junqueras ha dedicado el primer fin de semana que ha disfrutado del tercer grado a mantener reuniones y visitas en el territorio como si aún fuese el vicepresidente del Govern. Ha hablado con dirigentes sindicales y representantes de las patronales, se ha desplazado a la comarca de la Anoia, que fue el primer territorio confinado en Catalunya, y a la zona de Lleida para reunirse con alcaldes, muchos de ellos quejosos de cómo la Generalitat ha gestionado la aparición de rebrotes en estas poblaciones. El candidato de ERC será Pere Aragonès pero la ayuda del líder de ERC será necesaria para intentar atraer al electorado independentista que aún duda entre ambas formaciones. 

El tono duro que utilizó Junqueras este domingo en la entrevista que emitió TV-3 en horario de 'prime time' ya da pistas de por dónde irán sus intervenciones. Los sondeos electorales, a la espera de que Quim Torra desvele la fecha de los comicios, apuntan a una clara ventaja de ERC aunque la última encuesta, publicada este domingo en 'El Periódico', pronostica que el ‘efecto Puigdemont’ permitiría a JxCat recortar distancias respecto a los republicanos. Si hace dos meses aparecía el PSC como segunda fuerza tras los republicanos, ahora sería el partido del expresident el que ocuparía esta plaza y se quedaría a cuatro o cinco diputados de ERC.

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