Ciencia comprometida, ¿prensa ciega?

El pasado 20 de mayo de 2014 tuvo lugar la ceremonia de la entrega de los Premios de la Real Sociedad Española de Fí­sica 2013, financiados por la Fundación BBVA, en el Palacio del Marqués de Salamanca. Estos premios, dotados en total con 50.000 euros para sus ocho categorías, reconocen cada año a algunos de los más relevantes físicos españoles.

Durante la ceremonia de entrega de premios, los participantes pudieron asistir a un episodio inusual y ejemplificador. Muchos de los asistentes lo consideraron muy significativo y reconfortante, como demostraron con sus aplausos. Lo que sigue es la narración que el profesor José María Carrascosa, presente en el acto, hizo de ella (ligeramente editada por economía de espacio):

“Uno de los galardonados, tras saludar a los presentes (que incluían al presidente de la Fundación BBVA, D. Francisco González y a la Secretaria de Estado, Dña. Carmen Vela) y avanzar unos sumarios agradecimientos a su familia y a quienes le habían propuesto para el premio, dijo que no quería dedicar los dos minutos que tenía para hablar a hacerlo de sí­ mismo, sino de los miles de personas que lo estaban pasando mal debido a leyes injustas que los arrojaban de sus viviendas. leyes injustas que los arrojaban de sus viviendas

Ante este panorama, el galardonado comunicó su intención de donar parte del premio a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Las palabras de este joven fí­sico despertaron espontáneamente los bravos en la audiencia, cual si del canto de un gran tenor se tratara, y finalizada su intervención fue despedido con un prolongado aplauso. Plataforma de Afectados por la Hipoteca

Semejante lección de generosidad, conciencia social y valentí­a, pueden resumirse a la perfección en un dicho muy antiguo: “lo cortés no quita lo valiente”. lo cortés no quita lo valiente

Ni que decir tiene que al finalizar el acto me acerqué a felicitarle personalmente por su coraje, su cortesía y su firmeza para expresar públicamente lo que gran parte de esta sociedad piensa. Y he de decirlo, me sentí­ reconciliado de nuevo con el mundo cientí­fico; las palabras de este galardonado demuestran que pensar, además de servir para hacer ciencia de primera clase, también puede llevar a ocuparse de otras cosas que no sean ‘el último Nature’.

No pude ver el rostro de D. Francisco González, quien minutos antes nos quiso convencer de que estábamos dejando atrás la crisis. Pero lo que seguro no esperaba la reacción espontánea del público, aplaudiendo la generosidad del premiado de devolver parte de un premio generado con los beneficios empresariales que surgen, a su vez, de la incautación de las viviendas de los desahuciados.“

Resulta cuando menos llamativo que la prensa no se haya hecho eco de la noticia. Aunque el correo electrónico que narraba la noticia circuló ampliamente por los “círculos científicos” españoles, el suceso fue ignorado completamente por los medios de comunicación – incluso aquellos que sí dedicaron varios párrafos a describir el acto, como este artículo de El Economista o este otro de El Mundo.

Sin embargo, en un comentario de la noticia se refleja la identidad del protagonista de este gran gesto: Iván Calvo Rubio. Según esa misma noticia, “investiga desde 2006 en el Laboratorio Nacional de Fusión (EURATOM-CIEMAT), en Madrid (…) se licenció en la Universidad de Zaragoza con Matrícula de Honor en todas las asignaturas y fue Primer Premio Nacional Fin de Carrera (...) se doctoró en la misma universidad con Premio Extraordinario [y] ha realizado estancias en (…) el Oak Ridge National Laboratory y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ambos en Estados Unidos”Laboratorio Nacional de Fusión.

Este es el vídeo que muestra íntegramente el discurso de dos minutos de Iván Calvo. Merece la pena leer también los comentarios. Es un ejemplo que enorgullece a todos los firmantes de esta columna.

Imagen: montaje del logotipo de la PAH con fotografía de los tres monos sabios por Andreason Mancini (bajo licencia Creative Commons)