Amparo Navarro: “Vamos a poner todo nuestro empeño para que nadie deje de estudiar por motivos económicos”
El pasado 4 de diciembre, en una votación ajustada, la catedrática de Derecho Financiero y Tributario Amparo Navarro fue elegida rectora de la Universidad de Alicante (UA). Con un hablar pausado y reflexivo, Navarro, que ha echado por tierra 41 años de consejos de gobierno encabezados por hombres, atiende a elDiario.es.
¿Cómo interpreta su victoria, ha sorprendido ante las expectativas del otro candidato, José Cabezuelo?
Mi lectura es que mi programa ha conseguido ilusionar más a la comunidad universitaria y que la campaña que hemos realizado por mi equipo ha sido muy buena. Nunca me presenté contra nadie sino a favor de mi persona, de mi candidatura y de mi experiencia y eso es lo que han sabido ver los compañeros.
Usted es la tercera rectora valenciana que logra romper el techo de cristal. ¿Cómo han sido esos pasos hasta llegar aquí?
Estoy muy contenta de ser la primera mujer rectora de la Universidad de Alicante, no porque represente a todas las mujeres, que no las represento, faltaría más, sino porque hemos ido en la universidad española alcanzando los niveles en la toma de decisiones. Lo hemos tenido muy difícil porque para ser rectora primero catedrática de universidad y las mujeres hemos tenido mayores dificultades para acceder a esas cátedras, pero una vez que lo hemos conseguido creo que hay que atreverse a los puestos más altos. Me he sentido muy apoyada por todo mi equipo de hombres y mujeres y estoy muy contenta porque normaliza una situación que es de justicia y que se debería de haber producido hace mucho tiempo.
Ante la actual crisis económica, ¿Qué solución tiene para que el alumnado no se quede descolgado y pueda seguir matriculado en la Universidad de Alicante?
Vamos a incrementar las ayudas de emergencia, también trabajar con la Generalitat para que rebaje las tasas, complementar con ayudas al estudio y al pago de las tasas y creo que tenemos que poner todo nuestro empeño para que nadie deje de estudiar por motivos económicos.
¿Qué fórmula va a emplear para aumentar la empleabilidad del estudiantado, una asignatura pendiente de la universidad pública española?
Lo primero es que hay que formar a nuestros estudiantes, ya lo hacíamos, en competencias lingüísticas porque eso es el futuro y es lo que permite una mayor empleabilidad en un mundo global. Y luego hay que recuperar mucho tanto las prácticas curriculares como las extracurriculares porque es el primer encuentro de los estudiantes con el mundo laboral real. También hay que enseñarles a emprender y a buscar su propio trabajo.
¿Y qué fórmula para reducir la precariedad entre el profesorado? ¿Depende la mejora laboral de la universidad o necesita del Consell y del Estado?
Cualquier decisión en política universitaria se puede hacer mucho mejor a partir de la reforma de otras normas que no dependen de nosotros, entre ellos la propia dotación presupuestaria y de financiación para las universidades públicas valencianas. Cuanta mayor financiación tengamos, más proyectos podremos acometer y mejorar todo lo que llevo en mi programa. Dentro de los recursos que disponemos, podemos priorizar aquello que considero más importante, como la estabilización del personal interino y la regeneración de la plantilla del profesorado e investigador que en los últimos años ha tenido muy difícil acceso a la carrera docente.
Todo esto va unido, entendemos, a la endogamia de la que adolece la universidad pública española. ¿Cómo acabar con ella?
Creo que cuando se utiliza esa palabra, endogamia, a veces se emplea no del todo correctamente. Lo importante para una universidad es que sus profesores, ante concursos públicos y abiertos, los ganen los mejores, los más capacitados. Y considero que eso se puede producir tanto dentro, es decir, hay que retener talento y al mismo tiempo tiene que captar el talento que hay fuera. Yo misma soy estudiante y luego profesora de la Universidad de Alicante y no considero que mi currículum sea peor que si hubiera estudiado en otra universidad. Creo que lo importante es que haya competitividad en los concursos públicos, que sean transparentes, objetivos y que los gane el mejor preparado.
¿De verdad se está cumpliendo esa transparencia en la concurrencia a los puestos?
Desde luego, en mi departamento y en el ámbito de mi conocimiento, la carrera académica y universitaria es larga y costosa. Supongo que habrá supuestos irregulares, pero los casos que conozco se han obtenido con un filtro de la acreditación de INECA muy costoso de llegar y además ahora se llega a esos puestos de estabilización en la carrera docente en edades muy avanzadas; cuando yo empecé uno podía ser profesor titular con 30 años y ahora hasta los 50 no pueden estabilizarse como profesores titulares.
Tenemos otros casos, como el reciente de Fernando T. Maestre, ahora premio Jaime I, que fue alumno y doctor por la UA, estuvo fuera y ha vuelto porque era el mejor y porque obtuvo una beca Gen T; el profesor Francis Mojica fue doctor por la UA y habría sido un desperdicio que el doctor Mojica se tenía que haber ido por considerar que era endogámico que siguiera en la UA.
Usted ha insistido en campaña en reducir la burocracia que perjudica a alumnos y profesores.
La digitalización y las nuevas tecnologías deberían favorecer esa reducción de la burocracia y yo siempre pongo de ejemplo la Agencia Tributaria que apretando un botón en el móvil presentamos nuestra declaración de la renta y es mucho más complejo. Y por qué no vamos a intentarlo también en la universidad.
¿Cuál va a ser su primera medida cuando tome posesión?
La primera medida será organizar el segundo cuatrimestre y el principio del curso que viene. También tenemos que mejorar la coordinación horaria y de exámenes para acabar con éxito este curso y empezar el curso que viene con la mayor presencialidad posible.
A este respecto, ¿qué apuesta va a hacer la universidad entre la dicotomía presencialidad y a distancia cuando la pandemia sea historia?
Yo creo que las nuevas tecnologías ya estaban en la universidad y se deben de potenciar mucho más. Pero no debemos renunciar a la presencialidad porque la experiencia universitaria para las personas jóvenes no es solo aprender contenidos, que se pueden aprender de muchas maneras, sino el adquirir competencias que solo puede ser con el contacto con profesores, con otros estudiantes, con actividades culturales... todo lo que significa la universidad.
La carrera de Medicina, ¿va a seguir la línea del rector saliente de luchar para que este grado sea una realidad en esta universidad o conjuntamente con la vecina Miguel Hernández?
Yo voy a luchar para que en esta provincia haya más plazas para cursar el grado de Medicina. Creo que la pandemia nos ha demostrado que falta personal sanitario y que los últimos años se ha invertido poco en sanidad y por lo tanto hay que trabajar codo con codo para que desde las universidades haya un mayor número de médicos. Tenemos un grado cuyo plan de estudios fue aprobado por la ANECA, su autorización depende de la Generalitat y sin finalmente nos lo autorizan y nos ofrecen la financiación suficiente para llevarlo a cabo, pues asumiremos el compromiso.
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