Calp mantiene su ofensiva contra los ‘mendigos’: incautará los bártulos de los limpiacristales en los semáforos si no tienen factura
Con expresiones que en ocasiones parece entresacadas de aquellas antiguas leyes de vagos y maleantes, el gobierno local de Calp (PP y Ciudadanos) aprobó en el pleno de este lunes una Ordenanza de de Convivencia Ciudadana que mantiene una ofensiva contra la “mendicidad” que ya podía apreciarse en el anterior texto, que data de 2017. “Criminaliza la pobreza” señaló al respecto el portavoz de Compromís, Ximo Perles.
El texto no sólo sigue prohibiendo a cualquier persona la limpieza de los parabrisas de automóviles detenidos en los semáforos o en la vía pública, sino que los utensilios que hayan sido utilizados en esta labor serán depositados en las dependencias de la Policía Local. Y, “la devolución de los mismos se realizará tras haber acreditado su procedencia mediante las facturas o documentos oportunos siendo por cuenta del infractor los gastos ocasionados”. Además, si el interesado “no comparece en el plazo de 10 días desde que se produjo la retirada, se le dará a la mercancía el destino que resuelva la Alcaldía”.
También se prohíben los aparcacoches o gorillas; además, aquellas personas que “ejerzan la mendicidad! no podrán tener perros: estos animales serán retirados a la perrera municipal y los gastos que esta actuación origine también correrán ”a cargo del infractor“.
Tampoco estará permitido dormir de día o de noche en vías y espacios públicos, lo que puede dar lugar a alguna situación curiosa, como que no se pueda realizar la tradicional siesta estival en la playa se sea mendigo o no. “Es una normativa mal construida”, lamentó también el portavoz de Compromis.
La ordenanza, eso sí, no castiga exactamente la mendicidad. Sino que “prohíbe aquellas conductas que bajo la apariencia de mendicidad representen actitudes coactivas o de acoso que obstaculicen e impidan de manera intencionada el libre tránsito de los ciudadanos por los espacios públicos”.
Perros, gatos y multas
Si la ordenanza ahora se ha vuelto a llevar a pleno es porque se ha modificado para mostrarse mucho más severa con aquellos propietarios de perros que dejan en la calle abandonados los excrementos de sus mascotas o no limpien sus orines con agua: en ambos casos se prevén sanciones de hasta 650 euros. No obstante, la alcaldesa, la popular Ana Sala, aseguró que el ayuntamiento pondrá en marcha una campaña de concienciación ciudadana durante los próximos dos meses, periodo en el que aún no se aplicarán esas multas.
Esa campaña incluirá el reparto de 4.000 botellines para que los ciudadanos puedan limpiar esos orines: “El objetivo no es sancionar, sino concienciar a los ciudadanos para que entre todos hagamos que Calp sea una ciudad más limpia, asegurando la salubridad de los espacios públicos y evitando su degradación”, añadió Sala.
No obstante, el asunto de los animales también arrastra polémica. El PSPV puso el acento, según señaló tras la sesión su secretario local, el edil Marco Bittner, en que se prohíbe la alimentación de todo tipo de animales en lugares públicos. Tampoco gatos, lo que ha encrespado a una asociación animalista del municipio que elevó alegaciones al texto que han sido rechazadas.
El problema reside que dar de comer a los gatos es una medida paliativa fomentada por el gobierno, que promociona las colonias de estos animales para tenerlos controlados después de su castración. Lógicamente, si no se les alimenta, no se podrán controlar estas poblaciones. Los socialistas pidieron en el pleno sin éxito que se autorice su alimentación bajo la supervisión de voluntarios que se encarguen de limpiar después el lugar.
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