Dibujando historias olvidadas
La Historia está llena de pequeñas historias individuales cargadas de grandeza, de miseria, de valentía o indignidad. Historias que ejemplifican a la perfección la verdadera dimensión del espíritu humano. Los anglosajones son unos expertos en tomar estas historias y en construir en torno a ellas relatos, ficcionados o no, que son capaces de hacerlas trascender la simple anécdota y de elevarlas a la categoría de leyenda. Así se forjó la mitología del Salvaje Oeste, por ejemplo, a través de un puñado de excepcionales películas.
Por aquí nos falta a menudo la frialdad o la valentía para saber mirar al pasado y encontrar esas historias que son realmente dignas de convertirse en Historia con mayúsculas. Y no es porque no porque no existan. A veces es porque no las sabemos, o no las queremos, buscar. Por eso me alegra saber que el magnífico cómic de Paco Roca, Los surcos del azar, ha dado lugar a una exposición que estará en Les Naus hasta julio.
El cómic, como soporte creativo, arrastra una fama peyorativa que se asocia con frecuencia con lo pueril. Sin embargo las historias de Roca no pecan precisamente de infantilismo. Y esta última menos que otras, puesto que recupera un capítulo poco conocido de la II Guerra Mundial. Poco conocido en el mundo en general -a veces incluso ocultado- pero cuya ignorancia en España es todavía más sangrante. Se trata de la historia de La Nueve, una compañía de soldados españoles integrada en el ejército francés que contribuyó a liberar París de los nazis en 1944.
La historia de esta compañía -olvidada por los franceses, ninguneada por los ingleses y sistemáticamente ignorada por los españoles- representa también la extraña relación que tiene España con la historia Europea del siglo XX. Como si no fuese con ella cuando, en realidad, hemos sido unos participantes mucho más directos de lo que se nos ha hecho creer. No solo porque la Guerra Civil fuese la antesala de la Segunda Guerra Mundial –la fuerza aérea alemana (la temible Luftwaffe) jamás habría sido capaz de desencadenar el Blitz sobre Londres sin los aterradores entrenamientos que supusieron bombardeos como los de de Guernica o, incluso, Benicarló– sino porque durante la guerra mundial este país participó activamente, ya fuese enviando wolframio para los Panzer o nutriendo de veteranos experimentados a las divisiones que liberaron París. Incluso después del conflicto, España siguió jugando un papel activo en asuntos tan turbios como la Legión Carlos V, que mezclaba nazis exiliados con espías de la CIA y funcionarios falangistas del Movimiento.
En un país en el que los medios apenas investigan nada y en el que todavía no tenemos muy claro qué ocurrió realmente el 23 de febrero de 1981, es bueno que al menos algunos creadores se preocupen por bucear en el pasado; aunque sea desde la ficción. Porque de este modo nos ayudan a conocer y comprender algunos capítulos desconocidos de nuestra historia. Capítulos que, como en el caso de La Nueve, resultan absolutamente fascinantes.
