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2025, el año que reconoció debidamente la literatura de Maria Beneyto

València
Maria Beneyto.

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Una voz propia, innegociable, intransferible. 2025 ha aportado el reconocimiento. Primero llegó la voluntad, después el presupuesto, más tarde el esfuerzo comprometido. Todo ello ha desembocado en un año cargado de actos y producción editorial. María Beneyto y su obra lo merecían. 2025 ha situado a la escritora donde la justicia literaria precisaba: en todos los rincones de la geografía valenciana y en el olimpo de las letras propias, a través de más de sesenta actos y un sinfín de publicaciones y trabajos que han permitido conocer todos (o la mayoría) de los entresijos de la creación literaria de una autora que ha precisado ser Escritora del Año para ser reconocida por su pueblo.

Ella no necesitaba del elogio masculino, ellas no precisan del reconocimiento de ellos para ser, pero sí de la aceptación entre los autores de que existe una discriminación por el hecho de ser mujeres. “Hay en la poesía de María Beneyto un dolor sincero, una angustia, una tristeza de época que la pone a veces a la altura de José Hierro, de Blas de Otero. En Valencia —lo contrario sería extraño— no lo saben o no quieren saberlo. [...] ¿Desde cuándo no han tenido en Valencia un poeta de este aliento?”. Las palabras son de Max Aub, nada más y nada menos que de Max Aub. Habla de Beneyto y de la injusta falta de reconocimiento tanto entre la sociedad valenciana como entre la élite intelectual que se dedicaba a las letras. Corría el año 1971. Medio siglo después, antes del presente año, todo seguía igual o parecido.

Primero, lo último. 2025 ha sido un año fructífero. Por la implicación institucional y también por la complicidad del mundo de las letras y la academia, que se han volcado en la recuperación de la voz silenciada de Beneyto.

La declaración de Beneyto como Escritora del Año por parte de la Acadèmia Valenciana de la Llengua encendió la mecha y después la comisión, que ha contado con la presidencia de Carme Manuel y un equipo formado por Àngels Gregori, Josep Palomero, Ramon Ferrer o Vicenta Tasa, engarzó una producción cultural magnánima alrededor de la escritora.

En el curso se han publicado los libros: “Maria Beneyto, passió per l’escriptura”, un cómic con guion de Raquel Ricart e ilustraciones de Daniel Olmo; “Guia didàctica, Maria Beneyto: vida ferida de lletra”, elaborada por Mireia Ferrando Simón; “Conte del mes: 12 escriptores valencianes reescriuen els contes en valencià de Maria Beneyto”; “La dona forta”, edición no venal en colaboración con la Institució Alfons el Magnànim y Edicions Bromera; “Al límit de l’absurd”, novela inédita en valenciano; “El riu ve crescut”, con la colaboración de la Institució Alfons el Magnànim y Drassana y con prólogo de Rafa Lahuerta; “Learning to Howl. Selected Poems of Maria Beneyto”, traducción al inglés de 49 poemas en valenciano de Beneyto, a cargo de Paul Scott Derrick con la presentación de Candelas Galas e ilustraciones del alumnado del instituto Benlliure; y “Altra veu. Poesia 1952-2003”, con el que la Diputación de Valencia, a través de la IAM, aporta un volumen que contiene los siete libros de poesía en valenciano de Beneyto, más un grupo de poemas de temática diversa, recuperados de publicaciones periódicas o, en algunos casos, inéditos, escritos durante cinco décadas. La edición y selección de los poemas ha corrido a cargo de Josep Ballester, autor también del texto introductorio.

2025, el año que reconoció debidamente la literatura de Maria Beneyto.

El Ayuntamiento de Valencia también ha querido aportar su granito de arena a través de la concejalía dirigida por José Luis Moreno, incluyendo a la poeta en la futura 'Ruta escultórica de personajes literarios y cinematográficos. Además, gracias a la colaboración de la editorial Renacimiento se reedita “El río viene crecido”, “Ofelia 25” e “Itinerario”, fructificando la coedición con Drassana en la publicación de la novela “La invasión”, con portada de la reconocida artista Paula Bonet. “Ofelia 25” permite sacar a la luz la última obra inédita de Beneyto, con un trabajo que explora el mundo fantástico y mítico. Una obra tan inquietante como única que posibilita observar la versatilidad de la escritora valenciana. Por su parte, “La invasión” cuenta con rasgos biográficos para narrar el traumático Madrid de los años 1930 cuando la autora y su familia sufrieron etapas de pobreza máxima.

Además, han visto la luz el “Dossier Maria Beneyto”, con doce artículos coordinados por Carme Manuel en la Revista Valenciana de Filologia (vol. 9, 2025) de la Diputación; el “Dossier Paraules a Maria Beneyto” en la Revista Saó; y el “Dossier Maria Beneyto i els escriptors alacantins de postguerra”, en la Revista Caràcters de la Universitat de València, las dos últimas publicadas este mismo mes de diciembre.

Pero muchos más han sido los formatos con los que se ha dado a conocer la vida y obra de Beneyto. Se han sucedido seis exposiciones a lo largo del año. Por ejemplo, la itinerante organizada por la AVL (con textos de Josep Ballester) ha sido demandada por más de cien instituciones, entre ayuntamientos, casas de la cultura, universidades o centros educativos. Ha habido otras. La que la unió a Joan Fuster en Sueca (comisionada por Enric Alforja); la organizada por el MuVIM comisionada por Carmen Velasco; la coordinada por la Universitat de València con Josep Ballester de responsable; la acogida por la librería Railowsky; o, por último, la adaptación fotográfica en la Biblioteca de la Dona de València, a cargo de Adriana Cembrero.

Además, se organizó una ruta literaria por la ciudad de València con Alexandre Bataller; una jornada didáctica gracias a la colaboración del Cefire de la Generalitat Valenciana; y una bienal de historia bajo la dirección de Josep Vicent Boira.

2025, el año que reconoció debidamente la literatura de Maria Beneyto.

Siete conferencias, más de sesenta presentaciones de sus libros, recitales poéticos, un documental (“Maria Beneyto. Vida ferida de lletra”), una interpretación de poemas musicados a cargo de Borja Penalba y una videofelicitación de Navidad con la colaboración de la Universitat Oberta de Catalunya ofrecen un menú para todos los gustos. Por situar un aporte más, Foment del Valencià de la Diputación diseñó un photocall con versos suyos como “Sempre he volgut fer allò que em pareixia just, i em pareixia just col·laborar i fer alguna cosa en la meua llengua”; imprimió un pañuelo con un verso del poema “El carrer on vaig nàixer”: “Em pressentia dona tota silvestre encís, tota de llum i terra, branca del paradís”; y distribuyó unas mochilas térmicas con un verso de la escasa poesía infantil que escribió: “Els infants de la lluna juguen de nit”.

Las presentaciones de sus obras han llegado a todos los rincones de la geografía valenciana, caso de la ciudad de València, Sagunt, Alcoi, Gandia, Sueca, Burjassot, Silla, Castelló, Alberic, Banyeres de Mariola, Benitatxell, Casino, Llutxent… Incluso a Córdoba, en Andalucía.

“Zumo de naranja en la sangre”

Y, ahora, tras el repaso del intenso 2025, el origen. Nacida en la ciudad de València en 1920, su familia probó suerte en Madrid por las aspiraciones culturales del padre pero sucumbió ante la falta de oportunidades y la miseria. Beneyto desarrolló un dolor cívico que la llevó a la denuncia. El hecho de ser mujer y la dialéctica entre el mundo rural y el urbano se conjugaron en su obra con un lirismo vibrante fruto de una reflexión marcada por la época. Esa experiencia y ese anhelo la llevaron a irrumpir en un mundo literario masculino y masculinizado en el que destacaban Manuel Sanchis Guarner, José Albi, Vicente Ramos, Vicent Andrés Estellés o Joan Fuster. No fue impedimento para su reivindicación feminista. Experimentó el silencio, la pausa y la ausencia, huyó de bandos pero practicó la disidencia y, lejos de encasillarse, experimentó géneros, con una producción híbrida con ensayos, novelas o poesía, tanto en castellano como en valenciano. “Per a mi, castellanoparlant, escriure en valencià és un acte d’amor a la terra”, escribió a Fuster.

2025, el año que reconoció debidamente la literatura de Maria Beneyto.

Se impuso a Estellés en el Premio València de Poesía de 1953 y fue la primera mujer en ser reconocida con el Premio de las Letras Valencianas. De sí misma dejó escrito: “Una criatura humana como cualquier otra que, en algún momento -eso sí- se desconoce, se pregunta o se retrae, que se busca a ella misma y a veces se encuentra a través del amor donde suele estar habitualmente (...) ¿Quién soy? Una niña de infancia exiliada, una mujer mediterránea con un poco de zumo de naranja en la sangre...”.

Pues eso, una coalición de instituciones, editoriales, sociedad civil y mundo académico ha querido encontrarla y la ha buscado con ahínco, recuperándola del exilio del silencio y la marginación. 2025 ha aportado recursos útiles para conocer la vida y obra de Maria Beneyto, hasta este año una autora excesivamente desconocida e inmerecidamente poco reconocida. La duda que queda es si toda esa producción ha penetrado suficientemente en colegios e institutos, permitiendo al alumnado conocerla mejor y, con ello, valorarla más.

Punto de inflexión, el de 2025, que debe servir de ejemplo para la recuperación de otras muchas escritoras ocultadas por el machismo estructural del mundo de las letras.

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