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La otra cara de la industria cerámica: la Serranía protesta en Cevisama contra el polvo de sílice que alimenta al sector del azulejo en Castelló

Activistas de Ecologistas en Acción se concentran en la puerta de CEVISAMA en Fira València.

Lucas Marco

Valencia —

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La inauguración de Cevisama, el certamen monográfico de la cerámica, reúne cada año a las empresas más destacadas del sector y a representantes políticos e institucionales que loan esta industria clave para la economía castellonense. Con 847 firmas expositoras, la feria internacional de la cerámica ha inaugurado este lunes su 38ª edición que mostrará hasta el próximo 7 de febrero las propuestas del sector de fritas, esmaltes y colores cerámicos, el baño y la piedra natural además de la maquinaria cerámica.

A pocos metros de la puerta principal de Fira València, ante la mirada de los visitantes del sector cerámico, un grupo de activistas de La Serranía ha protestado contra la contaminación y el “expolio minero” que sufre una comarca de dónde sale el 80% de la materia prima que va a la industria castellonense, según explica el concejal del Ayuntamiento de Villar del Arzobispo, Luis Suller. “Son minas que tienen un grave impacto para la salud”, dice el regidor.

Las minas de la comarca, sostiene Suller, trabajan con sustancias cancerígenas como el polvo de la sílice cristalina, una materia prima fundamental para elaborar el material porcelánico. “El polvo de sílice es muy volátil y está muy presente en estas minas al aire libre de la comarca de La Serranía”, apostilla el activista. 

La directiva 2017/2398 de la Unión Europea indica que “existen pruebas suficientes de que el polvo respirable de la sílice cristalina es cancerígeno”. La fecha límite prevista por la UE para incorporar al ordenamiento jurídico de sus Estados miembros esta directiva era el pasado 17 de enero. “No se ha explicado ninguna medida correctora en los centros de trabajo y estamos muy preocupados”, afirma el concejal Luis Suller. 

La industria minera, con 500 explotaciones en todo el territorio valenciano, está sujeta a una legislación de 1973, tal como informó este diario. Los activistas de La Serranía, en cuya comarca se concentran más de 170 explotaciones mineras a cielo abierto, denuncian el incumplimiento de la Ley de Minas y que “se invaden y se destrozan grandes áreas forestales sin los permisos”.

El fin de semana previo a la inauguración de Cevisama, la Coordinadora por una Serranía Viva organizó la VI Jornada Minera, “en la cual siempre invitamos al sector minero y a la Dirección General de Minas de la Conselleria de Industria que son los grandes ausentes”. “Todos miran a otro lado, no se cumplen las normativas, no se cumplen las declaraciones de impacto ambiental, no se cumplen para nada los planes de labores y de restauración; nos vemos abocados a la denuncia y a la protesta”, añade el concejal. 

Los activistas, recluidos en el acceso exterior de Fira València y que han repartido a los visitantes un folleto en inglés, insisten en la desestimación y en la destrucción de acuíferos que provoca la actividad extractiva. “Tenemos en la comarca de La Serranía más de 2000 hectáreas ocupadas por minas, cada agujero, cada concesión (hay 200) se ha cargado un acuífero porque las arcillas rojas son impermeables e impiden salir el agua de ese pozo que ha generado la actividad extractiva”, denuncia Suller. 

“Es un desastre lo mires por donde lo mires”, concluye el concejal de Villar del Arzobispo.

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