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Veinte compromisos para convertir La Marina en el nuevo río Túria de Valencia

Joan Ribó, en la Marina de València.

Voro Maroto

El alcalde de Valencia ha dado este martes por iniciada una nueva etapa para el frente marítimo de la ciudad, la máxima prioridad para el ayuntamiento presidido por Joan Ribó.  Durante la presentación del plan estratégico de La Marina de València -antes conocida por Rey Juan Carlos, nombre aún oficial pero que se cae de la imagen de marca- Ribó ha anunciado que este espacio público se transformará en nuevo centro de la ciudad gracias a la “reactivación y apropación ciudadana” del viejo puerto. 

El discurso de Ribó ha sido un eco de los pronunciados por el director general y el de estrategia de La Marina, Vicent Llorens y Ramon Marrades. La zona -según sus gestores- tiene un plan para pasar del abandono y el ostracismo a punto neurálgico de la ciudad e incluso del Mediterráneo. El espacio creado para la Copa del América de 2007 - de casi un millón de metros cuadrados- entre la playa de Las Arenas y el puerto, está ahora infrautilizado y atenazado por una deuda de 440 millones de euros.

Sus actuales responsables  lo tachan de de proyecto fallido, un engendro del “urbanismo neoliberal” del PP y los promotores inmobiliarios. Para darle la vuelta, Llorens y su equipo han ideado el plan estratégico, que hasta 2022 debe acometer multitud de iniciativas para que La Marina sea “abierta, inclusiva, verde y dinámica”. El objetivo, según Ribó, es emular el éxito del cauce de río Túria, de espacio abandonado a una zona de referencia en el urbanismo internacional.

El análisis de los gestores detecta decenas de puntos débiles del espacio: de ser un espacio percibido como “elitista” hasta problemas de “accesibilidad y señalización”; de unas “infraestructuras mejorables” hasta la “opacidad administrativa”; de la “desconexión con la trama urbana”  al “bloqueo institucional” de una propiedad con tres socios, ayuntamiento, Generalitat y gobierno central.

“Hay que construir un espacio para la convivencia, accesible, productivo, sostenible económicamente y solidaria con los Poblats Marítims”, ha dicho Llorens. El director general ha hecho alguna autocrítica -“nuestra web es como la de Juan Roig [una mierda]” y ha reiterado dos peticiones a las autoridades. Facilidades para que los ciudadanos puedan llegar al puerto -“llegar hasta el mar en esta ciudad no es fácil”- y agilidad administrativa mediante una declaración de interés general que agilice la concesión de permisos y licencias a las empresas que quieran instalarse en la zona. 

Para superar esos y otros problemas, Llorens propone trabajar con cuatro objetivos: Que La Marina sea un centro de referencia náutico, un polo de desarrollo económico, un lugar de visita obligada y recurrente para los vecinos -“la mar de cara a la ciudad”- y una entidad más “ágil y eficiente” y con mejor gobernanza, transparente y abierta.

Esas cuatro grandes áreas de trabajo parten de una premisa: La Marina es un espacio público y como tal debe ser tratado. “Los objetivos públicos van por delante”, hay que “construir sobre nuestro contexto y activos” -pensar en clave valenciana y no en carreras de Fórmula 1- y debe ser un “destino con múltiples uso”, no un monocultivo de competiciones de vela o coches de carreras.

Estos son 20 de los compromisos asumidos por la Marina de València para convertir la zona en el río Túria del marítimo.

Referente náutico

Incremento de los amarres con mejores servicios.

Construcción de un polideportivo náutico.

Crear un canal de navegación junto al espigón.

Construcción de un varadero industrial.

Crear el primer centro de FP para reparación de embarcaciones.

Introducir en un instituto de la zona un módulo de formación profesional de monitor en actividades náuticas

Creación de una zona industrial y comercial náutica.

Polo de desarrollo económico

La Marina LivingLAB, espacio de experimentación a escala urbana.

Crear un espacio público-privado de emprendimiento e innovación en la base del Alinghi, uno de los equipos que compitió en la Copa del América.

Espacio para grandes conciertos

Crear un espacio cultural flexible en el tinglado 4, una infraestructura ahora degradada.

Construcción de una infraestructura hotelera mixta para potenciar La Marina como destino turístico y gastronómico.

Museo del mar

La mar de cara a la ciutat

Proceso de activación del espacio público y mejora de los itinerarios peatonales.

Mejoras en la movilidad (tanto interna como de acceso), señalización y estacionamiento.

Decidir los nombres de los espacios con consultas vecinales y organizar un congreso para pensar sobre el futuro del frente marítimo.

Circuito de running.

Seguir consolidando el espacio como sede de carreras y triatlones.

Plan de deportes al aire libre.

Dotaciones de ocio infantil.

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