Podemos propone cambiar el nombre al Pacto del Botánico: “Esto no es un gobierno de continuidad”
En Podemos quieren dejar bien claro a sus hasta ahora socios parlamentarios de Compromís y el PSPV-PSOE que el siguiente gobierno de la Comunitat Valenciana no es una continuidad del anterior. A los morados no les gusta la denominación Botànic II, que se ha ido popularizando en los medios de comunicación para referirse a las negociaciones que comenzarán en breve y quieren que su presencia marque la diferencia desde el primer momento. Hasta en el nombre.
“Después del toque de atención que dio el pueblo valenciano en las últimas elecciones autonómicas, el Botànic II no puede ser como su predecesor. Hay que avanzar más, con más valentía y con mayor capacidad para mejorar la vida de la gente. Para tener realmente un gobierno de progreso el PSPV tiene que dar paso a un programa más transformador y a un liderazgo nuevo en el gobierno. No se trata de reeditar el Botánico, sino de desbordarlo e ir más allá”, advierte Rubén Martínez Dalmau, la cara electoral de Podemos, al líder socialista y a su grupo parlamentario.
Así, los morados plantearán en las negociaciones una denominación alternativa para un nuevo acuerdo. “Esto no es un Gobierno de continuidad”, reivindica Dalmau, quién cree que ese mensaje debe llegar a la ciudadanía. Para ello, desde su equipo se barajan alternativas como 'Pacte dels Tarongers', en referencia al árbol frutal y a la avenida donde se ubican las dos grandes universidades públicas valencianas. El nombre, argumentan, tendría mejor acogida en Castelló y Alicante, ya que el Botànic -por el jardín en el que se firmó- pierde fuerza al salir de Valencia.
Podemos hace hincapié en que el acuerdo a tres bandas no solo debe profundizar en las medidas ya iniciadas por el Ejecutivo de Ximo Puig y Mónica Oltra y considera que hay cuestiones que deben estar sobre la mesa sí o sí. Entre ellas, la tasa turística, la empresa pública de energía para reducir la factura de la luz y el cambio en el modelo de gestión de residuos, introduciendo el Sistema de Devolución y Retorno de Envases (SDDR). Ambas cuestiones no llegaron a aprobarse por la oposición de los socialistas, desde el Gobierno y desde el grupo parlamentario, y para los morados son fundamentales.
Aunque el equipo de Dalmau y Antonio Estañ aún no ha puesto nombres sobre la mesa, sí tiene claro que quiere una renovación integral de la estructura del Ejecutivo, respetando la fórmula del mestizaje -que los cargos intermedios sean de un partido diferente al del conseller-.
El candidato no cree que sea conveniente que Presidencia acumule tanto poder, con departamentos como Turismo, Comunicación, Innovación y otras agencias adscritas que hasta ahora han dependido únicamente de los socialistas. “¿Cuántas conselleries vale Presidencia?”, se pregunta Dalmau, antes de iniciar las negociaciones. El peso, creen, no es comparable y el reparto no podrá ser equitativo si no se tiene en cuenta.