Jorge Alarte: “El modelo del Botánico de consenso, diálogo y pluralidad es el modelo de referencia en el Estado”
El pasado 4 de septiembre el president de la Generalitat, Ximo Puig, efectuaba la remodelación del segundo escalón de Presidencia para preparar su departamento ante los retos futuros, marcados por la pandemia pero también por notables cambios en el marco estatal y europeo. En esa reforma de la estructura del Gobierno autonómico, el dirigente incorporaba a sus filas a su predecesor en el partido y rival en las primarias de 2012: Jorge Alarte, nombrado director general de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Representación Institucional.
Alarte (Alaquàs, 1973), asumió la secretaría general del PSPV-PSOE en 2008 y estuvo al frente del partido hasta 2012, en los años de mayor esfuerzo político contra la corrupción del Partido Popular. Al perder las primarias, se reincorporó al ejercicio de la actividad privada, retomando su despacho de abogados. En 2015 los socialistas valencianos recurrieron a él para el Senado, pero no resultó elegido. Cinco años después, el socialista se incorpora a las filas que dirige el que fuera su rival para convertirse en su embajador de su gestión en Madrid.
Su nombramiento fue una de las sorpresas de la remodelación del Gobierno valenciano, ¿cómo vivió la llamada del president?
El president me llamó y tuvimos una conversación positiva. Afronté este nuevo reto con muchas ganas de trabajar, de asumir responsabilidades y hacer lo posible para ayudar. Y con mucho agradecimiento por esa llamada.
¿Tenía ganas de volver a la política?
Tenía mono. A los que nos gusta la política y nos apasiona la vida pública nos pasa. Tuve una larga época en la vida privada, pero tenía ganas.
¿En qué consiste exactamente su trabajo en la dirección general, esa suerte de embajada en Madrid?
Tenemos grandes responsabilidades. Una es la de gestionar la representación en Madrid, que es la responsabilidad central. Ahí tenemos varios objetivos: defender los intereses de los valencianos, de nuestra comunidad, la difusión de lo valenciano en el sentido más amplio -cultural, económico, social- y el impulso a las relaciones institucionales con el Estado, que son fuertes pero hay que mantener en un marco estable. Una segunda responsabilidad son las relaciones con las comunidades autónomas y la tercera, es el apoyo a la representación institucional de la Generalitat, pero que en mi caso, fundamentalmente, el encargo es que se centre en las relaciones Gobierno de España y Generalitat.
¿La idea es que la dirección general se quede en el Palau de Castellfort o que vaya a Madrid?
En realidad ya lo hacemos, paso todas las semanas varios días en Madrid. La delegación de la Comunitat Valenciana que está en la calle Españoleto, 25 de Madrid durante un tiempo estuvo cerrada y la legislatura pasada se pudo abrir y desde ahí estamos impulsando proyectos. Vamos a ampliar el equipo con un programa que, desde la prudencia pero desde el optimismo, esperamos que pueda ser presencial a partir de septiembre. Tenemos un equipamiento propiedad de todos los valencianos que tiene muchas posibilidades que tenemos compartido con la Fundación Connexus.
Cuando habla de difusión de lo valenciano, ¿a qué se refiere?
Aspiramos a que la calle Españoleto, 25 sea un espacio cultural con actividades propias, exposiciones, presentación de libros... Estamos en un punto estratégico, cerca del Museo Sorolla, de la Fundación Connexus. Queremos que sea un espacio de referencia de lo valenciano en España.
La primera de las reuniones que mantuvo fue en Moncloa para presentar los proyectos, ¿cómo es la relación con el Gobierno?
Francamente, muy buena. Es una relación sólida y el punto de partida es bueno. Creo que en estos momentos el president Ximo Puig tiene un peso específico en la política española y que en cualquier gran decisión, como se ha notado, nuestro modelo de consenso, de diálogo, de entender España como un espacio plural -la España de las Españas, como dice el president-, es el modelo con el que sustentamos ese discurso y es el modelo de referencia en el Estado.
¿Gusta el modelo del Botánico en España?
Sin ninguna duda. Estamos en una época política que inauguró el Botànic y es una época de acuerdos, de pluralidad política, de pluralidad en el Parlamento. Los ciudadanos han abierto un nuevo tiempo y creo que el modelo liderado por Ximo Puig es el modelo de la política actual y del futuro, donde la pluralidad, consenso, diálogo y cooperación son las palabras claves. Esas y cogobernanza.
En la composición del Gobierno de España, tanto el que surgió de la moción de censura como el de coalición, se dio mucha importancia a que hubiera valencianos en el gabinete de Pedro Sánchez. Entre ellos destaca José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes. ¿Influye su presencia en el Gobierno para esa buena relación?
Influye muchísimo, sin ninguna duda, pero no sólo José Luis Àbalos, sino el de todos los valencianos. El papel del ministro se deja sentir, su presencia es permanente y la relación es muy buena. Yo le conozco muy bien además y creo que está por aportar en positivo para su tierra.
Volviendo a los 400 proyectos, ¿Cómo fue la reunión en Moncloa?
Creo que se sorprendieron positivamente. La Generalitat Valencina ha entendido bien que los fondos de recuperación no son solo la llegada de recursos públicos para paliar una situación de crisis ocasionada por la pandemia, sino que son sobre todo una oportunidad para transformar la capacidad de nuestro sistema económico, convertir nuestra economía en una economía más verde, más digitalizada, cohesionada, innovadora y más abierta a las políticas del cuidado de las personas, donde nadie se va a quedar atrás. Nos movilizamos pronto para crear proyectos, establecer equipos y hacer de estos fondos una oportunidad de transformación.
Junto a Juan Ángel Poyatos y Joan Calabuig forman un equipo para asegurar que lleguen los fondos. ¿Cómo está siendo la gestión de esto que es nuevo y que los procesos llegan sobre la marcha?
Es una de las cosas apasionantes de esto, que hay cosas que se tienen que construir. Cuando la oportunidad es de construir es mucho más positiva. La relación es excelente, hay un equipo formado en la Oficina de Recuperación donde todo el mundo se puede sentir representado y que lidera Juan Ángel Poyatos. Hay muchas ganas de aprovechar esta gran oportunidad para recuperarnos de esta tremenda crisis.
Parece que la dirección general es una especie de centinela de la cogobernanza con el Gobierno de España. ¿Al Gobierno le cuesta abrir la mano y ceder espacio en los proyectos?
En absoluto. Desde septiembre puedo firmar que he tenido contacto con todos los departamentos ministeriales y la actitud es positiva y constructiva. Estamos sentando las bases de una relación y una presencia institucional permanente y solida entre gobiernos. Siendo honestos, no hemos encontrado ningún obstáculo.
Usted que conoce la política desde hace tiempo. ¿Esta actitud entre ambas administraciones ha sido siempre así?
Estamos en un momento excepcional por lo positivo. Hay un capital inmenso que representa el president de la Generalitat en este vínculo y esta capacidad de generar propuestas en el ámbito específico de las políticas de España. Le pongo dos ejemplos: cuando al principio de esta pandemia que nos asola ya el president de la Generalitat lanzaba la idea de que se necesitaba un Plan Marshall para Europa, difícilmente alguien imaginaba que eso se convertiría, desde el mérito colectivo, en un plan de 750.000 millones de euros para Europa, es el mecanismo más importante que solidariamente Europa ha diseñado desde que existen las instituciones europeas. En diciembre, el Consejo de Ministros aprobaba el real decreto para hacer realizar este reto, de medidas de agilización de la administración, porque el reto también es ser capaces de gestionar rápido.
Como trasladó Puig en una conferencia de presidentes...
Efectivamente. En estos momentos estamos estudiando ese real decreto y la iniciativa de otras comunidades para que exista una norma valenciana que mejore esa gestión.
Pero esos procesos de agilización corren el riesgo de verse como los contratos de emergencia, que amparados en la urgencia pueden albergar procesos no del todo correctos, saltarse controles.
El Consell planteó dos cosas igual de importantes. Una, la agilización en la gestión. La otra, que no se pierda ni un centímetro de garantías, transparencia, control en los fondos. Las dos cosas son imprescindibles: no puede cederse ni un principio en el control.
Otro de los pilares de la dirección general, como comentaba, es la relación con las comunidades autónomas. Hace poco el president viajó a Barcelona a reunirse con el de la Generalitat de Catalunya en funciones, Pere Aragonés, ¿Cómo está siendo la relación tras el procés, la sentencia condenatoria y los disturbios?
La relación tiene que ser de normalidad, respeto y cooperación. Aspiramos a entendernos con todo el mundo siempre dentro del marco constitucional y es el marco que fomentamos: diálogo, colaboración y cooperación; ese el modelo del Botànic, de la Generalitat, y de Ximo Puig. Esa visita a Barcelona es muy positiva y mantenemos con la Generalitat de Catalunya una relación como con otras comunidades.
¿Confía en que Catalunya vuelva a sentarse en las mesas donde se decide el futuro?
Creo que es muy positivo para España y para Catalunya que vuelva al camino de la institucionalidad. Su voz es importante para el conjunto del Estado y para el conjunto de catalanes y catalanas. La España de las Españas es la solución al punto en el que se encuentra Catalunya.
Su nombramiento se interpretó en clave de partido, de congreso. Parece que nadie duda que Ximo Puig va a volver a presentarse.
Nosotros tenemos una preocupación que es la recuperación económica y la lucha contra la pandemia. Junto a la campaña de vacunación, son nuestras prioridades. Le puedo afirmar con solemnidad que los socialistas valencianos en el Gobierno de la Generalitat no están pensando en eso. Si usted me pregunta por mi opinión, el futuro de los socialistas valencianos y su liderazgo está bastante claro: Ximo Puig.
¿Y cómo es trabajar para, o junto a, la persona que fue su rival en las primarias?
No sé si esto es muy conocido, pero independientemente de nuestras posiciones en algún momento tenemos una gran sintonía y aprecio personal recíproco. Me siento agradecido por su confianza, orgulloso por su gestión y comprometido en ayudar humildemente a este proyecto.
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