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PP y Vox allanan el camino a la ley valenciana 'de Concordia' y la oposición alerta: “Se acaban las exhumaciones”

La diputada autonómica del PSPV-PSOE Mercedes Caballero.

Lucas Marco

València —
12 de junio de 2024 21:54 h

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El PP y Vox dieron este miércoles un paso más en el proceso de aprobación de la denominada 'ley de Concordia' en las Corts Valencianes. El bipartito valenciano votó en contra de las enmiendas a la totalidad al texto planteadas por el PSPV-PSOE y Compromís en un pleno de la cámara autonómica al que asistieron representantes de las entidades memorialistas y en el que la extrema derecha aludió a la República Democrática del Congo, a las milicias yemeníes y, como de costumbre, a Venezuela. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ya anunció que recurrirá la ley ante el Tribunal Constitucional al colisionar con normas de rango superior.

El portavoz socialista, José Muñoz, dijo que la ley, criticada por las universidades públicas valencianas, es “el sueño íntimo del PP desde hace muchos años”. “Esto no es una cuestión de la extrema derecha, esto va en el ADN del Partido Popular”, afirmó Muñoz. Por su parte, el síndico de Compromís, Joan Baldoví, recordó que la ley aprobada en 2017 por el anterior Gobierno progresista del Pacte del Botànic “se había consensuado con todas las asociaciones” y que “no hacía falta cambiarla”. “Esto es una imposición de la extrema derecha y una vez más el PP asiente, permite e introduce el conflicto donde antes no había”, dijo Baldoví.

La diputada socialista Mercedes Caballero, responsable del PSPV-PSOE en materia de memoria democrática, alertó de que con la previsible aprobación de la norma “se acaban las exhumaciones”. Caballero defendió el sistema democrático de la Segunda República y recordó que un “grupo de fascistas” encabezaron un golpe de Estado que provocó la Guerra Civil.

También tildó la 'Ley de la Concordia' de “contrarreforma que utiliza a las víctimas del terrorismo equiparándolas a las de la dictadura franquista” y que supone, además, una “tercera revictimización” de los represaliados por el régimen. “Quieren devolver al olvido a quienes se opusieron a la dictadura; es injusto e indigno”, afirmó Mercedes Caballero.

La propuesta legislativa de PP y Vox equipara la dictadura franquista con la democracia republicana y pone en peligro, a juicio de la oposición, los procesos de exhumación de víctimas de las fosas comunes. “Hay más honor y más democracia en cualquier fosa común que en la derogación de la ley de memoria que ustedes pretenden”, espetó Caballero a la bancada de las derechas.

Por su parte, la diputada de Compromís Isaura Navarro afirmó que se trata de una “ley de la vergüenza” destinada a la “reapertura de heridas” en la sociedad española. “Donde había paz se está creando conflicto”, dijo Navarro, quien acusó a Vox de representar una “ideología totalitaria” heredera de los vencedores de la Guerra Civil.

Los impulsores de la ley defendieron la norma, criticada por Amnistía Internacional. El portavoz de Vox en las Corts Valencianes, José María Llanos, aludió a Venezuela para arremeter contra las leyes de memoria histórica, tanto estatales como autonómica. “No somos malos malísimos, somos las víctimas de la mentira de la manipulación de la verdad y de la historia que llevan haciendo más de 40 años en España y un siglo en Europa”, afirmó.

Llanos también dijo que “la Alemania más terrible de los más terribles tiempos se llamaba República Democrática Alemana, como la sanguinaria actual República Democrática del Congo, es algo así como decir lo que no eres sino todo lo contrario”.

Finalmente, la diputada popular Marisa Gallo, en un tono parecido al de sus socios de Vox, vinculó a los socialistas con “etarras”, con “Hamas” e incluso con los “hutíes”, en referencia a la milicia yemení. “Este PSOE actual ha vuelto a abrazar los lemas guerracivilistas”, afirmó Gallo, quien también aseguró que los socialistas “quieren la España de los dos bandos” y “volver a Casas Viejas” y a la “revolución del 34”.

La diputada socialista Mercedes Caballero cerró el debate exhibiendo una fotografía de la antigua estatua del dictador Francisco Franco en la plaza del Ayuntamiento, retirada en 1983 pese a la resistencia violenta de la extrema derecha nostálgica. “No sé si volveremos a ver esto en la plaza del Ayuntamiento”, aventuró la parlamentaria del PSPV-PSOE, quien recordó que un diputado de Vox en el Congreso, en referencia nada velada a Carlos Flores, antiguo candidato de Fuerza Nueva, “estaba gritando a los funcionarios que la quitaban”.

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