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“Reto a cualquiera en estas primarias a darme lecciones de izquierdas”

El alcalde de Vila-real, José Benlloch, en su despacho.

Belén Toledo

Castellón —

El despacho de José Benlloch está en el segundo piso del Ayuntamiento de Vila-real, justo a la altura de las banderas de la fachada. Mientras habla, las grandes enseñas -de la UE, España, Comunidad Valenciana y Vila-real- ondean con furia a su espalda. Es un buen telón de fondo para un hombre que presume de su “arraigo al territorio” cuando se le pregunta por su proyecto de partido. Su defensa de la unidad de España, su religiosidad y su afición a los toros y al ilegalizado “parany” llevan a muchos en el PSOE a calificarlo como el ala derecha de la formación, una suerte de halcón en un partido en el que abundan las palomas. Él rechaza la etiqueta y saca pecho: “Yo a la política he venido a ganar, no a filosofar”.

Su próximo objetivo es ganar el congreso provincial del PSOE que se celebrará en unas semanas y convertirse en el nuevo secretario general del partido en Castellón. Hasta el momento, tiene dos rivales. El primero es Ernest Blanch, número dos de la consellera María José Salvador y preferido del líder saliente, Francesc Colomer. El segundo, Ángel Badenas, teniente de alcalde de Onda, una localidad que el PSOE gobierna en coalición.

Benlloch apostó públicamente por Susana Díaz en las recientes primarias del PSOE, lo que supone para él un lastre que se esfuerza en minimizar. Habla con seguridad y su trato amable contrasta con su agresividad dialéctica. Durante toda la conversación esgrime su mayoría absoluta en Vila-real -un logro indiscutible en un momento en el que casi todos los gobiernos municipales son de coalición- como una apisonadora con la que intenta planchar las aspiraciones de sus adversarios. 

¿Qué caracteriza a su proyecto frente al del resto de aspirantes?

Mi proyecto está arraigado al territorio, es tremendamente municipalista y sobre todo es coherente con el modelo de Diputación que queremos crear en el futuro. En estas elecciones primarias a la provincia de Castellón no vamos a discutir qué proyecto de partido queremos. Eso ya lo decidimos eligiendo como nuestro secretario general a Pedro Sánchez. Por tanto ahora de lo que se trata de hablar de Castellón.

¿Y qué diferencia claramente mi proyecto? Que tengo el aval de llevar seis años en Vila-real revalidando los resultados electorales desde la izquierda. Es la única ciudad de más de 50.000 habitantes gobernada con mayoría absoluta en toda la Comunidad Valenciana. Eso me lleva a tener más tiempo para dedicarlo a la provincia. Al mismo tiempo soy el portavoz elegido por el partido del grupo socialista en la Diputación de Castellón. Estoy trabajando por un modelo de Diputación distinta que no sea un gobierno más, sino una asamblea de alcaldes que se reúnen para compartir competencias para hacerlas más eficientes, y para tratar temas que tienen que ver con la identidad propia de la provincia de Castellón que nos diferencia de Valencia o de Alicante.

Por tanto, la experiencia, la tranquilidad de la mayoría absoluta, el arraigo al territorio y que quiero continuar trabajando en él. No quiero ser ningún otro cargo, quiero ser alcalde de mi ciudad y quiero estar en la Diputación de Castellón y si puedo, ganarla, que es mi objetivo fundamental. Mi proyecto es bastante distinto a lo que representan los otros dos candidatos, con todos mis respetos. El compañero Ernest Blanch está trabajando en el ámbito autonómico y supongo que lo seguirá haciendo. El compañero Badenas está en estos momentos gobernando en Onda, como me pasó a mí en 2011, con una minoría. Tiene que tirar el proyecto adelante y por tanto no tiene la tranquilidad que me da a mí la mayoría absoluta.

En los últimos tiempos usted ha formulado muchas quejas contra la Generalitat acerca de la marginación de Vila-real en las inversiones de la Generalitat, aun siendo usted socialista. ¿Esto quiere decir que su proyecto se basará en la reivindicación constante de la provincia por encima de un modelo de partido?

Ambas cosas son compatibles. Yo lo he hecho en Vila-real, con un gobierno participativo, de alianza con la sociedad, marcadamente social y de izquierdas. Y eso hemos sido capaces de hacerlo generando además un proyecto propio. Mi eslogan en la campaña electoral fue “Vila-real primer”. Yo quiero convencer ahora a los ciudadanos y ciudadanas de la provincia de Castellón de que quien mejor va a proteger los intereses de ellos es mi partido. Protegerlos delante de las discriminaciones históricas que son reales y objetivas.

Sólo hay que mirar nuestras infraestructuras, la inversión que se hace aquí por parte de la Generalitat o del Estado, en una provincia tremendamente despoblada, con una falta de cohesión social brutal, en la que la renta del interior es mucho más baja que la de la costa. El principal elemento que nos podría generar cohesión territorial sería el transporte público, y somos la única provincia que no tiene metro, que no tiene tranvías, solamente una chapuza de TRAM de 80 millones de euros que el PP dilapidó.

Yo no digo que se pueda hacer todo en dos años que llevan en el Gobierno del Botànic, pero hay que empezar a poner agenda y a poner las cosas encima de la mesa para que no nos olviden. Porque como somos la hermana pequeña, con el 11% de población de la Comunidad Valenciana, es muy difícil hacernos oír. Y yo creo que el nuevo gobierno sí está mirando más a la provincia de Castellón, pero ha encontrado una Generalitat con 45.000 millones de euros de deuda y ahora es cuando menos nos tenemos que despistar. 

Evidentemente, yo no voy a dejar de hacer un proyecto socialista amplio, en el que se vea representado todo el mundo. Pero la prioridad es que los ciudadanos vean que el partido es el que mejor representa sus intereses también para la provincia. Quiero ayudar a nuestros alcaldes a que continúen gobernando, que mejoren sus resultados para no depender muchas veces de partidos que nos hacen desviarnos de nuestro programa electoral fruto de los pactos. 

Se siente usted agraviado, entonces, por la Generalitat Valenciana.

Muchísimo. Yo no lo he escondido. El agravio no viene de estos dos años y yo no puedo hacer responsable de todo al señor Puig, evidentemente. Pero no le voy a dejar de marcar agenda de lo que necesito. Porque si llego tarde a marcar agenda perderé oportunidades. Porque lo primero que necesitas para conseguir algo saber qué quieres. Y creo que el partido socialista está en condiciones de hacer un debate social y un plan de actuación para saber lo que queremos, de qué va a vivir esta provincia, qué transporte público queremos y cuál debe ser la relación entre los pueblos y ciudades. Para dejar de competir entre los pueblos vecinos y competir con el mundo. 

No obstante, he pasado de ponerme una camiseta hace cuatro años diciendo “Fabra paga ya” y durmiendo una noche en la Casa de los Caragols [sede de la Generalitat en Castellón] porque no me pagaban nada, a tener ahora deuda cero con la Generalitat. Y ha sido brutal la inversión que se está generando en Vila-real, pero eso no quita que somos una ciudad - y lo puedo trasladar a la provincia perfectamente frente a Alicante o Valencia- con una falta brutal de infraestructuras. Polígonos industriales, la ronda suroeste, el AVE a Castellón, la estación intermodal, tranvías o algún tipo de sistema de comunicación entre los pueblos o ciudades que nos haga más competitivos, liberalización de la AP7...

Podría pensarse que su empeño en traer a Vila-real la estación intermodal es un ejemplo precisamente de esto que no se debe hacer: competir entre localidades vecinas.

No, en absoluto. Además, lo ha demostrado la puntuación que se ha dado. Nosotros por primera vez en la historia no hemos creado una guerra política de dónde va una infraestructura. Usted puede realizar lo que fue Ikea en el pasado, lo que pasó con la UJI, las desaladoras, la Facultad de Medicina. Todo eso no se hizo de una forma objetiva. Ya vale de que las infraestructuras se pongan donde uno sea amigo de otro, o donde sea el capricho de un conseller o de un ministro que es de un pueblo concreto, para luego hacerlas absolutamente inviables.

Nosotros no hemos competido con Castellón por la intermodal. Nosotros ofrecimos un millón de metros cuadrados que teníamos en condiciones muy adecuadas para instalarla porque el primer proyecto que el ministerio hizo hace 25 años iba a Vila-real. Y obtuvimos una diferencia de 0,50 puntos. Pero, precisamente por no competir con con las ciudades vecinas para competir juntos en el mundo, al día siguiente yo decidí no montar una guerra con esta historia.

Hemos luchado todos lo que hemos podido por nuestros intereses, pero creo que estamos en un momento en el que hay que ser sensatos. Yo como alcalde de Vila-real y como persona que creo en el proyecto de provincia, no quiero poner problemas en los tribunales. Para que nadie tenga un argumento para no invertir en eso. Porque mis empresas cerámicas cogen la arcilla de ese puerto y necesitan de esa estación de mercancías. Las mías, las de Onda y las de todos los sitios.

Volviendo al partido, Ximo Puig y usted apoyaron a Susana Díaz. ¿Siente ahora el apoyo de Puig a su candidatura?

No, porque yo no le he pedido permiso a Ximo Puig para presentarme a la secretaría general, ni le he pedido opinión. Mi apoyo a Susana se produjo en el momento en el que íbamos a elegir un secretario general para España. Y yo creía que la mejor persona que podía llevarnos a la victoria, que es para lo que estoy en el partido socialista, era Susana Díaz. Yo no estoy en el PSOE para hacer filosofía, que me encanta, pero la hago en mi casa leyendo libros y compartiéndola con mis compañeros de la universidad. Aquí estoy para gestionar presupuestos, que es como cambia la vida de la gente.

Los militantes decidieron que era Pedro, y Pedro es mi secretario general. Yo formo parte del comité federal y he compartido muchas decisiones con él. Creo que está haciéndolo bien. Y a partir de ahí hubo una elección en la autonomía y Ximo también contó con gente que había apoyado a Pedro Sánchez como Manolo Mata, que es su portavoz en las Cortes Valencianas y es su número dos. Por tanto, ese proceso ya se acabó y yo interpreto y entiendo el mensaje de los militantes.

Pero el partido ya no está en momentos que nadie te tenga que avalar como jefe. Es que no vamos a elegir al delegado de Ximo Puig, de ninguna consellera ni de Pedro Sánchez. Vamos a elegir el líder a la provincia de Castellón, con un militante, un voto. A partir de ahí es que me da un poco igual lo que piensa el secretario general, Ximo Puig.

En el pleno de septiembre, usted apoyó al PP en la defensa de la unidad de España pese a que en ese momento incluso el PSOE estatal no apoyó esa moción. También participa usted en procesiones como alcalde y defiende los toros y el “parany”. Eso ha llevado a algunos sectores de su partido a situarlo en la parte más conservadora del partido en la provincia de Castellón. ¿Usted se siente cómodo en esa etiqueta?

Yo he dicho en muchas ocasiones que no podría presentarme alcalde si no tuviera con la gente de mi ciudad cosas en común. Hay gente que quiere defender la cultura de los suecos y se presenta en Castellón. Yo he sido catequista y he comulgado toda mi vida. Hago lo que siempre he hecho. Hay otros compañeros alcaldes que no generan conflictos con esto porque creen que le deben a su pueblo y a su tradición la representatividad. Porque cuando tú eres alcalde, no lo eres de quien te ha votado, sino de todos. Y en esta tierra, en esta provincia y en esta ciudad celebramos las fiestas patronales y la mayoría de las festividades en honor a santos porque tenemos una tradición histórica, y además orgullosos. Es que yo no me acomplejo de eso.

Y algunos, que es lo que me parece curioso de algunos partidos, lo diferencian ahora de una forma brutal y sin embargo siempre tienen en la boca a nuestro fundador y reconquistador Jaume I, que era un rey católico que hizo una cruzada. Es una incoherencia continua. Nosotros somos católicos por Jaume I, y orgullosos de serlo. Y además tenemos toda una tradición que ha impregnado nuestra cultura, nuestra forma de ser, nuestras tradiciones, nuestras relaciones sociales, nuestras asociaciones o entidades que son las que dan vida a nuestras ciudades. Y cuando ese arraigo existe, ¿por qué nos tenemos que acomplejar? Los católicos también pagan impuestos. Y nuestras ciudades de forma tremendamente mayoritaria son católicas

¿Volvería a apoyar hoy en día esta moción del PP pese a la actuación policial en Cataluña?

Es que son dos cosas distintas. La actuación policial no tiene nombre. Que se den órdenes de aporrear gente por llevar una papeleta en la mano es indefendible e innecesario. Y encima pagando los pobres policías que no tienen ninguna culpa de esta historia porque las órdenes que tenían eran esas: de ser duros. ¿Pero eso es incompatible con que defendamos el estado de derecho, con que era un paripé la votación que se hizo? Pedro Sánchez y [José Luis] Ábalos están criticando la actuación de la policía y hemos pedido la reprobación de la vicepresidenta, pero también se han situado al lado del mensaje del Rey por el orden constitucional.

Para aquella moción de la Diputación yo consulté con Madrid. Y me dijeron que sí, siempre que lográramos meter en la moción del PP un párrafo entero sobre que esta situación sólo se puede superar con diálogo. Pero en Madrid, Ciudadanos no quiere que se meta esa referencia. Por eso no se aprueba. O sea, que no hay ningún conflicto con Madrid.

Supongo que habrá candidatos que dirán que tienen la patente de corso de la izquierda. Pero lo de ser de izquierda o no se ve en las políticas que uno hace. Y yo reto a cualquiera en este proceso de primarias a ver qué tipo de políticas han hecho y a ver si realmente algunos pueden darme lecciones de izquierdas en ese sentido. Yo puedo dar una aval de lo que yo he hecho en mi ciudad. Y digo siempre que hay dos tipos de alcaldes: de derechas y de izquierdas. Pero luego, entre los de izquierdas están los alcaldes que son capaces de convencer a una mayoría de ciudadanos de que con las políticas de izquierdas todos mejoramos, y los que sólo son capaces de convencer a los suyos.

De la época fabrista quedan herencias de presuntas corruptelas. ¿Podemos esperar que con usted al frente, el PSPV investigue los indicios de corrupción que hay en Todolella, en Villahermosa del Río, en las plantas de purines...? ¿Dedicará recursos y atención a esto?

Yo soy el único representante socialista de la provincia de Castellón que con su nombre y apellido y DNI ha puesto una querella contra el alcalde anterior de Vila-real, contra el ex vicepresidente de la Diputación de Carlos Fabra, Ramón Tomás Céspedes, y contra funcionarios de esta casa. Ahora están imputados en el caso Piaf y va a abrirse juicio oral. Con lo que representa además que Piaf sea una empresa que ya ha declarado que ha financiado ilegalmente al Partido Popular en el caso Gürtel. Yo soy el único, yo no sé las lecciones que pueden dar los demás, pero yo soy el único.

Ahora bien, yo además de político, soy abogado. He trabajado 13 años en mi despacho de abogados y tengo mi propia empresa. He padecido cinco denuncias del PP con las que no han llegado a imputarme nunca, pero con las que pretendían inhabilitarme o meterme en la cárcel para luchar contra lo que no podían en las urnas. Así que yo nunca acusaré a nadie de nada si no tengo pruebas adecuadas. Porque estamos haciendo muy flaco favor a la democracia. Si detecto y tengo pruebas de alguna cuestión que sea realmente punible, dedicaré todos los recursos que podamos y más. Pero nuestra responsabilidad como políticos no es hacer de la Fiscalía Anticorrupción. Si por nuestros ojos pasan documentos que nos hacen ver que hay prueba y que por tanto no estamos mancillando el honor de nadie, lo haré porque ya lo he hecho, no tengo que demostrar nada. 

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