El proyecto de clúster sanitario del textil valenciano sufre una vía de agua con el precio máximo de las mascarillas

El precio máximo marcado por el gobierno para hacer asequible la adquisición de mascarillas a 0,96 euros la unidad ha sentado mal entre los impulsores del proyecto de un clúster sanitario valenciano, especialmente entre el empresariado del textil.

Así lo manifestaba Càndid Penalba, presidente de la patronal textil valenciana Ateval. El dirigente empresarial lamenta que “esta medida perjudica seriamente a los fabricantes españoles que, con mucho de esfuerzo y sacrificio, han desarrollado activamente, en las últimas semanas, líneas estratégicas de producción, adaptación de las instalaciones, compra de maquinaria, gestión de las pertinentes homologaciones y certificaciones así como contratación de personal”. Penalba destaca que con este trabajo se daba “una respuesta inmediata a la urgencia sanitaria nacional y al desabastecimiento existente por el colapso del mercado internacional y la carencia de proveedores nacionales”.

El presidente de Ateval, propietario de una de las empresas que han adaptado su producción, sentencia que con esta medida “acaban con las esperanzas de una industria textil valenciana de mascarillas sanitarias... y colapsan el mercado”. Concluye ironizando: “Seguiremos importando todas las mascarillas de China. ¡Chapeau!”.

Por otro lado, Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent, ciudad desde donde se pretende capitalizar este clúster sanitario, se mostraba menos pesimista. “El clúster sanitario va mucho más allá de las mascarillas, y vamos a apoyar a las empresas locales que quieran producir todo ese abanico de elementos que van a ser más necesarios que nunca”.

Rodríguez señala que la industria de Ontinyent lo que hace mayoritariamente no son las mascarillas que han visto limitado su precio, “son mascarillas higiénicas reutilizables, con los parámetros de las normas UNE 065:2020, 064:2020 que establece el Gobierno de España”, manifiesta.

Pero además, continúa el alcalde de Ontinyent, “pueden producirse en Ontinyent otros productos textiles como batas, y también todo un grupo de maquinaria vinculada a la sanidad y la lucha contra la COVID-19, como la que ya están creando varias empresas locales.

Entre la nueva tecnología que se trabaja en Ontinyent, se está produciendo un portal de desinfección que dispersa agua con ozono; un arco de desinfección que además identifica al personal autorizado y mide su temperatura corporal; un equipo de desinfección de mercancías basado en luz ultravioleta; o un sistema de visión artificial para el control de acceso a espacios públicos y privados

Rodríguez concluye: “El clúster es una apuesta por el futuro de nuestras empresas, una apuesta en la que nos ratificamos y con la que continuamos adelante”.