Vendimia libre de COVID: vivienda pública para temporeros, equipos de protección y cuadrillas estables para evitar brotes como en la recogida de la fruta

El brote de coronavirus en un asentamiento de temporeros en Lleida ha puesto de manifiesto las condiciones de precariedad en las que viven y trabajan las personas en el sector primario en España. El temor al surgimiento de nuevos brotes en el ámbito laboral y su expansión, como consecuencia de un trabajo que requiere de múltiples desplazamientos, ha llevado a los gobiernos autonómicos y empresas del sector a poner el foco en las medidas de prevención a pocas semanas del inicio de las campañas de recogida de frutas.
Entre la última semana de agosto y la primera de septiembre comienza la vendimia en las denominación de origen de Utiel-Requena, una campaña que supone la contratación de entre 500 y 900 personas, según la organización agrícola a la que se consulte. La preocupación de la Generalitat y de las organizaciones agrarias se centra en la vendimia por la elevada tasa de movilidad entre temporeros, que viven y trabajan en condiciones precarias y a menudo en situación irregular. Tras esta campaña comenzará la del cítrico, más extensa y con mayor volumen de trabajo, aunque con una figura de trabajador más consolidada.
Ministerio, comunidades autónomas y organizaciones agrícolas han mantenido desde julio varias reuniones para abordar los planes de prevención. En el caso valenciano, la conselleria de Agricultura ha organizado junto a los municipios una red de viviendas que estarán disponibles para poder aislar a los trabajadores que presenten síntomas y a las cuadrilas, para evitar una hipotética propagación del virus e incrementar el control en caso de haber algún positivo. El departamento que dirige Mireia Mollá plantea que los empresarios realicen una declaración responsable como empleadores, donde se comprometan a adoptar medidas de prevención para el contagio de COVID-19.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la Unió de Llauradors, las dos principales entidades del sector en la Comunitat Valenciana, han elaborado un protocolo conjunto de prevención de contagios, en línea con las recomendaciones de los ministerios de Sanidad y Agricultura, donde plantean la creación de cuadrillas estables de trabajadores para tener más controlados los grupos de convivencia y evitar la dispersión. Los agricultores temen que si se dan positivos durante la campaña se estigmatice al sector agrícola y a los trabajadores del campo, muchos de ellos migrantes, por lo que han solicitado a la vicepresidencia de la Generalitat una reunión en la que abordar la actuación de cara a la llegada de demandantes de empleo. A su vez, piden al Ejecutivo autonómico que asuma el coste de realizar pruebas PCR masivas a los trabajadores, una cuestión que Agricultura quiere vincular a la contratación, para que no se convierta en un “pasaporte sanitario”.
El protocolo incluye jornadas de prevención de riesgos laborales, que insisten en la correcta utilización de los equipos de protección individuales (EPI) y en la distancia de seguridad mientras se realice el trabajo. Las organizaciones insisten a sus empresarios en la importancia de un correcto uso de los equipos de protección y en la formación del personal, así como en la creación de grupos de convivencia estables y limitar los contactos entre ellos. Los equipos de trabajo (tijeras, cestos) serán de uso personal y se procurará la limpieza y desinfección antes del comienzo de la jornada y al finalizar la misma, evitando que se mezclen unas con otras.
Los temporeros que presenten sintomatología de una posible infección respiratoria serán aislados de forma preventiva en la red de viviendas acordada entre la conselleria y los ayuntamientos y deberán ponerse en contacto con el médico de atención primaria o el teléfono habilitado para el coronavirus. El trabajador informará a el agricultor o empresa agrícola y este informará a el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, según indica el protocolo de las organizaciones. El Gobierno insiste a las comunidades y organizaciones empresariales en la necesidad de garantizar las condiciones sanitarias de los trabajadores en las viviendas y la jornada laboral: “Además de la higiene personal, se pondrán los medios necesarios para garantizar la higiene de los lugares de alojamiento, transporte y trabajo, que deberá intensificarse en relación con la práctica habitual. Las políticas de limpieza y desinfección de lugares y equipos de trabajo, son importantes medidas preventivas”, recoge la guía.
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