'La reina de los concursos', condenada por estafa en la quiebra de Martinsa Fadesa, entra en prisión

Una de las abogadas más prestigiosas de España y que fue reconocida como la 'reina de los concursos de acreedores' tras gestionar los de Martinsa Fadesa (el mayor de la historia) y Viajes Marsans, cumple ya su pena de cuatro años de prisión en un centro penitenciario de Asturias. La letrada Antonia Magdaleno había pedido el indulto al Gobierno de España, que le fue denegado, lo que provocó su entrada inmediata en la cárcel el pasado mes de julio.

Según ha publicado Levante-EMV, la abogada albergaba muchas esperanzas de no tener que pasar por prisión, pese a la condena por estafa de cuatro años, porque había hecho frente a la responsabilidad civil de más de cuatro millones de euros y porque el denunciante, Manuel Broseta, no se oponía al indulto. El presidente de Broseta Abogados fue quien llevó a los tribunales a la letrada.

La denuncia de Broseta Abogados contra Magdaleno nació después de que la abogada abandonara el bufete valenciano y se llevara consigo a los clientes más importantes. En concreto, Martinsa Fadesa -con una deuda de 7.000 millones de euros- y Urazca. Los emolumentos de los administradores concursales en estos procesos son proporcionales al volumen de la deuda administrada y suelen ser de millones de euros.

La sentencia recurrida consideró acreditado que, cuando fue nombrada en los concursos de estas dos mercantiles, la recurrente ordenó al despacho que le facturasen “unas cantidades inferiores a las que ella había percibido por honorarios, ocultando el importe realmente cobrado de las mercantiles concursadas”. Por el concurso de Martinsa-Fadesa, cobró 7.862.528 euros y ordenó que el despacho le facturase 3.324.891 euros. En el de Urazca percibió 1.458.209 euros, y dispuso que le facturasen 589.778, según los hechos probados.

El tribunal concluye que los hechos declarados probados ponen de manifiesto “una verdadera disposición patrimonial en términos suficientes para considerar consumada la estafa. Porque al provocar, mediante la mendaz indicación de cuáles eran los honorarios que el despacho podría facturar, que éste solamente actuase emitiendo factura por esos indicados importes y, además, se aquietara con esa reclamación sin abordar reclamaciones mayores”.