Los médicos valencianos de atención primaria recuperan la actividad previa a la crisis y temen una sobrecarga de trabajo

La atención primaria se ha convertido en el dique de contención ante posibles rebrotes de coronavirus tras superarse el peligro de saturación en los hospitales valencianos.

Sin embargo, los centros de salud y ambulatorios deben ahora multiplicar sus funciones ya que, además de la labor que deben desempeñar en la detección de casos sospechosos de COVID-19, en la realización de pruebas PCR a todos ellos y en el seguimiento de sus posibles contactos para frenar la transmisión comunitaria, empiezan a recuperar la atención habitual al resto de pacientes.

Así lo advierte el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria en la Comunitat Valenciana, Vicente Gassull, quien ha advertido de que este incremento de atenciones puede derivar en una excesiva saturación del personal.

Según explica, durante los peores momentos de la pandemia “había bastante miedo a asistir a los centros de salud, los pacientes casi ni llamaban para pedir cita, pero a medida que ha pasado el tiempo, como es normal sobre todo con personas con patologías crónicas, los pacientes vuelven a pedir consultas presenciales”.

A estos pacientes se suman los que ya han pasado la COVID-19 y tienen secuelas o los que han sufrido alteraciones como consecuencia del confinamiento: “Están aumentando las consultas derivadas de problemas sociolaborales, como por ejemplo ansiedad, insomnio o depresión”.

A modo de prevención, comenta que actualmente están cerradas las agendas para pedir atención presencial con el objetivo de que no haya un exceso de personas en las salas de espera. Así, los pacientes que llaman por teléfono o acuden al ambulatorio dejan sus datos y desde el propio centro les llaman por teléfono para conocer el motivo de la consulta: “Si es un tema administrativo que se puede resolver a distancia se soluciona y si requiere una atención presencial se le da cita sin problemas”.

Por su parte, desde la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública han venido informando de que en las próximas semanas se va a proceder a la contratación progresiva de  1.210 profesionales para la atención primaria que vendrán a liberar a los médicos y enfermeras de la parte administrativa de los trabajos detección de sospechosos de COVID-19, con el objetivo de que puedan desarrollar su labor habitual de atención al paciente, y también la realización de PCR. Actualmente se está realizando pruebas al 78% de los sospechosos.

En concreto se van a incorporar 600 profesionales de enfermería, 334 auxiliares de administración, 185 celadores y celadoras y 91 técnicos y técnicas en cuidados auxiliares de enfermería. Su labor se prolongará como mínimo durante seis meses.