Vicent Maurí: “No se puede mantener un modelo sindical del siglo XIX”
De los imprescindibles que luchan cada día. Así es Vicent Maurí (València, 1960). Presente en muchos movimientos sociales, es una de las caras más representativas del activismo social y sindical en la ciudad de València y en el País Valenciano. Las marchas de la dignidad, la plataforma Entrepobles o la Organització per la Llengua Catalana son algunas de las plataformas y organizaciones en las que ha participado y participa.
Sin embargo, destaca por su activismo en el mundo sindical. Maestro de profesión, forma parte desde su juventud en el Sindicat de treballadors i treballadores del l’ensenyament del País Valencià (STEPV). Una organización que está integrada dentro de Intersindical Valenciana, de la que es portavoz y cara visible.
La entrevista se realiza en la sede del sindicato. Nos esperamos unos minutos a que nos atienda. Está reunido. Tras un pequeño rato de espera, baja a recibirnos. Sus ojeras anticipan la frase que comenta a un compañero suyo: “Con el trabajo que tenemos, no voy a tener ni vacaciones”. Después de un rato de buscar una sala para hacer la entrevista, lo hacemos en una sala de reuniones, ya que él no tiene despacho. El carácter horizontal de la organización se nota hasta en estos detalles.
¿Cómo empieza en el mundo del activismo sindical?
Mi militancia sindical y política es muy antigua. Esta se remonta a la universidad, cuando creamos el Sindicato Democrático de Estudiantes allá por los años 80. A partir de esta experiencia, he estado siempre vinculado con el mundo del sindicalismo. Me afilié al STEPV [el sindicato educativo integrado en Intersindical Valenciana] cuando se me destinó a trabajar como docente a la Veja Baja, durante unas jornadas de movilización.
Actualmente es el portavoz de Intersindical Valenciana. ¿Cómo llega al cargo?
Quisiera reseñar que nuestra organización sindical es diferente a los sindicatos más clásicos, ya que nuestra dirección es colegiada, donde las competencias están repartidas y nadie tiene un peso mayor que otro dentro de la dirección. En este caso, ser portavoz es simplemente ser el rostro ante la sociedad del sindicato. El cargo no tiene el mismo peso que representa ser secretario general en un sindicato tradicional. Nuestra forma de funcionar es asamblearia, horizontal y participativa. Que yo sea el portavoz desde el 2008, no quiere decir que tenga más mando que nadie en la dirección, sino que simplemente me toca la tarea de ser la voz de la organización frente a la opinión pública, pero nada más.
Hay una cierta división sobre los conciertos educativos. Cómo miembro del STEPV, sindicato de la educación que se engloba en Intersindical, ¿es partidario de revertirlos o de mantenerlos?
Como sindicato no renunciamos, sino todo lo contrario, a proteger y defender los derechos de los trabajadores de los centros concertados. Ahora bien, nuestra línea de trabajo histórica es avanzar hacia un modelo de educación público para todos y todas. Cabe destacar que fuimos el único sindicato que nos opusimos a la concertación del bachillerato y de la educación infantil, que son dos tramos no obligatorios.
La dimisión de Conrado Hernández como secretario general de UGT-PV y la intención de CCOO-PV de hacer una ERE están revelando un panorama difícil para el mundo sindical valenciano. ¿Está en crisis el sindicalismo tradicional?
Efectivamente, el sindicalismo tradicional está en crisis, ya que no se puede mantener un modelo de defensa del trabajador propio del siglo XIX, cuando, obviamente, la clase trabajadora no es la misma que la de hace dos siglos. Sin embargo, hay sindicatos que no son los tradicionales y que no están anclados en este modelo. Existe un sindicalismo alternativo que ha practicado la horizontalidad, el asamblearismo y ha estado siempre en la calle escuchando a los trabajadores y no firmando los acuerdos en despachos como hacen las grandes corporaciones sindicales. Que no estemos padeciendo la crisis de afiliación que afecta a los grandes, indica que este sindicalismo alternativo representando por Intersindical y por otras organizaciones en el Estado Español, está en el buen camino.
Ante el surgimiento de una nueva clase emergente, como es el precariado, ¿hacía donde deben avanzar los sindicatos para proteger tanto al trabajador fijo como al precario?
Una de las cosas que se deberían hacer es flexibilizar las estructuras sindicales. La existencia de secciones sindicales rígidas por sectores es un sinsentido actualmente. Un trabajador precario hoy está en el metal, mañana el textil, después puede estar en el sector de los servicios y pasado mañana haciendo una sustitución de 15 días en el mundo educativo. Se deben crear estructuras para trabajadores precarios y parados para que se puedan ver representados. Asimismo, se debe adaptar el funcionamiento y los métodos de participación de los sindicatos a los nuevos tiempos, además de dar voz y capacidad de decisión a estos colectivos dentro de la organización sindical.
Usted fue juzgado por un supuesto delito contra el orden público, del que después fue absuelto. ¿Este hecho forma parte de la criminalización que está sufriendo el mundo sindical?
Sí. Mi caso es puntual, pero se engloba dentro de una política de agresión al movimiento sindical. No es una criminalización centrada solo en los dirigentes, ya que los afiliados y los delegados padecen una auténtica represión en sus empresas de forma sutil.
¿Podría sobrevivir el sindicalismo sin subvenciones públicas?
Nosotros defendemos que los sindicatos reciban ayudas públicas, pero estas deben ser trasparentes y solo se deben recibir por la representación sindical que tenga la organización. No somos partidarios que se den subvenciones por firmar acuerdos, por formación, etc. No obstante, dicho esto, el sindicato se debe mantener con las cuotas de sus afiliados y afiliadas. Intersindical se mantiene en base a las cuotas que tenemos. Si mañana nos quitaran las ayudas, podríamos abrir sin problemas la puerta cada día. Otros no. No queremos y rechazamos ayudas que se dan en base a la firma clientelar de un convenio o un acuerdo.
A título individual participó en la asamblea que dio luz al nacimiento de Guanyem València. ¿Cree que está formula de confluencia de las fuerzas políticas es la más indicada?
A título individual y no como portavoz de Intersindical, he visto que es posible ganar la ciudad de València para la ciudadanía y que un buen instrumento es la convergencia política de movimientos sociales, partidos políticos y de cualquier ciudadano bajo una alternativa única electoral. Creo que es la fórmula más acertada, bajo mi punto de vista, de ganar València para la ciudadana.
Nació en el Cabanyal, un barrio que lleva mucho tiempo luchando contra el plan impulsado por la alcaldesa Rita Barberá. ¿Qué se debería hacer para solucionar el conflicto?
Asumir las reivindicaciones de Salvem El Cabanyal. Cabe destacar que la lucha de Salvem es ejemplar en la ciudad de València, ya que ha puesto sobre la agenda política un modelo de ciudad alternativo al dominante. Tenemos que agradecer muchas cosas a la gente del Cabanyal, más allá de su lucha numantina contra el plan de mobbing inmobiliario de Barberá.