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¿'Coronabonos'? Los líderes de la UE discuten cómo pagar la respuesta a la crisis

De izquierda a derecha: Sophie WILMÈS, primera ministra de Bélgica; Angela Merkel, canciller alemana; Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español; Antonio Costa,  primer ministro de Portugal; Kyriakos Mitsotakis, primer ministro griego; Xavier Bettel, primer ministro de Luxemburgo; Giuseppe Conte, primer ministro italiano; y Emmanuel Macron, presidente francés.

Andrés Gil

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La idea no es nueva. Pero, si se llevara a cabo, sería revolucionario. No porque acabara con el capitalismo, sino porque sería la primera vez que la eurozona emitiera sus propios bonos, sus propios fondos de garantía europeos, en lugar de los 19 de cada Estado miembro del euro, ante una situación de emergencia. Y sería revolucionario porque es uniría al cambio de paradigma con respecto a la anterior crisis que supone que la UE haya activado las cláusulas de escape y de flexibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para que todos los países de la UE queden exentos de sus objetivos de ajuste estructural para este año: es decir, que puedan gastar lo que necesiten para afrontar las consecuencias de la crisis económica causada por el COVID-19.

Bien es verdad que para cuando la UE está aprobando que los Gobiernos –que son los que verdaderamente mandan en la UE– se pueden saltar las reglas, ya han anunciado movilización de dinero del 20% del PIB –España e Italia– o del 14% –Francia–.

La propuesta de los eurobonos fue recurrente durante la pasada crisis. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, no cedió nunca. “Por encima de mi cadáver”, llegó a decir en 2012. 

En la última cumbre de líderes de la UE, el pasado 17 de marzo, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, puso el asunto de los 'coronabonos' encima de la mesa. Los eurobonos vinculados a la urgencia del coronavirus, para los que el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilización) podría poner en circulación los 410.000 millones de que dispone para prestar son las dos grandes reivindicaciones de quienes quieren un enfoque ambicioso, como Italia –el país con más víctimas del mundo– o Francia.

El francés ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, dijo recientemente a Alemania y Holanda “No se equivoquen: lo que está en juego en los próximos días y semanas es la unidad de la eurozona. O la eurozona responde de manera unida a la crisis económica y emerge más fuerte... o existe el peligro de desaparecer”.

En la cumbre del 17 de noviembre, Merkel no apoyó la propuesta de Conte de poner en marcha los coronabonos. Pero tampoco la rechazó, ni siquiera en la rueda de prensa posterior, cuando dijo que “hablaría con Olaf Scholz [ministro de Finanzas alemán] para seguir participando en las discusiones”. Previsiblemente habrá otro Eurogrupo el próximo martes, previo a la cumbre de líderes del 26 de marzo, ambas por videoconferencia.

¿Esa ambigüedad puede significar algo? Este viernes, una exministra suya de cuando se negó a los eurobonos durante la crisis, Ursula von der Leyen, ahora presidenta de la Comisión Europea, se ha abierto a la posibilidad.

“Estamos analizando todos los instrumentos y cualquier ayuda que se use”, dijo Ursula von der Leyen a la radio alemana Deutschlandfunk: “Esto también se aplica a los coronabonus: si ayudan y si están estructurados correctamente, se usarán”.

Cuando se le preguntó sobre la propuesta de bonos de Conte, Merkel respondió que los ministros de finanzas de la zona euro estaban discutiendo medidas para apoyar sus economías, pero que no se había llegado a conclusiones.

Y, en efecto, desde que comenzó la crisis del coronavirus, el Eurogrupo ha sido incapaz de tomar grandes decisiones para responder, más allá que pedir a la Comisión Europea que desbloquee la cláusula de flexibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para permitir el endeudamiento vinculado al coronavirus, cosa que ha hecho, junto con el relajamiento de las normas contra las ayudas públicas a las empresas.

Este mismo viernes la Comisión, en ese cambio de paradigma con respecto a cómo se abordó la crisis de 2008, propuso activar la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad. El vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, saludaba la iniciativa este viernes por la noche:

“Estamos relajando las reglas de la deuda para que los Estados tengan todas las oportunidades de utilizar los recursos financieros. Estamos analizando todo: se utilizará todo lo que ayude en esta crisis, porque apoyaremos nuestra economía sin peros”, ha dicho este viernes Von der Leyen.

¿Y cómo se emitirían esos coronabonos? El comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, italiano, ha sugerido que el MEDE, el fondo de rescate de la zona euro, estaría en la mejor posición para emitir los eurobonos para financiar medidas de emergencia. Los bonos “son operaciones de mercado y deben ser lanzados por estructuras financieras. El más adecuado es el MEDE”, ha dicho Gentiloni.

La idea de un coronabono emitido por el MEDE también cuenta con el apoyo de algunos directivos del Banco Central Europeo, según una fuente citada por Reuters esta semana.

Durante la teleconferencia del martes, Francia también apoyó la solicitud de Italia. Para el presidente francés, Emmanuel Macron, el Banco Europeo de Inversiones debería ser el emisor, y el MEDE podría desempeñar un papel al extender las garantías, según Bloomberg.

Los defensores de los eurobonos argunentan que podrían ser a evitar la tendencia creciente en las primas de riesgo de los países del sur: los países de la zona euro dejarían de vender deuda pública y lo haría en su lugar un organismo común a los 19 países del euro. Así, en lugar de tener un tipo de interés para cada país, habría un solo tipo de interés común, y se mutualizaría todo el riesgo de la zona euro.

La deuda pública la venderían conjuntamente los países del euro, y no cada uno por su cuente, y compensaría el riesgo de países como Grecia, Italia o España con el inexistente riesgo de países como Alemania u Holanda. El cálculo del tipo de interés para la deuda común debería ser una especie de promedio entre todas las actuales, teniendo en cuenta que España tiene un 0,74%; Italia, un 1,7%; Grecia, un 2,44% y Alemania, un -0,32%.

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