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La mayoría del Ibex mantuvo o aumentó en 2020 el número de directivos con contratos blindados

Interior de la Bolsa de Madrid, esta semana. EFE/Ana Bornay

Antonio M. Vélez / Raúl Sánchez

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22 compañías del Ibex 35 mantuvieron o aumentaron en 2020 el número de directivos que tenían contratos con cláusulas de blindaje en caso de despido, según el último análisis de los informes de gobierno corporativo de las cotizadas publicado este mes por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los denominados paracaídas dorados garantizan indemnizaciones a los directivos en caso de rescisión de sus contratos para mejorar sustancialmente la compensación que les correspondería por ley. El año pasado, tenían cláusulas de este tipo 747 directivos del Ibex, un 4% menos con respecto a los 778 que esas mismas empresas tenían en 2019. 



Pese al descenso, el número de directivos blindados se mantuvo o incluso se incrementó en una amplia mayoría del Ibex. Acerinox, Bankia (fusionada este año con Caixabank), BBVA, IAG, Naturgy y Banco Santander aumentaron el número de directivos blindados en 2020. En otras 16 compañías del selectivo que tenían este tipo de cláusulas en 2019 el número se mantuvo: Almirall, Amadeus, Bankinter, Cellnex, CIE, Colonial, Enagás, Iberdrola, Inditex, Indra, Meliá, Merlin, Pharmamar, REE, Telefónica y Viscofán.

La tendencia en el selectivo en los últimos años ha ido hacia una cierta reducción del uso de los paracaídas dorados, que las empresas justifican como una forma de retener el talento de sus equipos directivos. Esta fórmula no es bien vista por los inversores que se rigen por criterios de sostenibilidad, cada vez más en boga. 

En todas las empresas del Ibex que tienen estas cláusulas, estas se autorizan por decisión del consejo de administración, no de su junta de accionistas. Para los consejeros ejecutivos, los mejor pagados, la compensación más habitual es de dos anualidades de sueldo. En algunos casos (Grifols o Iberdrola) puede llegar a los cinco años, contando la indemnización por rescisión del contrato y las compensaciones por no trabajar en una empresa de la competencia durante un periodo determinado.

El año pasado, el grueso de los contratos blindados volvió a concentrarse en banca y energéticas. Las compañías de estos dos sectores concentraban el 79% del total, con 592 directivos blindados. En 2019 representaban el 82%.



Las energéticas cerraron 2020 con 411 directivos blindados, un 5% menos que un año antes. Por su parte, la banca acabó 2020 con 178 beneficiarios, un 2,7% menos. Este sector lleva años inmerso en un proceso de despidos masivos y cierre de oficinas. En 2018, la banca del Ibex disparó un 31% el número de directivos blindados, hasta la cifra récord de 191.



Por empresas, destaca un año más Repsol, que cerró 2020 con 241 directivos blindados (un 4% menos que en 2019), frente a los 309 que llegó a tener en 2014. A continuación figuran Siemens Gamesa, con 88 (-10,2%), BBVA (66), Grifols, con 57 (-9,5%) y Banco Sabadell (40, un 11,1% menos). Por debajo de 30 están Caixabank e Iberdrola (28), Telefónica (27), Bankia (23); Naturgy y Banco Santander (19); Endesa (18) o IAG (13).



Solo cinco firmas del Ibex no tenían paracaídas dorados en 2020: ACS, Aena (que tiene mayoría accionarial del Estado), Ferrovial, Mapfre y Solaria, que aterrizó en el Ibex en octubre pasado.

Récord de permanencia

2020 fue un ejercicio de pérdidas históricas para las compañías del selectivo a causa de la pandemia. Y los ejecutivos del Ibex batieron el récord de permanencia en sus puestos, que se situó en una media de casi once años. Según la CNMV, excluyendo los millonarios bonus a los máximos responsables de Acciona por un incentivo plurianual, la retribución media de los consejeros ejecutivos del Ibex se redujo un 18,2% en el ejercicio. La de los miembros de la alta dirección (427 personas) descendió un 2%, hasta una media de 893.000 euros por cabeza.

En 2013, la CNMV obligó a computar en el recuento de blindajes no solo a ejecutivos y miembros de la alta dirección, sino también a los directivos que disfrutan de este tipo de protección, y el número de beneficiarios se disparó hasta los 886. El récord se alcanzó un año después, con 933 personas.

La cifra ha ido descendiendo lentamente desde entonces y en algunos casos están cláusulas han sido sustituidas por pensiones millonarias para los ejecutivos que muchas veces funcionan igual.

Un ejemplo es César Alierta, que renunció (entre comillas) a su blindaje en 2014, pero dejó la presidencia de Telefónica dos años después con una pensión de 53 millones, una de las más altas de la historia empresarial española. Otros casos son los del extinto Banco Popular, que durante años dijo no tener cláusulas de blindaje pero concedió pensiones millonarias a los que fueron sus máximos responsables hasta poco antes de su quiebra. Esas compensaciones acabaron luego en los tribunales.

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