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Una idea refrescante

Paola Fatás con su invento, el enfriador de bebidas instantáneo. / Foto: Cool Everywhere

Belén Gómez

  • Paola Fatás, una joven química de Zaragoza, crea un producto para enfriar una bebida estés donde estés, sin necesidad de llevar nevera ni hielo
  • Aisber está pensado para deportistas o para aquellos disfruten de actividades físicas en la naturaleza

Acalorada y sedienta tras un paseo en bicicleta Paola Fatás no pudo tomarse su lata de bebida porque estaba ardiendo. Se preguntó cómo era posible que no pudiéramos enfriar una bebida en cualquier lugar con la cantidad de adelantos que existen hoy día. Así se le ocurrió su refrescante idea de crear un objeto para enfriar una lata o una botella pequeña de manera instantánea, estés donde estés.

Esta joven química de Zaragoza siempre había tenido en mente montar una empresa, así que al terminar el doctorado en 2012 se puso manos a la obra para darle salida comercial a su idea. Fatás, amante del deporte, conocía las bolsas para lesiones que venden en farmacias que se enfriaban con un golpe y a partir de ahí empezó a investigar ese tipo de tecnología. Al mismo tiempo, se fue formando en programas de emprendedores del Ayuntamiento y de la Universidad de Zaragoza hasta que en mayo de 2013 formó su empresa, Cool Everywhere.

Tenía claro que el producto tenía que ser ecológico, compacto, de poco peso, fácil de utilizar y de llevar. Así que tras dos años realizando versiones de desarrollo del producto y testando los prototipos, Aisber nació en junio de este año. El enfriador de bebidas sin electricidad apareció en el mercado enfocado para un público deportista o amante de realizar actividades en la naturaleza, aunque no están cerrados a otro público ni a otros sectores como el del vino.

¿Cómo funciona?

El producto es muy fácil de utilizar, según cuenta Fatás. Con forma de cajita -no mucho más grande que una lata de bebida- que puedes llevar plegada en la mochila o en el coche, y cuando quieras enfriar la bebida, sólo tienes que abrirla y apretar en las bolsas para mezclar los componentes y en ese momento se enfría. “Pones la lata en el interior lo cierras con el velcro y hace la función de neverita y en unos 10 minutos la bebida estará fría para disfrutarla”, explica.

Las bolsas de Aisber contienen líquido y sales, en cavidades separadas, por lo que al presionar se mezclan los componentes y se activa el enfriamiento. El proceso consiste en una disolución de sales en agua que requiere energía. Esta energía se absorbe del exterior en forma de calor, de modo que la temperatura disminuye rápidamente hasta 20 grados centígrados.

El proceso de enfriamiento en el interior de Aisber se produce de forma instantánea en el momento en el que se mezclan los componentes, llegando a temperaturas próximas a 0ºC.

Después de la activación, la mezcla se mantiene fría alrededor de 30 minutos y así se evita que la bebida se caliente durante su consumo. Una vez utilizado, el producto puede desecharse en la basura normal. Ese es uno de los puntos a mejorar, conseguir que el producto sea reutilizable, según cuenta su inventora.

Con 10.000 unidades en el mercado sólo pueden crecer, reconoce Fatás que está trabajando para adaptarlo a otro tipo de formatos más grandes, así como abrirlo a otros sectores, como el del vino. Llevan pocos meses en el mercado y son muchas las sugerencias y propuestas de clientes. Por ahora el producto sólo se puede conseguir a través de su página web y de pequeños distribuidores, el plan es conseguir grandes distribuidores, tanto dentro como fuera de España, para que Aisber refresque otros países.

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