Calidad Pascual consigue un EBITDA de 72,9 millones de euros en 2016
Calidad Pascual da por concluida la etapa de ajustes y desinversiones y afronta un nuevo ciclo de crecimiento, gracias a los buenos resultados obtenidos tanto en 2016, año en el que la compañía facturó un total de 662 millones de euros y logró un EBITDA de 72,9, como en el primer semestre de 2017, que arroja un crecimiento de la facturación del grupo del 3,8% respecto al mismo periodo del año anterior.
La compañía, además, intensificó en 2016 su proceso de reducción de deuda, que en el conjunto de la corporación se aminoró un 4,6%, hasta los 208 millones de euros. De esta manera, Pascual sigue avanzando en el proceso de estabilidad financiera iniciado con la firma del préstamo sindicado en 2013, fecha desde la cual ha reducido en 125 millones su deuda, incrementando su fortaleza financiera y con una mejora sensible del apalancamiento operativo.
“No podemos negar que venimos de años duros, pero Calidad Pascual ha salido fortalecida y nos situamos en una posición óptima para retomar el crecimiento, como apuntan los resultados del primer semestre de 2017”, asegura José Luis Saiz, CEO-director general ejecutivo de Calidad Pascual. Según Saiz, “Pascual ha resistido en un clima económico totalmente desfavorable que ha transformado las reglas del juego, un escenario al que muchos no han podido adaptarse y nos encontramos ahora preparados para el crecimiento”.
Impacto socioeconómico de 1.400 millones de euros
La compañía ha hecho públicos los resultados de 2016 a través de su Informe de Creación de Valor Compartido, un documento anual en el que detalla sus principales variables económicas, de responsabilidad social y de sostenibilidad medioambiental. En su conjunto, la actividad económica directa, indirecta e inducida en torno a Calidad Pascual representó un impacto socioeconómico de 1.400 millones de euros y generó más de 14.000 puestos de trabajo.
En el informe se destaca que la responsabilidad de Calidad Pascual va mucho allá de lograr estos valores en el ámbito del producto. Su presidente, Tomás Pascual, pondera que se trata también de “mejorar nuestra cadena de valor y las relaciones con todos nuestros grupos de interés a través de una gestión ética, responsable y excelente”.
Bajo esta premisa, la compañía renueva su compromiso con el Plan Director de Creación de Valor Compartido 2020 de Calidad Pascual, enfocado a armonizar los objetivos de negocio de la compañía con las expectativas de sus grupos de interés. En palabras de Francisco Hevia, Director de Responsabilidad Corporativa y Comunicación: “La cooperación con nuestros grupos de interés es vital para construir un futuro común. La integración ordenada de los impactos laborales, ambientales y sociales entre todos ellos es la clave de la responsabilidad corporativa”.
Crecer de manera sostenible
Con los conceptos de ética, responsabilidad y excelencia en la gestión empresarial como telón de fondo, Calidad Pascual persigue, en palabras de su presidente, “ser reconocida como una empresa familiar y global, referente social y líder en alimentación de calidad. Queremos crecer de manera sostenible y rentable, creando valor compartido para nuestros grupos de interés: consumidores, clientes, empleados, proveedores, ciudadanos y accionistas”.
El Informe detalla cinco grandes principios de actuación en la cadena de valor de Calidad Pascual: el aprovisionamiento sostenible; la producción con los mayores estándares internacionales de calidad y seguridad; la oferta de productos saludables; la colaboración a largo plazo con sus más de 47.000 distribuidores, hoteles, restaurantes y cafeterías; y la logística con máxima eficiencia en rutas y certificaciones de flotas sostenibles.
Por otra parte, el documento expresa los diferentes retos de Calidad Pascual en todos sus ámbitos de actuación (laboral, ambiental, social y económico) con el objetivo de llevar a cabo una gestión responsable del total de los impactos que genera.