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Un alcalde vizcaíno permite que su constructora no pague una deuda durante 8 años

Fachada del Ayuntamiento vizcaíno de Arakaldo.

Alberto Uriona

Bilbao —

Un alcalde vizcaíno, el regidor de Arakaldo Víctor Egia (PNV), ha permitido el impago de una deuda durante ocho años a una constructora de la que es propietario. La empresa debía dos cantidades, que totalizaban 36.000 euros, desde 2006 y 2009 que fueron saldadas en las última semanas, después de que los concejales de EH Bildu denunciaron los impagos. El alcalde señaló en el último pleno municipal, celebrado el 27 de febrero, que desconocía la deuda, lo que “no resulta creíble” para la coalición soberanista. El PNV no ha querido valorar este asunto tras ser preguntado por eldiarionorte.es.

La constructora Ondusegi S.L, es propiedad de la familia del alcalde, que es uno de los tres administradores, junto a otros dos familiares. Realizó dos promociones de viviendas en 2006 y 2009 y no había pagado los aprovechamientos urbanísticos, según la documentación recopilada por EH Bildu.

La deuda más antigua era de 12.000 euros y correspondía a los aprovechamientos urbanísticos de cuatro viviendas unifamiliares. Se debía haber abonado en 2006 y “el pago de esa cantidad era obligatorio para poder obtener la licencia de obra. Las viviendas están vendidas y ocupadas desde hace varios años. Las licencias de obra y de primera utilización fueron concedidas por decreto con firma del alcalde”, señalan. De hecho, existe un decreto aprobado por el alcalde, con fecha de 13 de julio de 2006, que detalla la cantidad que la empresa Ondasunegi debía ingresar.

El segundo impago se refiere a la licencia de obra para construir una vivienda unifamiliar, plasmada en decreto del 16 de julio de 2009. La empresa de construcción del alcalde adquirió una deuda de 24.000 euros también en concepto de aprovechamiento urbanístico.

Estos 36.000 euros (una cantidad significativa para una localidad pequeña, ya que supone casi una cuarta parte del presupuesto municipal) se abonaron en febrero, pocos días antes del pleno municipal y tras una reunión de los concejales de EH Bildu con los del PNV. “Si no hubiéramos denunciado, la empresa no paga la deuda al Ayuntamiento”, afirma el edil Jabi Asurmendi. Para su formación, el retraso en los pagos es “absolutamente injustificable” y considera “inaceptable” que el alcalde “haya puesto sus intereses personales y el de la empresa a la que pertenece por encima de los intereses de los vecinos de Arakaldo”. Por ello, exige a la constructora que page un recargo del 5%.

Arakaldo es un pequeño municipio de 130 habitantes, a 18 kilómetros de Bilbao, que hasta 2011 (al no llegar a los 100 habitantes) solo tenía un corporativo, el alcalde y en el que los asuntos se debatían con los vecinos en los plenos, que con sus votos tomaban la decisión. En 2011, ya con derecho a tener un ayuntamiento con cinco concejales al haber rebasado los 100 vecinos, fue el único municipio vasco en el que hubo que tirar una moneda al aire para designar el alcalde. PNV y EH Bildu quedaron empatados a votos y la moneda cayó del lado peneuvista y Víctor Egia, que lleva 15 años como alcalde, volvió a repetir.

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