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Cinco bancos acumulan dos de cada tres desahucios en Euskadi

Protesta de afectados por desahucios en Vitoria.

Alberto Uriona

Bilbao —

Cinco bancos han acumulado dos de cada tres desahucios el pasado año en Euskadi. Se trata de Kutxabank, que lidera la lista con el 29% de las operaciones de desalojo, seguida de Santander y Caixa Bank (con un 10% cada una), Laboral Kutxa (9%) y el Banco Popular (6%), según constatan los datos oficiales del Gobierno vasco. Kutxabank absorbe casi un tercio de los cerca de 600 registrados el pasado año, y la que es más inflexible con los afectados, según aseguran las plataformas antidesahucios. La entidad que dirige Mario Fernández argumenta que ese dato, que no confirmó ni desmintió un portavoz oficial, está por debajo de la cuota de hipotecas que conceden en Euskadi, que llega al 40%. “No conocemos el documento oficial. Habría que ver si se refiere también a desahucios de pabellones y lonjas”. Las entidades financieras no ofrecen datos sobre los desahucios que practican.

En territorios como Álava, el ranking establece más diferencias: Kutxabank es la responsable de casi el 40% de los desahucios, tres veces más que la siguiente entidad, que es Laboral Kutxa, con un 11%.

Entre los afectados, la entidad que aglutina a BBK, Kutxa y Vital es señalada como la más dura a la hora de abordar una de las consecuencias más directas y crudas de la crisis: quedarte sin tu vivienda. “Kutxabank te cierra las puertas completamente, no negocia nada y lleva las ejecuciones hasta el final. Como los casos son muchos, intentamos tener un único interlocutor en el banco, pero te marean de un director a otro y no negocian. Es desesperante”, afirma un portavoz de Kaleratzeat Stop Araba.

En el lado opuesto, según los afectados, está Caixa Bank. “Al menos están un pelín sensibilizados y se han conseguido daciones de pago con alquiler social. Con ellos si se puede negociar. Incluso se están dando situaciones en las que ofrecen ellos a los afectados la dación en pago cuando ven que no pueden pagar de otra manera”.

Kutxabank niega las acusaciones de inflexibilidad, porque “son muy elevadas las renegociaciones en los préstamos” para evitar el desahucio. “Ofrecemos toda flexibilidad para que aporten lo que puedan. Cada vez que hay una queja en la calle por los deshaucios, la coletilla es que es de Kutxabank. En Cataluña pasará lo mismo que con Caixa Bank. No tenemos datos de que esa percepción [de inflexibilidad] es objetiva. Es indudable que hay una campaña muy clara contra Kutxabank en el tema de los desahucios, que no vemos en el resto de entidades que también desahucian”, señala un portavoz oficial.

El drama del desahucio sigue en Euskadi aunque la presión social ha bajado los casos drásticamente. Las cerca de 900 ejecuciones hipotecarias registradas en 2012 se redujeron el pasado en un tercio, al rondar las 600. Ahora hay poco más de una diaria, un dato por sí solo revelador, pero a principios de 2012 la media era de casi tres cada día.

El desahucio se practica cuando el hipotecado lleva tres meses sin pagar o acumula el importe de tres mensualidades sin satisfacer al banco o caja correspondiente. Entonces llega la temida carta del embargo, que no es inmediato. “Suele ser al de seis meses pero puede alcanzar los dos años”, afirma Consuelo Crespo, una vitoriana que se quedó sin su piso hace poco más de un año. El problema sería menor si el desahucio fuera más rápido, lo que evitaría la acumulación de intereses, que suele llegar a provocar que la deuda inicial se duplique. “Si se hiciera a los tres meses, en muchos casos se podría cubrir la deuda. Pero no ocurre”.

“Te quedas sin la casa y con lo que debes al banco. El piso se suele subastar pero las subastas quedan habitualmente desiertas. Entonces el banco se queda con el piso y te descuenta de tu deuda el 70% del valor de la tasación. Por eso si no estuviera lo de los intereses de demora, la problemática sería menor”.

Mileurista y con 500 euros de deuda mensuales

A Consuelo Crespo la tragedia le sobrevino hace más de tres años. “Yo me metí en una hipoteca por un negocio de mi ex pareja, pero fue mal y él se fue. Me quedé sola y con la hipoteca con Kutxabank. Tenía trabajo pero con mi nómina mileurista no podía pagar Después de dos años intentando buscar una solución tuve que asumir que la casa que la iba a perder”.

El día fatídico llegó en enero de 2013, aunque la intervención del alcalde de Vitoria Javier Maroto retrasó la ejecución una semana. Ahora se encuentra con una deuda de 60.000 euros a pagar en 15 años. “Me han dado un préstamo que me lleva 500 euros al mes, la mitad de mi sueldo, y he ido a vivir con mi madre porque no podía pagarme un alquiler. Por lo menos las condiciones del préstamos son con un interés bajo, de un hipotecario”. Pero no le desea a nadie lo ocurrido.

“La experiencia con el banco es para que no la viva nadie. La actitud es cerrarte las puertas, insistiendo en que tú lo firmaste y que nadie te obligó. No salen de ahí. No entran en ningún tipo de negociación”.

Miguel Ángel Agreda es otro damnificado aunque todavía no ha sido desahuciado y tiene una esperanza: la dación en pago. Es un ecuatoriano que reside en Vitoria desde hace 12 años, trabajaba como albañil autónomo pero, como muchos otros empleados del sector de la construcción, se quedó sin trabajo y con las deudas. Desde febrero de 2012 no ha podido hacer frente a la hipoteca de su piso. Tiene embargos en la Hacienda de Álava y la Seguridad Social, que son el obstáculo para que su banco le conceda la dación en pago.

“Llevamos dos años sin pagar la hipoteca. El banco nos reclama 240.000 euros. La parte buena es que Caixa Bank nos da la dación de pago, siempre que estemos libres de embargos. A la Diputación ya le he dicho que le reconozco la deuda pero que le pueda pagar poco a poco. Con la dación en pago, nos quitan toda la deuda. Hemos presentado varios escritos, a través del abogado de oficio, y estamos a la espera de la respuesta”.

La situación es complicada porque su mujer trabaja solo unas horas y “estamos sobreviviendo con 595 euros y con dos hijos. Dentro de lo que cabe, y ante lo que escuchamos de otros casos en la plataforma [Stop Desahucios], la experiencia con Caixa Bank es bastante buena. Nos ha asesorado siempre sobre lo que podemos hacer”.

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