Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
TripAdvisor no quiere que sepas que hay hoteles en los que se limpian habitaciones por un salario de miseria
El pasado 10 de noviembre, Joaquín Urías se alojó en el Hotel Barceló Nervión de Bilbao. Sobre la mesilla de su habitación se encontró una carta firmada por el director del hotel José Luis Fernández:
Efectivamente, unos tapones naranjas acompañaban a la carta. Joaquín Urías sacó una foto y la publicó en Twitter: “En vez de disculparse por el ruido que causan las protestas de las trabajadoras en huelga, mejor harían en pagar un sueldo decente a las Kellys!”.
El ruido lo provocaban las camareras de piso que una semana antes habían iniciado una huelga indefinida -convocada por el sindicato ELA- y que todas las mañanas se manifiestan frente al hotel. Otro paro indefinido -también ruidoso- se está llevando a cabo en el NH Villa de Bilbao.
Indignado con la actitud del hotel, Joaquín Urías entró en TripAdvisor y dejó el siguiente comentario en la página del hotel:
Los moderadores de TripAdvisor no permitieron que el mensaje saliera publicado y bloquearon el comentario. TripAdvisor mandó un mail a Joaquín Urías en el que le pedían que realizara “algunos cambios” en el texto para ajustarlo a las “directrices” de la página web. “No incluyas impresiones personales sobre política, cuestiones éticas, religión, cuestiones sociales de carácter más general”, recomendaba TripAdvisor a Joaquín Urías.
Lo que TripAdvisor no sabía era que Joaquín Urías no era un cliente cualquiera: profesor de Derecho Constitucional y exletrado del Tribunal Constitucional, 40.000 personas siguen en Twitter sus reflexiones sobre la actualidad política y judicial en España. Su denuncia fue compartida por más de 5.600 usuarios y provocó una enorme polémica en las redes sociales. Todo un vendaval.
Y el vendaval tuvo sus consecuencias. Poco después, TripAdvisor volvió a contactar con Joaquín Urías comunicándole que habían cometido “un error” y le invitaban a subir de nuevo su comentario. Tras la presión por el revuelo en las redes sociales, finalmente el comentario se puede leer en la página del Hotel Barceló Nervión de Bilbao.
No es la primera vez que algo así ocurre. Las Kellys -como se conoce al movimiento para dignificar el trabajo de las camareras de piso- denuncian que llevan años viendo como TripAdvisor borra comentarios en los que evidencian la explotación laboral en los hoteles. De hecho, las Kellys de Barcelona reclamaron en julio pasado a TripAdvisor que informara en su web “de los hoteles que respetan los derechos de las trabajadoras”. TripAdvsor respondió que reprueba la explotación de los empleados pero que no está en condiciones de auditar las condiciones laborales de los hoteles.
“Es un trabajo durísimo”
Si usted lee este artículo entre las ocho de la mañana y las doce del mediodía, sepa que a esa hora decenas de camareras de piso estarán montando bulla frente a los hoteles NH Villa de Bilbao y el Barceló Nervión. Así lo llevan haciendo desde el 2 de noviembre cuando arrancaron esta huelga indefinida que continúa a día de hoy.
“Nos pagan 2,5 euros por habitación limpiada”, denuncia Cristiano Cayo, un camarero de piso que ejerce labores de supervisor y que se ha sumado a la huelga en el Barceló. Cristiano explica que tienen que limpiar 18 habitaciones al día: “Es un trabajo durísimo, es como trabajar en la construcción”. Los ritmos son frenéticos para conseguir alcanzar los objetivos que impone el hotel. Las consecuencias son dolencias físicas de todo tipo, en especial, lumbalgias.
A Sonia San Vicente hace cuatro años le diagnosticaron una epicondilitis, conocida como 'el mal del codo del tenista'. “Hay noches que el dolor no me deja dormir, cuando duele, duele mucho”, relata esta camarera de piso en huelga del hotel NH Villa de Bilbao.
“Hay días que hay que mover los escritorios de las habitaciones, pesan 120 kilos, o tienes que arrastrar sofás muy pesados con una supletoria dentro”. El trabajo es muy fatigoso y “no da tiempo, vas con la lengua fuera, corriendo”, cuenta Sonia.
A cambio, en el hotel Barceló reciben algo más de 800 euros limpios al mes. En el otro hotel, el NH Villa de Bilbao, las camareras de piso cobran 900 y pico euros netos. Y este salario tiene truco porque, en ambos casos, hablamos de 12 nóminas al año que incluyen las pagas extra prorrateadas. En el NH denuncian además que trabajan horas extraordinarias que no son compensadas. Un trabajo agotador a cambio de una miseria en una de las ciudades más caras de España.
Los hoteles vulneran el derecho a la huelga
Las huelguistas reclaman que se les aplique el convenio de la hostelería de Bizkaia, como ya ocurre en otros hoteles, lo que supondría un aumento considerable de sus retribuciones y una mejora de las condiciones laborales. Barceló y NH dicen que no es cosa suya, que es un problema de la empresa que tienen subcontratada para la limpieza de las habitaciones: Grupo Constant. Esta empresa, por su parte, sostiene que aplicar el convenio de hostelería haría inviable la rentabilidad de su negocio a no ser que los hoteles les paguen más dinero.
Unos y otros se lanzan la responsabilidad de las condiciones miserables en las que trabajan las camareras de piso. Hoteles y la empresa limpiadora quieren quitarse el marrón de encima pero, según la Inspección de Trabajo, se han aliado para saltarse las leyes que recogen el derecho a la huelga en España. “Se ha acreditado que han actuado y actúan de manera coordinada y concertada con el objetivo de vaciar el derecho de huelga de los trabajadores”, sentencian las tres actas de infracción que la Inspección de Trabajo ha abierto al NH Villa de Bilbao, el Barceló Nervión y Grupo Constant.
Lo que han hecho es muy grave: han sustituido a las trabajadoras en huelga. Ambos hoteles fueron avisados por Constant de que la huelga iba a impedir que realizaran las tareas de limpieza y decidieron contratar a otra empresa -Cor Outsourcing- para realizar esos trabajos. Los inspectores acudieron a los hoteles y comprobaron que las huelguistas estaban siendo sustituidas en contra de lo que establece la ley.
Por si fuera poco, el hotel Barceló ha denunciado al sindicato ELA ante los tribunales para que la huelga sea declarada ilegal.
Los tapones que permiten la explotación
Las camareras de piso no piden demasiado. Quieren que se les aplique el convenio de su sector del que ya disfrutan compañeras de otros hoteles. Quieren unos sueldos dignos para intentar llevar adelante una vida digna. La mayoría son mujeres. La mayoría son migrantes. Colectivos vulnerables en manos de hoteles que intentan ocultar sus desmanes con tapones para los oídos de los clientes.
Y no son los únicos tapones en este conflicto. Están también los tapones de los medios de comunicación vascos que tradicionalmente han preferido hablar con las Kellys de fuera de Euskadi que con las kellys vascas. Están los tapones de los responsables políticos de turismo que reparten premios para prestigiar el sector turístico sin que haya menciones de apoyo a las trabajadoras explotadas de ese sector. Tapones de los políticos que consideran que aquello que no les compete, tampoco les incumbe, y renuncian a su capacidad para presionar pública y privadamente para que sus vecinos vivan mejor.
Y están también los tapones de las organizaciones empresariales que se llenan la boca exigiendo “cultura del esfuerzo” a todo el mundo, pero eligen el silencio ante realidades tan crudas como las que evidencia esta huelga indefinida. Hay muchos tapones, pero las camareras de piso llevan 22 días en huelga gritando tan alto que los tapones -de empresarios, políticos y medios- no pueden silenciar sus reivindicaciones.
Sobre este blog
Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.