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Pedaladas electrónicas

Un ciclista entrenando

Asier Fernández

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30 minutos de calentamiento. “Ahora llega lo duro”, piensa. Baja un piñón, dos más, y se lanza con fuerza en el rodillo a por la primera serie de su entrenamiento. Una pedalada, otra más y una más. El sudor empapa el manillar. El corazón a 180 pulsaciones por minuto. 320 vatios, 330, 340, 345… y se acabó. Sigue pedaleando mientras su pulso baja y los vatios (medida que se utiliza en ciclismo para medir la fuerza que se aplica a los pedales) caen en picado. Pese a que el ventilador funciona a máximo rendimiento, el sudor no para de caerle por la frente, brazos y espalda. Cinco minutos de descanso tan esperados, al fin. Se seca el sudor y echa mano al botellín. Le quedan otros 9 esfuerzos idénticos. “Mejor tomárselo con calma”, se dice a sí mismo. Así son las mañanas de Yeray Medina, ciclista sub23 del equipo Zabalgarbi Photom durante este confinamiento. 

El caso de Yeray es el mismo que han vivido miles de ciclistas alrededor del mundo. Aficionados, cadetes, juveniles, élites, profesionales… Todos han tenido que buscar una alternativa a los entrenamientos, a las carreras, a los paseos, y, sobre todo, al placer de pedalear. La única alternativa real es el rodillo. Un “artefacto” sobre el que la mayoría de los ciclistas se niegan a pedalear, incluso cuando llueve. Ahora en él han encontrado una mano amiga. Y es este rodillo el que en sus versiones más modernas se conecta al ordenador y simula de la manera más acertada posible una carretera con sus subidas y bajadas. Simulan, incluso, carreras con otros usuarios y ofrecen infinidad de posibilidades que las circunstancias han obligado a descubrir. 

Yeray Medina, ciclista sub23: “El rodillo es una manera de entrenar la mentalidad y hacerse fuerte”.

La encargada de simular estos recorridos es la plataforma Bkool. Cada semana Yeray ha trabajado gracias a ella: “Las primeras semanas entrenaba sobre una hora y hora y media y ahora estoy por las 2 o 3, separado en varias sesiones”. El confinamiento genera un estrés inusual y, a veces, hace que cueste encontrar esa motivación en los deportistas. Aun así, Medina expresa encontrarse mejor de lo esperado: “Me encuentro mejor de lo que me esperaba, con las plataformas de entrenamiento como Bkool se me ha hecho más ameno”. Las facilidades que ofrecen este tipo de plataformas son patentes, pero distan de generar la sensación de libertad que produce pedalear al aire libre. Esto es lo más duro para Yeray a la hora de enfundarse el maillot: “Pensar que tienes que estar mínimo una hora cada día viendo las mismas vistas no es muy apetecible. Pero el rodillo es una manera de entrenar la mentalidad y hacerse fuerte”. Hacerse fuerte física y mentalmente. Las competiciones online no se asemejan ni en duración ni en esfuerzo a la realidad, pero son capaces de generar risas y enfados: “Se nota cuando la gente hace trampa. Ir sufriendo a 300 vatios y que te pase alguien sin apenas esfuerzo mosquea. Pero al final nadie gana nada”, dice Yeray. Estas carreras virtuales han tenido un éxito inesperado. Tal es el interés que algunas han sustituido a las reales que se iban a disputar e incluso han sido televisadas. Para Medina, las competiciones online son algo temporal, pero con un posible hueco en el ciclismo: “Tal vez en el futuro se puedan correr prólogos de carreras importantes, pero sería muy raro. Lo veo más como una moda pasajera y una forma de no perder el buen estado físico y entretenerse”. 

Profesionalismo 

Los ciclistas sub23 como Yeray están justo un escalón por debajo del profesionalismo y viven una situación complicada, pero muy lejana a la que viven los ciclistas de la categoría World Tour (se asemeja a la primera división del fútbol) o de categoría Continental (segunda y tercera división). En la categoría Continental, un nuevo equipo español se ha lanzado a la carretera en este 2020. El equipo Kern Pharma empezó a rodar en enero sobre las carreteras de Mallorca sin esperar una pandemia que cortaría las alas a sus aspiraciones. Uno de sus corredores más jóvenes, Ibón Ruiz, originario de Vitoria, Álava, pudo debutar en esta nueva categoría con un buen rendimiento en la carrera francesa Etiole de Bessèges. 

Ibon Ruíz, ciclista profesional: "El e-racing es buena idea para esos días malos en los que no encuentras la motivación”.

Al igual que Yeray Medina, Ibon Ruiz ha estado entrenando con el rodillo y la plataforma Bkool. Los ciclistas profesionales son los que más horas dedican a entrenar, por lo tanto, la dificultad a la hora de buscar motivación es mucho mayor. “Al final en la carretera sales y puedes hacer 3 horas seguidas mientras que en el rodillo tienes que hacer incluso más de una sesión al día”, explica el vitoriano. Por otro lado, la evolución que ha tenido el ciclismo también la ha tenido su versión virtual y las plataformas de entrenamiento logran que el ejercicio sea más ameno, con “videos que te muestran por dónde vas”. La sensación de rodar en carretera es cada vez más similar en los rodillos. Lo que se mantiene intacto, ya sea al aire libre o en casa, es la competitividad. Ibon Ruíz aprovecha las carreras online para mantener este sentimiento intacto: “El e-racing es buena idea para esos días malos en los que no encuentras la motivación. Entrenas en una carrera virtual y lo acabas dando todo si tienes ese espíritu de competición”, señala. Pese a que ha podido aprovechar estas ayudas, considera que para el ciclismo profesional y de alto nivel el ciclismo virtual es incompatible: “Profesionalmente espero que no se hagan carreras virtuales”, aclara el alavés. Lejos del ciclismo de alto nivel y para todos los públicos es una “muy buena idea” para poder desconectar desde casa, termina.

Odei Gil, creador de contenido para YouTube: “He perdido la cuenta de los días que llevo en casa y he hecho de la excepción, normalidad”.

Quien está sacando mucho partido a estas carreras cada semana es Odei Gil, ciclista aficionado, creador de contenido y exparticipante del programa “El Conquistador del Fin del Mundo” o como él mismo se define en su web: “culoinquieto digital”. Originario de Asteasu, vive ahora en Torrelavega con su pareja. La cuarentena le pilló desprevenido, aunque expresa, mantiene un buen estado de ánimo: “He perdido la cuenta de los días que llevo en casa y he hecho de la excepción, normalidad. Aunque lo llevo mejor de lo que pensaba”.  

Pese a que no tenga que entrenar como un profesional, sigue montando en bici prácticamente a diario y sus videos abordan temas de ciclismo, aventuras y retos, algo difícil en este momento. Del problema ha hecho una solución y gracias a su rodillo inteligente Oreka Training (un rodillo con el funcionamiento de una cinta de correr) y la plataforma Zwift, sigue grabando videos: “Salvo que no puedo salir a la calle a grabar planos en exterior, no varía mucho la forma de hacer mis contenidos. Tengo el micro, la cámara y la creatividad y puedo hacer videos en cualquier sitio”, afirmó. 

“Enganchado”

Al no dedicarse únicamente a la bici, cuando las inconveniencias climáticas no permiten entrenar al aire libre Odei Gil simplemente descansaba, el rodillo era algo secundario. Pero ahora ha descubierto un mundo de amplias posibilidades como son las carreras online: “Ya tenía estas herramientas, pero no entendía su funcionamiento. Me he visto en la obligación de ver cómo funciona y ahora estoy enganchado”, confiesa Odei Gil. Y por el mismo motivo que antes descansaba cuando llovía, ahora dedica hasta 3 horas diarias al rodillo. Pertenece a una comunidad con “más de 2500 usuarios” con los que compite cada martes. “Gracias a la cuarentena hemos descubierto una forma de poder seguir entrenando y compitiendo de forma divertida”, concluye el de Asteasu. 

El regreso 

Un día antes de su previsto final, el 13 de marzo, la carrera de la máxima categoría París-Niza coronó como ganador a Maximiliam Schacmann, corredor alemán del equipo Bora-Hansgrohe. Desde entonces, por motivos más que conocidos (COVID-19), ninguna carrera volvió a tener ganador. Para esperanza de aficionados y de los propios ciclistas y equipos, la Unión Ciclista Internacional (UCI) anunció que el 1 de agosto se reanudaría el calendario de competición con la disputa de la Strade Bianche, en Siena, Italia. 131 días después, un nuevo ganador alzará los brazos en la meta de la ciudad italiana tras meses de tensión e incertidumbre. Este calendario reducido dará fin también en Italia con la disputa del Giro de Lombardía el 31 de octubre. 

“Ojalá nos adapten un calendario y podamos salvar las pruebas más importantes en otoño”, declaró Jon Polledo, ciclista sub23

¿Y nosotros qué? Esa es la pregunta que se hacen cientos de ciclistas de menor categoría. “No se sabe nada, y creo que nadie puede saberlo ahora mismo, solo nos queda esperar la evolución del virus y cruzar los dedos para volver en este 2020”, apunta Jon Polledo, ciclista sub23 del equipo Eiser Hirumet, concienciado por la situación excepcional. Tanto él como todos sus compañeros están deseando volver a competir y tener buenas noticias pronto: “Ojalá nos adapten un calendario y podamos salvar las pruebas más importantes en otoño”, declara el vizcaíno. El tiempo de confinamiento no ha afectado para nada a Jon en cuanto a la motivación, como sí les ha pasado a otros deportistas: “Estoy motivado y con unas ganas increíbles de volver a correr”. 

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